Capítulo 8

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Nuestra habitación era grande, dos camas suficientemente grandes como para dos personas, con doseles de madera de roble oscuros, cortinas de azul claro, detalles en plata en los muebles de roble, pisos de abeto mientras que los techos eran altos con ventanales para ver las estrellas de forma clara por la altura, escritorios divididos por bibliotecas personales, cofres a los pies de la cama, un baño para cada una, dentro de este mismo había un armario con suficiente espacio para poner media tienda de ropa, que se agrandaba a la par de que agregabas más cosas, un buen lugar para guardar cosas innecesarias si le preguntaban. Se sentó en la alfombra junto a su amiga rubia, con libros en las manos mientras ella parecía hablar con seres pequeños, notaba pequeñas luces, pero aún no tenían forma, según luna era porque aún no estaba lista para ver más allá de lo que podía ver, necesitaba estar preparada de muchas formas, un nuevo mundo dentro de otro mundo no era algo fácil de asimilar, así que le hizo caso y centro su atención en los libros de herbología, cocina, entre otros.

Era momento de mandarles cartas a sus padres con formas para ganar dinero, tenía que asegurarse de que al terminar el año, su familia consiga una fuente de ingresos que dure hasta que ella pueda estar en segundo o tercer año, para trabajar de niñera, mientras tanto sería una alumna sobresaliente, de esa forma todos la tacharían de confiable e inteligente, además de que podría invertir en secreto su dinero, pero primero a lo primero, conseguir la fuente de ingresos.

Su madre era buena cocinando y le gustaba la jardinería, así que podía empezar por ahí, ¿no? Busco por toda la habitación pluma y pergamino, mientras preparaba a la lechuza de luna para volar hasta la madriguera, escribió una breve carta explicando en qué casa quedó, que hizo una nueva amiga además de que había leído en los libros de la biblioteca de Hogwarts formas para ganar dinero, así que detalladamente en otra carta explico las formas que supuestamente había leído.

La primera forma era el cultivo de verduras. Podían cultivarlas y venderlas en el caldero chorreante o en el restaurante pequeño al final de la calle, en el callejón diagon; de esta forma podrían tener un sustento mientras ella conseguía algún trabajo. Luego explicó que ella podría mandar algunas recetas de postres para que su madre pueda hacerlas, para luego venderlas en Honey Dukes.
Era un buen plan, además de que si salía bien, podrían ganar más dinero que lo invirtieron inicialmente.

Por ahora solo les diría esas dos cosas, mientras tanto se centraría en estudiar, la primera clase que tendría era transformaciones con la profesora Mcgonagall a las 9:00 hasta las 10:00, así que tenía que preparar su bolso con sus cosas y luego ir al salón, quería salir un poco antes porque luego se perdía por las escaleras, lo menos que quería en estos momentos era ser regañada por llegar tarde, pero tampoco sería mucho su culpa o de los de primer año, nadie les dio un mapa o les dijo donde quedaban las aulas, por lo tanto, no pueden esperar que lleguemos como si supiéramos todo y hayamos pasado una vida en ese lugar.

Su bolso aunque también era de segunda mano, era un buen bolso, no era una marca que conozca, según el vendedor era un bolso de una segunda marca, pero estaba en buen estado porque lo habían arreglado un poco, tenía un hechizo de expansión, pero era uno limitado así que había un límite para poner cosas ahí, pero no le molestaba era funcional para lo que ella necesitaba.
Caminando con sus cosas y Luna a su lado derecho, fue en busca del salón de transformación, pero, por andar de distraída, chocó con alguien.

Lo único que vio fue la capa de Slytherin, levantó la vista para disculparse, pero cuando vio quién era, dudó un poco, pero aun así se disculpó.

— Disculpa, no te vi, Malfoy.-lo vi a los ojos mientras me disculpaba, pensaba que sería grosero conmigo como lo era con mi hermano Ron, pero solo asintió y se fue.

Quería pensar que me parecía lógico su comportamiento pero en parte si era lógico, no me conocía, no lo trate mal y tampoco dije algo despectivo de su familia o él de la mía, por lo tanto no había razón para que empecemos de mala manera, tal vez y solo tal vez podamos llegar a ser amigos, seria lindo conocerlo antes de que se vuelva un mortifago, soy fiel creyente que todos merecemos una segunda oportunidad, claro, hay excepciones.

Una vez que por fin encontramos el salón vimos a la profesora Mcgonagall en su forma de animago, un gato montés con una expresión severa, muy de la profesora nos vio y solo asintió cuando vio que ambas la saludamos diciendo un breve "hola, profesora"

El salón poco a poco empezó a llenarse, teníamos clases con los tejones, ahora que lo pensaba no compartían ninguna clase con las serpientes o los leones, es como si el mundo forzará la confrontación entre ambas casas, era absurdo como la conciencia quería que el canon pasara también cual, que no haya cambios, que no de vaya al caño la historia.

La primera clase con la estricta profesora fue interesante, empezó explicando que era la transformación, lo difícil al igual que complicada que era esta área de la magia, el como no solo debíamos usar nuestra imaginación para lograr resultados fructíferos sino que debíamos sentir el cambio en la materia, conocer para transformar y reconstruir a nuestro gusto algo.

La prueba fue simple, convertir un cerillo en una aguja de plata, simple, más cuando conocías de que estaba hecho, el como de a poco se calentaba y transformaba en plata pura, los detalles en la aguja que resaltaba lo lindo de la transformación, un ejercicio básico para alguien como ella, con experiencia de dos vidas mágicas, mostrando su hazaña hecha a su amiga y luego a la profesora quien asintió con una expresión satisfecha en su rostro, como si ella esperara que fuera buena, que pudiera hacerlo con facilidad, tomo la aguja para presentarla a la clase como ejemplo.

-No espero menos de ustedes, así es como debe quedar el cerillo, 10 puntos para Ravenclaw.- dijo brevemente para darme un escarabajo para convertirlo en botón.

Oh, querida profesora no sabe que ideas acaba de darme, puedo convertir a esa maldita bruja periodista en un botón y usarlo en algún abrigo, o también puedo vender botones en la tienda de ropa, tantas formas de ganar dinero, miro el escarabajo con una expresión determinada y agitó su varita con delicadeza, quería que tenga un lindo patrón con las casas de hogwarts, como si la carta de aceptación estuviera impresa en el botón, imagino primero la imagen antes de lanzar un breve movimiento de mano al escarabajo.

No había quedado tan perfecto como ella quería, puesto que estaba el color y el escudo, pero los animales representativos no estaban, lo bueno es que fue un buen comienzo, la clase le había gustado mucho así que cuando termino se levantó guardando sus cosas para hablar con la profesora quien ya la miraba, quería pedirle algo pero no sabia si seria posible teniendo en cuenta que no es una heredera de mucho dinero o de poder.

-Yo, profesora quería saber si sería posible que me de clases de transformación, quiero aprender y avanzar pero si me quedo donde estoy estaré estancada.- su mirada severa presentó sorpresa por unos momentos y podía sentir como pensaba en lo que le dijo, estaba casi al completo que aceptaría su pedido.

No se equivoco, al salir del salón estaba con una sonrisa de oreja a oreja, a partir del próximo lunes a las 6 am hasta las 7 am tendría clases privadas con la profesora mientras le enseñaba los principios de la transformación. La próxima clase empezaría pronto pero primero usaría sus 10 minutos de descanso para buscar sus libros para la siguiente clase y buscar en las cocinas algo para comer.

(Espero les guste la historia, siempre pueden comentar y votar sus capítulos favoritos)

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