Shoton de Konoha

Capítulo 69: Pasando la página

Descargo de responsabilidad: No somos dueños de Naruto

Co-Autor y Beta: Etéreo-23

Capítulo 69: Pasando la página

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Kushina se levantó de su oración, el aroma del incienso espeso cuando el palo estaba casi a medio camino quemado. Miró el santuario que habían construido para Minato, la imagen enmarcada de su rostro adornado con dos correas blancas en las esquinas superiores, el ídolo del dios Fujin colocado en la fila inferior izquierda del santuario, y una oración. El Namikaze siempre favoreció a los dioses del viento, después de todo. En la esquina derecha había un haiku

Brillando como piedras preciosas

gotas en la brisa marina fría

pero cálido en nuestros corazones.'

No era un gran haiku, pero siempre había sido el favorito de Minato. Siempre decía que le traía paz.

Y él estaba en paz ahora; él realmente estaba.

Kushina ahora podía sonreír a su foto, sintiendo tristeza sin perderse. Había cerrado la página en esta parte de su historia, pero no descartó el libro. Podía llevarlo con ella, abriéndolo cuando lo deseara sin sentirse abrumada por la melancolía y el anhelo.

Le había llevado tanto tiempo poder recordar su hogar en Uzushio sin que los recuerdos estuvieran acompañados de desesperación. Pero gracias a Minato, sus palabras de despedida y su amor por ella, ella había dado el primer paso para dejar que su memoria fuera reconfortante en lugar de dolorosa.

Besó las puntas de sus dedos y las trazó sobre su foto, sonriendo amorosamente ante el rostro siempre alegre de su difunto esposo.

Kushina dejó escapar un largo suspiro, y con él, un montón de peso que colgaba sobre sus hombros. Se alejó del santuario y caminó hasta llegar al balcón de su casa, saliendo a mirar al pueblo por la mañana, tomando el aire fresco.

La brisa era cálida y reconfortante, volteando su ropa y jugando con su cabello. Los ojos violetas de Kushina casi parecían brillar mientras sonreía, mirando al pueblo. Sus manos se aferraron a la barandilla mientras se inclinaba hacia adelante. La oscuridad que brillaba dentro de ella finalmente se había ido, y finalmente pudo disfrutar del calor de la luz.

"Mamá!" Al escuchar a su hijo llamarla en la casa, la pelirroja se animó, "El desayuno se está enfriando!"

Sin respuesta, Kushina regresó adentro y fue a la cocina, donde Naruto y Karin estaban sonriendo y esperándola. Junto con un futuro que ya no temía, sino que lo abrazó.

Listo para todo lo que vino después.

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Los pies cubiertos de sandalia de Naruto crujieron el suelo de tierra paseando por el pueblo. Un ligero zumbido salió de su garganta mientras sostenía una suave sonrisa en sus labios. El niño de doce años, que pronto cumplirá trece años en unos pocos meses, tenía un resorte en su lugar con un brillo que brillaba sobre él. Después del desayuno con su madre y su hermana, decidió deambular ya que no tenía una tarea. El joven Uzumaki estaba extasiado al enterarse de conocer a la nueva estudiante de su madre, Homura, más tarde. Tanto él como Karin casi se ahogan al enterarse, dijo que la nueva estudiante era la hija de la señora del distrito rojo.

Fuera de eso, Naruto se había encontrado con Sakura e Ino y se sorprendió al ver a su compañero de equipo de roseta decidir cortarse el pelo. Su compañera de equipo declaró que era parte de quien una vez fue. Y ya no siendo esa persona, decidió cortarse el pelo hasta el pelaje hasta los hombros, como lo llamó Ino. Tenía que decir que se veía bonito en su amigo, que se sonrojó ante el cumplido antes de que las chicas se fueran.