Capítulo 7

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Un nuevo día empezaba, había olvidado el encuentro que se suponía que tenía que pasar con los Malfoy, pero no pasó así que el diario de riddle lo debería tener otra persona, dicho diario que solo traería problemas a mí y a mi familia, sin mencionar que el maldito protagonista se lanzaría a tratar de matar a un basilisco de quien sabe cuántos años.

Otro evento que no pasó fue que dobby no pudo interferir con el regreso de Harry a Hogwarts, por lo tanto, el pobre sauce boxeador no fue herido y no hubo algún tipo de castigo, además de que el elfo doméstico se presentó de igual forma en su casa, hasta ahora esos eventos fueron como el canon, pocas cosas cambiaron, pero por suerte fueron mínimas casi nulas.

Ahora que era un cuervo se prometió a sí misma que sería la mejor, por lo tanto, temprano en la mañana ya estaba lista para comenzar las clases, arreglando sus cosas en su habitación que por cierto, compartía con luna, ambas tenían paz porque ninguna de las dos era de hacer mucho problema así que estaban cómodas.

-Buenos días, Ginny.-. Su voz algo somnolienta me sacó de mis maquinaciones para planificar un día grandioso y productivo.-Vaya, estás lista, pero lo esperaba aún sin verlo. -Ahora era más abierta a la hora de decir que veía muchas cosas y distintas posibilidades de futuros cercanos o lejanos.

-Toma tu tiempo para vestirte, es bastante temprano aún, pero quería ordenar mis cosas y darle mi toque personal a nuestra habitación, ambas tenemos gustos por las plantas así que agregaré algunas que le pediré a la profesora Sprout.- le explique mientras retomaba lo que estaba haciendo, puse mis libros en la biblioteca personal de mi lado y opte por tomar algunos libros básico e intermedios de pociones, encantamientos, herbología y defensa contra las artes oscuras, nadie podía entrar a nuestras habitaciones sin nuestro permiso así que no me preocupaba mucho por eso, además luna de algún modo sabía que esos libros ya estaban conmigo hace mucho tiempo.

Una vez terminando de ordenar la biblioteca, fui por mi cama, la extendí y acomodé las almohadas de forma que sea más cómoda para dormir. Mientras hacía eso, podía oír los pasos ligeros de luna ordenando su cama, mientras murmuraba que de nuevo los nargles habían escondido su zapato izquierdo.

Ambas nos tomamos nuestro tiempo para ordenar, hablar y terminar de arreglarnos, ya tenía puesto mi uniforme así que solo quedaba mi cabello, era ondulado, por lo tanto, un cabello bastante difícil de cuidar porque agarraba frizz por casi todo, por la humedad, por el calor, por si respiras muy fuerte, por si lo tocan, etcétera. Recogí mi cabello en una coleta alta, dejando algunos mechones sueltos en la parte de adelante con un lindo listón azul cobalto para qué combinará con mi uniforme, una vez terminando con mi cabello fui a ayudar a luna, quería hacerle una trenza francesa con algunas flores por pedido de luna para que los nargles tengan su alimento cerca y no sean tan traviesos.

Una de las cosas que había leído en los libros de tradiciones, era que una bruja tenía su fuente de magia en su cabello, pero que con el tiempo el mundo mágico lo olvido, básicamente ni siquiera las nuevas generaciones o las anteriores sabían de esto, la última generación que practicaba las tradiciones fueron en la época de Merlín, por lo tanto, ni siquiera Albus Dumbledore sabía de estas tradiciones.

La magia de una bruja se hacía cada vez más fuerte por el largo de su cabello o sus oraciones a madre magia, una deidad que muchos creían que no existía, estúpido a su parecer, había decidido seguir las vías antiguas por lo que de ahora en adelante llevaría su cabello recogido, como era pequeña nadie más que su familia la había visto con el cabello suelto, así que no se preocupaba, nadie más que su familia podía verla con el cabello sin recoger, además de que como su familia no seguía y no sabía sobre las tradiciones tendría que empezar de cero, como si fuera una nacida de muggles, iniciar su propio legado para obtener su cepillo de sangre, uno dado por la propia madre magia como recompensa por su devoción.

Otra tradición es usar guantes de encaje, una forma de protección a las malas miradas, era opcional usar guantes, pero a ella le gustaban así que hizo algunos con tela que compró en la tienda de segunda mano, tenía de cuatro colores distintos, blanco y negro, podían considerarse como básicos, los listones era algo que le gustaba mucho así que compro varios, venían en un set de 24 así que tenía muchos.

No tenía joyas, una señorita de su edad no podía usarlas, pero si podía usar cosas como anillos, pendientes o collares, pero siempre teniendo en cuenta que sean simples, acordes a su edad, había muchas cosas por aprender y cada vez amaba más este tipo de tradiciones porque sentía misterio, una fuerte magia antigua que llamaba su nombre y calaba en lo más profundo de su alma.

Luna la llamo para bajar a desayunar, como todavía era temprano no había muchos alumnos, la mayoría eran de Slytherin y de Ravenclaw, la casa de los tejones junto a la de los leones se podría decir que era una de las más perezosas, Hermione Granger se encontraba ahí, devorando un libro mientras picoteaba su desayuno, era divertido ver su ceño fruncido cuando no entendía algo o tenía una opinión distinta, se sentó junto a luna poniendo su atención en la rubia, quien la miraba de forma distante, había aprendido que esa mirada significaba que tenía una visión así que la dejo ser mientras la cuidaba con la mirada.

-Lo vas a conseguir. -Eso fue todo lo que dijo, pero fue suficiente para que yo sepa de qué hablaba. Madre magia, compensaría mi esfuerzo; eso significaba que tendría que trabajar el doble para honrar a mi Lady.

-Es bueno saber eso, tengo que trabajar más duro, ¿qué piensas sobre lo que estoy haciendo? ¿Crees que quieras seguirme en esta travesía? Ella sabía a lo que me refería, así que no me expliqué mucho más.

-Es mi lady, por supuesto que la voy a honrar con todo mi ser, pero tenemos mucho trabajo que hacer.- desde que nos conocimos hace dos días, estaba más receptiva a ser más habladora, así que nuestra casa no la tildó de rara, sino como alguien sabía, con posición buena y como una persona que sabía mucho más de lo que aparentaba, estaba feliz por ese cambio.

Nuestro decano pasó por nuestra mesa haciendo un ligero movimiento de varita para darnos nuestros horarios. Una vez que terminamos de desayunar, nos levantamos y fuimos directamente a nuestra habitación para poder charlar un poco más, mientras leíamos algún libro interesante.

Magic| H.PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora