situaciónes Giamila

compañeros de trabajo

Era una tarde soleada, de esas que te invitan a quedarte adentro mirando el programa de Luzu TV. En el estudio, Camí y Gian llevaban la delantera, como siempre, con su química innegable. Desde las bromas hasta las miradas cómplices, cualquier espectador podía notar que entre ellos había algo más que una simple amistad, aunque ninguno se animaba a dar el primer paso.

El tema del día era “Cosas que no te animás a decir”, y los dos estaban entusiasmados con el desafío. Los oyentes enviaban mensajes y audios confesando secretos, mientras el equipo los leía y comentaba. Camí estaba sentada con una postura relajada, jugando con el guión en la mano, mientras Gian la miraba de reojo, como si estuviera planeando algo.

—Bueno, este está bueno —dijo guada, con una sonrisa pícara, mientras leía un mensaje—: “Hace meses que estoy enamorado de mi compañera de trabajo, pero no sé cómo decírselo sin arruinar la relación”.

El estudio estalló en murmullos y risas, mientras Gian se cruzaba de brazos y le lanzaba una mirada desafiante.

—Uh, esa es heavy, eh. Porque si lo decís, te jugás todo. Pero si no lo decís, quedás “hasta las manos” igual —comentó Gian, buscando la reacción de Camí.

Ella lo miró fijamente, como si intentara leerle la mente.

—¿Vos qué harías, Gian? —preguntó, apoyando el mentón en su mano.

—Depende… Si estoy seguro de lo que siento, lo digo. Prefiero arriesgarme antes que quedarme con la duda.

Camí sonrió, pero había algo en su expresión que revelaba más de lo que intentaba ocultar.

—Ah, mirá qué valiente… ¿Y si te dicen que no? —replicó, desafiándolo.

—Y bueno, mala suerte. Pero por lo menos no me quedo con la espina. Igual, a veces hay señales que te hacen saber que capaz la otra persona siente lo mismo, ¿no?

El silencio que siguió fue casi incómodo. Los productores detrás de cámaras se miraron entre ellos, como si fueran parte de un momento que no deberían estar escuchando. Finalmente, uno de los compañeros intervino para alivianar la tensión.

—Che, ¿ustedes están hablando del oyente o están tirando indirectas? Porque me parece que acá hay algo raro…- dijo Martina

Todos rieron, excepto Camí y Gian, que se miraron rápidamente antes de intentar disimular.

—¡Por favor, no seas boluda! Estamos hablando en general Pupi —dijo Camí, mientras fingía leer otro mensaje.

—Sí, obvio… en general —agregó Gian, aunque su tono lo traicionaba.

El programa siguió su curso, pero el clima entre ellos era distinto. Más tarde, llegó el segmento final: un juego rápido de preguntas personales donde cada uno debía responder lo primero que se le ocurriera.

—Bueno, esta es para vos, Gian —dijo Camí, leyendo la tarjeta—: “¿Qué es lo más loco que harías por alguien que te gusta?”.

Gian la miró fijamente, como si esa pregunta fuera una invitación.

—Decírselo en vivo, sin importar si me escuchan miles de personas —respondió, sin apartar la mirada.

El silencio volvió a llenar el estudio. Esta vez, nadie intervino. Camí tragó saliva, claramente sorprendida, pero decidió no esquivar la situación.

—Bueno… ¿Y? ¿A quién le dirías algo ahora mismo? —preguntó, con una mezcla de nervios y valentía.

Gian se acomodó en su silla y se inclinó hacia el micrófono.

—Camí, a vos.

El equipo detrás de cámaras soltó un grito de sorpresa, mientras los demás Nico y marti se tapaban la boca. Camí, por su parte, se quedó congelada, pero una sonrisa empezó a formarse en su rostro.

—Sos un chamuyero… —murmuró, pero sus ojos brillaban.

—Eso no es un no —respondió Gian, riendo.

El resto del programa fue un caos de risas, comentarios incómodos y más confesiones, pero todos sabían que algo había cambiado. Cuando las cámaras se apagaron, Gian se acercó a Camí, todavía nervioso.

—¿Y? ¿Qué decís? —preguntó, esta vez sin el micrófono de por medio.

—Digo que te tomaste tu tiempo… —respondió ella, sonriendo antes de abrazarlo.

Esa tarde, el programa de Luzu TV no solo fue tendencia en redes sociales, sino también el inicio de una historia que todos esperaban ver desarrollarse.