capitulo 3 la junta y propuestas inesperada

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Mientras me sumergía en mis pensamientos, buscando la mejor manera de llevar nuestra empresa hacia un nuevo horizonte, fui interrumpida por mi secretaria esqueleto al entrar en mi oficina con su andar característico y la eficiencia de siempre. "Señorita Selene," anunció con su voz hueca pero precisa, "los nuevos inversionistas están a punto de llegar. El señor Vesperio ya los espera arriba, en la sala de reuniones con los humanos."

La noticia me hizo actuar de inmediato. No había tiempo que perder si quería mantener el control y asegurar que la presentación fuera tan impecable como necesaria. Me levanté y me dirigí hacia la salida con un propósito claro. Sin embargo, mientras atravesaba el pasillo, no pude evitar notar nuevamente a los zombies empleados que estaban trabajando torpemente para reemplazar una vela en un candelabro. No me contuve; empujé ligeramente la escalera en la que se encontraban, causando que uno de ellos perdiera el equilibrio y cayera.

Mi risa resonó en el pasillo por un momento. No era necesario, pero la pequeña distracción me ayudó a aliviar la tensión antes de enfrentarme a los inversionistas. Luego, retomé mi compostura y aceleré el paso hacia la reunión. Había mucho en juego, y no podía permitirme fallar..

Llegué al ascensor y, al entrar, me encontré con el fantasma operador, quien me recibió con su habitual reverencia incorpórea. "Al piso 40," le ordené, sabiendo que no había tiempo que perder.

El fantasma operador inclinó ligeramente su cabeza, haciendo un gesto respetuoso. "A sus órdenes, mi lady," dijo, con una voz etérea que resonó suavemente en el aire. Con un leve susurro, el ascensor comenzó a moverse, como si el mundo sobrenatural respondiera a mi simple voluntad.

Mientras el ascensor ascendía, tomé un momento para ajustar mi postura y prepararme mentalmente. Había que mantener la compostura frente a los inversionistas; cada palabra y cada gesto debía ser preciso. Todo dependía de ello.

Cuando llegué al piso 40, me encontré con un grupo de supervisores fantasmas conversando en medio del pasillo. Susurros etéreos flotaban en el aire, pero al verme, sus formas incorpóreas se volvieron más nítidas por un breve instante, como si el aire mismo se tensara.

"¡No hablen en el trabajo!" dije, mi voz cortante rompiendo el murmullo. Los fantasmas me miraron un momento, sus ojos carentes de vida reflejando un leve destello de respeto (o quizás miedo). Luego, sin pronunciar palabra alguna, se dispersaron y retomaron su labor: supervisar a los empleados humanos que trabajaban sin percibir su presencia.

Sabía que mantener la disciplina era clave para asegurar que todo funcionara con precisión. No podía permitirme distracciones, y menos en un momento tan delicado como este. Avancé por el pasillo, dejando a los supervisores fantasmas continuar con sus funciones, asegurando que cada detalle permaneciera bajo control.

Cuando llegué a la sala de reuniones, pude ver a Vesperio esperándome con una expresión que no dejaba lugar a dudas: estaba molesto. No era habitual que llegara tarde, y lo sabía. Los inversionistas ya estaban sentados, listos para comenzar la charla sobre el ingreso de capital en nuestra empresa de comida enlatada y refrescos energéticos.

"Finalmente," dijo Vesperio, con un tono que mezclaba reproche y profesionalismo. "Nuestros inversionistas han estado esperando. Este tipo de reuniones no pueden ser tratadas con retrasos."

Mantuve mi compostura, inclinando levemente la cabeza como un gesto de disculpa que, aunque sutil, debía bastar. "Mis disculpas. Asuntos urgentes en otro sector de la empresa," respondí, omitiendo cualquier detalle que no fuera necesario.

Los inversionistas observaban, expectantes. No había tiempo para tensiones internas. "Vamos a empezar," dije, tomando asiento y enfocando mi atención en ellos. "Estamos aquí para discutir cómo esta inversión puede llevar nuestra empresa a un nuevo nivel. Los beneficios potenciales son enormes, tanto para nosotros como para ustedes."

VitalLata y SparkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora