En nuestra cultura de vampiros y muertos vivientes, el poder sin un propósito claro es como una llama que consume todo a su paso. Es un fuego que arde, insaciable, hasta convertir en cenizas lo que toca. Tener poder por el simple hecho de poseerlo es un riesgo, uno que puede destruir a quienes lo empuñan y a quienes los rodean. Siempre he creído en el uso medido y calculado de la fuerza, en el control férreo que nos mantiene al borde, sin caer en el abismo de la corrupción y el caos que tantos de nuestra estirpe han abrazado. Con el tiempo, he aprendido que el poder es un arma, y como tal, debe ser empuñada con un propósito, no por mero deseo o ambición. Para alguien tan noble como yo, esta responsabilidad no es solo una carga, sino un legado que debo proteger.
Y ahora, ese legado ha sido transmitido a mi hija, mi querida Selene. La he guiado a través de los senderos oscuros y tortuosos de nuestra existencia, enseñándole a ver más allá de las sombras que nos rodean. He tratado de prepararla para los desafíos que enfrentará, para el peso que el poder y la inmortalidad depositan sobre sus hombros. Pero hay algo que deseo para ella, algo que nunca tuve del todo: quiero que sea diferente a mí.
Yo, que durante siglos me he movido con frialdad y lógica, con el corazón encerrado tras muros de piedra, ansío algo mejor para mi hija. No quiero que Selene sea prisionera de la dureza y la soledad que nuestra vida puede imponer. He visto el amor y la calidez en sus ojos cuando menciona a esas dos chicas, Barbara y Carmen. He visto cómo brillan sus ojos, cómo su rostro se suaviza. Esas dos almas humanas, tan distintas y especiales, han logrado algo que nunca creí posible: han tocado el corazón de mi Selene, le han dado una razón para sentir algo más allá del poder y la estrategia.
Barbara, con su espíritu libre y fuego indomable, parece arrancar a Selene de su zona de confort, desafiándola y enseñándole a vivir con pasión. Carmen, con su dulzura y su delicada forma de ser, le recuerda a Selene que aún hay ternura y esperanza, incluso en un mundo lleno de tinieblas. Juntas, estas chicas le han dado algo que yo, con todo mi poder y mis siglos de experiencia, no pude: le han dado amor.
Pero el amor es un arma de doble filo, una fuerza que puede ser tanto una bendición como una maldición. Lo sé mejor que nadie. Por eso, observo a mi hija con una mezcla de orgullo y temor. Quiero que experimente el poder del amor, sí, pero sin perderse en sus peligros. Quiero que entienda que amar no la hace débil, sino fuerte. Que el amor, bien dirigido, es una fuente de poder tan grande como la propia inmortalidad, pero mal usado o dejado sin control, puede ser su perdición.
Mi Selene, mi hija, ha elegido caminar por un camino cubierto de oscuridad, como lo hice yo. Pero ella también ha encontrado algo más, una luz que brilla en su vida. Si esas chicas, Barbara y Carmen, la hacen feliz, si le ofrecen un refugio del frío que nos envuelve, entonces no puedo, ni quiero, impedirlo. Solo puedo esperar que Selene sepa manejar el equilibrio entre el amor y el poder, entre su deber y sus sentimientos.
Quiero que sea más que una líder fría y calculadora. Quiero que se permita sentir, amar y ser vulnerable sin miedo. Porque en esa vulnerabilidad está su verdadera fortaleza, una que trasciende el tiempo y la muerte. Así como ella ha cambiado para encontrar algo más que lógica y frialdad, yo debo aprender a aceptar que mi hija, mi heredera, está destinada a ser mucho más de lo que yo jamás fui.
Mi poder, mi legado, ya no serán los suyos. Ella tendrá que encontrar su propio camino, con amor y con todo lo que eso conlleva. Lo único que puedo hacer es guiarla cuando lo necesite, protegerla cuando sea necesario, y, sobre todo, desear que encuentre en ese amor lo que le permita ser una reina no solo poderosa, sino también con un corazón que lata más allá de la oscuridad que siempre nos ha rodeado.
Víktor, mi hijo mayor, es, sin lugar a dudas, un espíritu libre, un alma que se mueve al compás de su propio ritmo, sin ataduras ni restricciones. Desde pequeño, siempre fue diferente, un ser que miraba más allá de las reglas y de los caminos trazados por nuestra cultura. Mientras otros buscaban poder y control, Víktor encontraba fascinación en el equilibrio, en el delicado juego entre la vida y la muerte. Su perspectiva única y su rechazo a seguir ciegamente los preceptos de los no-muertos lo convirtió en un ser especial, incluso entre los nuestros.
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VitalLata y Spark
Humor"VitalLata & Spark" es mucho más que una simple empresa de alimentos enlatados y refrescos; es una entidad que nunca descansa, donde la muerte no detiene el trabajo, sino que lo impulsa. Desde su fundación en 1914, esta compañía ha mantenido un luga...