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Zee miraba por la ventana del avión, viendo cómo cada vez estaba más cerca de Lemathen. Su corazón latía rápido, sin poder procesar que en minutos estaría de vuelta en el país que había dejado lejos años atrás.
Aún no asimilaba que pronto se encontraría con el chico que más había amaba.
—Zee, hay varias cosas que tengo que decirte.
El nombrado comenzó a mirar con atención a su amigo que se encontraba a su lado.
—Nunew está a nada de convertirse en rey.
—¿Tan pronto? —pregunto sorprendido —Creí que aún faltaban mucho años.
—En eso tienes razón, pero sus padres decidieron adelantarlo.
Max hizo una pausa antes de seguir hablando, parecía que no estaba listo para seguir con la conversación.
—Dilo —dijo sin importancia, ya que sabía perfectamente que lo que su amigo estaba por decir no sería nada bueno.
—Sus padres quieren que encuentre a alguien para casarse y poder estar en el trono.
El pelinegro sonrió de lado sarcásticamente al escuchar aquello —¿No puede reinar solo?
—Aún no hay una ley que permita aquello así que obligatoriamente tiene que casarse.
—Entonces yo me casaré con él.
Max sonrió al escuchar aquel comentario y golpeó suavemente el hombro de su amigo —Entonces yo esperare la invitación.
—Y yo espero mis arreglos de mesa.
Su amigo abrió los ojos y comenzó a reír —Pense que ya habías olvidado aquello.
—Jamás olvidaría la vez que perdiste aquella apuesta.
Ambos rieron al recordar aquel momento, momento en el cual Max comenzó a apostar con Zee para ver si el pelinegro lograba pedirle noviazgo con éxito al príncipe.
—¿Apostamos?
Zee sonrió al escuchar aquella propuesta —Si lo logró. ¿Qué tendré a cambió?
—El día que te cases pagaré todos y cada uno de los arreglos de mesa.
El pelinegro sonrió convencido —Te recuerdo que el es un príncipe.
—Eso lo sé —dijo aún sin entender muy bien lo que su amigo trataba de decirle.
—Los arreglos que pedirá no serán para nada baratos.
—De igual manera no creo que te diga que si, aún es muy pronto para eso.
—Ya lo veremos.
Zee volvió a sonreír después de haber recordado aquel momento, sabía que el amor de Nunew hacía él era muy grande, así que por obvias razones ganó la apuesta.
—Te pagaré los arreglos de mesa hasta el día que te cases.
—Yo creo que eso será muy pronto.
Max rio —Calmado con eso, se que lo has extrañado por muchos años pero todo a su debido tiempo.
Zee volvió a sonreír y asintió a lo que su amigo dijo.
Miró a la ventana una vez más y cerró sus ojos con una gran sonrisa en su rostro ya que nadie le quitaría de su mente la idea de que en poco tiempo tendría al chico más lindo del mundo entre sus brazos.
Lemathen
Al día siguiente
Nunew había despertado más temprano de lo normal pues últimamente tenía muchas juntas y entrevistas a las cuales asistir ya que al ser coronado rey muy pronto tenía que dar un gran discurso al país prometiendo ser leal y fiel en todo momento.
—Y dígame príncipe Nunew. ¿Quién es la chica afortunada?
Uno de los hombre que se encontraba ahí para entrevistarlo pregunto haciendo que Nunew sonriera incomodamente.
—Aún no puedo dar muchos detalles.
—¿Es una princesa?
—No responderé ese tipo de preguntas, lo lamento —sonrío.
El hombre comprendió rápidamente, dejo en visto aquel tema y continuó preguntando más preguntas sobre su futuro como rey, algo que a Nunew le emocionaba pues él nunca se nego a serlo, lo único que quería era disfrutar su adolescencia sin tener que pensar en la corona todos los días, tristemente aquella libertad únicamente había durado los meses que estuvo junto a Zee.
—Espero muy pronto verlo reinado el país con la persona que ama, joven príncipe.
—Eso mismo espero yo, gracias.
El hombre hizo una reverencia antes de salir del lugar. El príncipe, siguiendo el protocolo devolvió aquella reverencia.
Cuando Nunew vio que el hombre se fue en su auto sonrió aliviado, miró a su alrededor para ver que nadie estuviera viéndolo. Luego sin hacer ruido, salió a escondidas caminando con rapidez hacia su lugar secreto para pasar el rato después de una horas de estrés.
Al llegar miró como aún se encontraban aquellos patitos nadando en el lago, el príncipe tomo asiento en una banca cercana y comenzó a pensar lo que siempre pensaba cuando llegaba a aquel lugar.
《¿Algún día volveré a estar a su lado?》
El príncipe no lo sabía pero ese día cambiaría toda su vida para siempre.
—Disculpa.
Aquella voz hizo que Nunew mirara al hombre que le había hablado y al mirarlo abrió los ojos en grande al reconocer aquel rostro.
—¿P'Zee?
El corazón del nombrado comenzó a latir rápidamente después de escuchar la voz de su príncipe después de varios años.
—Ha pasado mucho tiempo, bonito.
El príncipe se levantó rápidamente de la banca y lo abrazó con una gran sonrisa en su rostro y unas cuantas lágrimas qué comenzaban a caer de sus ojos.
Aquel abrazo se convirtió en la cura que ambos necesitaban, no para el presente, sino para el pasado, un pasado en el que aquellos chicos solían perder el sueño consumidos por el dolor y la nostalgia de extrañarse mutuamente.
Aquellas lagrimas que caían de sus ojos era una liberación de todo lo malo que habían sufrido durante varios años, tenía que dejar ir todo ese sufrimiento. Sollozos se escuchaban entre los dos, Nunew estaba a punto de colapsar en los brazos del contrario ya que había sentido muchas emociones en muy poco tiempo así que Zee lo rodeó más fuerte en sus brazos para protegerlo.
—No sabes cuanto te extrañe —dijo el príncipe entre lágrimas.
—Yo te extrañe mucho más —mencionó el mayor mientras limpiaba las lagrimas del castaño.
Nunew sonrió —Me habían dicho que no tenias planeado regresar, ¿Por qué cambiaste de opinión? El mayor tomo la cintura del contrario y lo acercó a el haciendo que este sonriera tímidamente.
—Regrese porque no podía estar mas tiempo lejos de ti —beso su mejilla —Me gustaría pasar toda mi vida a lado de ti, me gustaría casarme contigo.
—Me agrada la idea.
New sonrió haciendo que el mayor no perdiera otra oportunidad y lo beso lentamente demostrando todo el amor que le tenía a su amado.
Después de tantos años separados, finalmente estaban juntos y no iban a dejar escapar ni una sola oportunidad. Ya no permitiría que nada ni nadie los separara.
