Capítulo 10

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Fuerte de los tramperos

(Grimmel mira su mapa, tratando de concentrarse)

Brutilda: ¿Por qué la cara larga?

(Ella se ríe)

Brutilda: Bueno, la mía es larga, pero la tuya es muy larga. Todo cara y nada de cerebro. Como si te hubieran estirado al nacer. ¿También tienes un gemelo? Brutacio ocupó todo el espacio en la barriga de mamá. De lo contrario, tendría una cabeza más redonda y más cerebro. Eso es ciencia.

(Grimmel bufa, tratando de ignorarla. Los señores de la guerra silenciosos intercambian miradas de agotamiento. Brutilda juega con sus trenzas, tejiéndolas como serpientes)

Brutilda: Mis trenzas son como pequeños Cremallerus, ¿ves? ¡Rawr rawr! Incluso las manchas de moho parecen ojos. Qué tiernos. Incluso tienen pequeños cuernos y todo, como Eructo y Guacara, excepto que Guacara y yo no soportamos a Eructo, así que en realidad son solo Guacaras. Hace calor aquí.

(Grimmel sacude la cabeza, incapaz de concentrarse)

Brutilda: Sé lo que estás pensando. Nunca has tenido una prisionera tan sexy. Todos los chicos me aman. Excepto Eret, quien perdió totalmente su oportunidad. Ese barco ya zarpó, muchacho. ¡Lo siento! Y T/N está prácticamente casado con esas cabezones, Astrid e Hicca. Pero Patán y Patapez, básicamente son mi harén.

(Grimmel rompe su lápiz y gruñe)

Brutilda: No puedo elegir. Patán es un bombón, pero casi demasiado guapo, ¿sabes? A veces creo que está más enamorado de sí mismo que de mí. En esta relación solo hay lugar para una belleza. Patapez me mantendría con vida por más tiempo si tuviera que comermelo vivo por estar varada en algún glaciar, pero nunca se calla sobre los dragones. ¿No odias cuando la gente nunca deja de hablar?

Grimmel: Sí, las odio.

(El dragón capturado de Grimmel se aleja de Brutilda lentamente, incómodo y ligeramente asustado)

Brutilda: Siguen y siguen, BLA, BLA, BLA. Es muy aburrido.

Griselda: ¿No podemos simplemente dársela de comer a tus dragones?

Brutilda: Oye, ¿qué comes por aquí? Soy alérgica al pescado. Deberías saberlo. Es todo lo que tienen en esa estúpida isla nueva.

(Grimmel levanta la cabeza de entre sus manos, y de repente se le ocurre una idea)

Brutilda: ¿Tienes almejas? Son como pequeñas bocas con comida viscosa adentro que ya está masticada como lo hacía mamá--

Grimmel: --¡BASTA!

(Grimmel saca los mapas de la mesa. Los señores de la guerra saltan hacia atrás. La brújula hunde su punta en un mástil, pasando por poco a uno de los Garras Mortales. Grimmel se dirige a la jaula pisando fuerte)

Brutilda: Hasta que cumplí doce años, y ella me dijo: "¡Mastica tu propia comida!". Y yo le dije: "¡No, así me gusta!"

Grimmel: La criatura más molesta que jamás se haya cruzado en mi camino.

Brutilda: ¡Awww!

(Abre el pestillo y abre la puerta de la jaula de par en par. Brutilda le muerde con sus trenzas con forma de cabeza de dragón)

Brutilda: Ups, dejaste salir a los dragones. Te voy a atrapar, te voy a atrapar. ¡Este no te va a atrapar!

(Abre la jaula adyacente. Un tímido dragón asoma la cabeza. Los Garras Mortales se acercan hambrientos)

Grimmel: Tómalo y vete. Por favor, te lo suplico. Los Garras Mortales tendrán que olvidarse de comer.

(Brutilda sale tranquilamente, observando al dragón)

Httyd el mundo oculto x Lector masculinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora