Magic| H.P

Capítulo 9

Mi horario no era tan pesado como creí, así que empezar a pedir clases privadas a los profesores después de demostrar que era capaz para sobresalir aun si estos eran ejercicios básicos, la siguiente clase era encantamientos, sabía perfectamente que su decano tenía grandes expectativas en ella al ser la heredera de su casa, ahora que lo recordaba no le mencionó eso a su madre, un segundo, alto todo, paren todo.

Si era la heredera de su casa, ¿Eso significa que tiene bóvedas con dinero? Tendría que mandarle una carta a los duendes de Gringotts para ver si tiene alguna herencia que pueda ayudar a su familia, extrañaba a su madre y a su padre, ni siquiera pasó una semana, fueron dos días solo dos.

Llegando al salón después de hablar con los gemelos quienes por cierto, estaban planeando algo para que mi primer año en Hogwarts sea inolvidable, pronto la trama iba a comenzar, sería cuando tengamos la clase de defensa contra las artes oscuras, única clase que compartían primer a tercer año, todas las casas estarían en esa clase para presentar al profesor y que sea introductorio.

Saludo al profesor y se sentó mientras esperaba que él resto de los alumnos llegasen al aula, no sabía porque pero tenía el presentimiento de que la trama sería más fuerte de lo que ella o el sombrero seleccionador pensó,  cuando el aula por fin estuvo llena la clase dio comienzo, el primer ejercicio sería hacer levitar la pluma con un Leviosa, por lo que el movimiento de muñeca al igual que la pronunciación era fundamental para que un hipopótamo no apareciera encima de ella.

-LevioSAA.-pronunció con voz clara y nítida para no tener un error encima de ella, el profesor asintió con gusto hacia su hechizo y otorgó solo 5 puntos, no fue suficiente, tendría que hacer algo más impresionante.

Tal vez, si intentará hacerlo solo con el movimiento de muñeca pero no verbal, pueda conseguir más puntos pero no sabia si podría hacerlo, este cuerpo jamás realizo algún tipo de magia, nunca fue más haya, pero ella forzaria y lograría lo que sea que se proponga pero primero tendría que practicar, ¿Y qué mejor qué profesores experimentados?

Pero su horario era algo. . .
Lunes:

- 9:00 - 10:00: Transfiguración (Profesora McGonagall)
- 10:10 - 11:10: Encantamientos (Profesor Flitwick)
- 11:20 - 12:20: Historia de la Magia (Profesor Binns)

Martes:

- 9:00 - 10:00: Defensa contra las Artes Oscuras (Profesor Lockhart)
- 10:10 - 11:10: Herbología (Profesora Sprout)
- 11:20 - 12:20: Estudios Muggle (Profesora Burbage)

Miércoles:

- 9:00 - 10:00: Vuelo (Madam Hooch)
- 10:10 - 11:10: Adivinación (Profesora Trelawney)
- 11:20 - 12:20: Libre

Jueves:

- 9:00 - 10:00: Potiones (Profesor Snape)
- 10:10 - 11:10: Transfiguración (Profesora McGonagall)
- 11:20 - 12:20: Libre

Viernes:

- 9:00 - 10:00: Encantamientos (Profesor Flitwick)
- 10:10 - 11:10: Historia de la Magia (Profesor Binns)
- 11:20 - 12:20: Libre

Bueno, un horario algo complicado, si quería tener clases extras y privadas, sumando a eso horas de estudio, práctica, además de sus responsabilidades como reina, estaría lindo que vayan viendo en que nicho de muerte la van a enterrar, era mucho para una niña de 11 años, por lo tanto debería empezar a organizarse.

Time skip
Un mes paso, pasaron algunas cosas, como por ejemplo conoció a Blaise Zabini, un morocho hermoso con sonrisa pícara, pero no se confundan, no le gusta ni nada solo le pareció lindo como un niño de 12 años puede ser tan pícaro y coqueto a la vez, otra de las cosas que paso fue consiguió clases privadas solo con tres profesores, su decano, Minnie y la profesora Pomona.

Hablando de esta última profesora le había pedido algunas plantas para decorar la habitación, estaba emocionada y contenta en como iba yendo todo, sentía que este mundo será excelente al igual que divertido, solo esperaba que no haya problemas en nada.

Actualmente se encontraba yendo a la biblioteca pero accidentalmente choco con alguien, cuando vio quien era un leve latido rápido se sintió en su pecho.

Blaise Zabini.

-Me disculpo, piccola regina.- su voz algo pícara no ocultaba su acento italiano algo pronunciado.

Piccola regina, era pequeña monarca o pequeña reina, un apodo que usaba para burlarse de mi, pero al mismo tiempo usado por no poder llamarme por mi nombre hasta que yo no lo permite.

-Lo siento, heredero Zabini, no lo vi.- La palabra heredero salió con algo de burla y picardia, ya era algo cotidiano este tipo de intercambios, siempre con bromas de niños al final.

Charlamos un rato pero luego se fue, no podían verlo conmigo, había muchos puristas, niños estúpidos que se dejan llevar por loa comentarios, si lo veían conmigo lo llamarían traidor de sangre o peor, lo pueden repudiar de su propia casa, no imagino a alguien tan bromista y conversador como él, solo sin nadie; era una idea que no me cabía en la cabeza y que tampoco iba a permitir que pasara.

El respeto por mi aumento a medida de que pasó el tiempo, me había ganado el aprecio de los estudiantes y de algunos profesores, sabía que aún había mucho camino por recorrer pero no le importaba, sería la mejor, ayudaría a su familia, evitaría muertes y sobre todas las cosas, no iba a permitir que la maldita conciencia de este mundo la expulsara de nuevo, ya había pasado una vez pero no pasaría una segundo, de eso estaba segura.

Sería el doble de cuidadosa, más astuta y cuidaría bien de los protagonistas para estar en el visto bueno de la tonta conciencia, era un ser caprichoso al igual que vanidoso, podía verlo al notar como no daba explicaciones de nada, solo se centraba en que su mundo este de la forma que él le gusta y como le gusta, no soportaba cambios de rutina ni de trama, los giros inesperados como lo fui yo en su momento son cosas que odia pero poco y nada le importaba a ella, después de todo ahora era la protagonista.