「Capítulo XXV」

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Hiccup casi escupe el café cuando Elsa se recuesta bruscamente contra su espalda.

—La cabeza me va a estallar —lloriquea abrazándose al cuello de su novio que realmente tiene que esforzarse para no reírse en ese momento—. ¿Por qué me dejaste tomar tanto?

—¿Desde cuándo es mi responsabilidad vigilar qué tanto tomas? Eres una adulta responsable, deberías- ¡AH! —Hiccup soba su nuca luego del golpe que su novia le dio. Elsa frunce un poco el ceño porque está segura de que no le ha dado tan fuerte—. Eh, princesa, que no eres la única con dolor de cabeza.

Elsa se disculpa apresuradamente, pero de todas formas da vuelta al sofá para quitarle la taza a su novio y así sentarse en sus piernas sin tener que preocuparse de la posibilidad de derramar por accidente la bebida caliente. —Hombre, es lo mínimo que podrías haber hecho. No quisiste bailar conmigo —empieza a enumerar con pedantería sus "errores" de anoche—, te pasaste la noche entera tú solo, cuando decidiste finalmente hablar con alguien fue con unas chicas que ni conozco...

—No acepté tu petición de follarte en medio de la discoteca —añade con una sonrisa cruel, decidiendo que, si no se acordaba, aquella era la manera perfecta de hacerle saber en qué estado le había dejado el alcohol anoche.

Ella se detiene por completo y se queda viendo la absoluta nada mientras las mejillas se le tiñen de un rojo intenso.

¿Qué acababa de decir?

—¡Yo no hice eso! —se apresura a asegurar, dándole un leve empujón en el hombro, a lo que él responde sujetando con fuerza su cintura para acercarla más a su cuerpo y así tener más acceso a su cuello.

Lo llena de besos húmedos mientras sus manos aprietan su piel por debajo de su ropa, consiguiendo arrancarle uno que otro gemido lleno de vergüenza. —No intentes negarlo, princesita —gruñe contra su piel antes de dejar un juguetón mordisco en su cuello que hace que Elsa pegue un brinco en un intento de apartarse—. Anoche estabas tan desesperada, brincando sobre mis piernas y rogándome que te folle ahí mismo donde todos pudieran verte, creéme que algo así no se me olvidaría.

Hiccup accede a apartarse cuando ella le da otro empujón. —Al que le gusta ese tipo de cosas es a ti, mentiroso.

Él se hunde en hombros. —¿Para qué negar lo evidente? La verdad es que me costó muchísimo mantenerme firme por tu bien —le asegura mientras su mano empieza a subir hacia sus pechos—, por eso me fui a caminar por otro lugar, necesitaba algo de aire para evitar hacer una gilipollez.

Elsa le aparta la mano bruscamente. —Ósea, ¿que una tipa se te montara encima fue mi culpa?

—¿De eso sí te acuerdas?

—¡Lo otro no ocurrió!

Hiccup se señaló el cuello. —¡Tengo los chupetones que lo demuestran!

—¡Eso es de anoche! —se defiende como puede, cruzándose de brazos.

—Exacto —asiente con firmeza—, de anoche —la sonrisa de su rostro es juguetona y presumida, Elsa rueda los ojos con molestia y frustración mientras intenta evitar todo lo posible establecer contacto visual.

—Son de cuando llegamos a casa —insiste, cada vez dudando más de sus propias palabras porque sí que recuerdan haber estado besando el cuello de Hiccup en la discoteca, pero está seguro que no hizo nada de lo demás que él asegura. Su novio se termina rindiendo de la tonta discusión, no porque sabe que no puede convencerla, sino porque sabe perfectamente que en estos momentos ella era consciente de que lo que decía era cierto, solo que no quería admitirlo.

El móvil de Elsa empieza a sonar justo cuando ella intenta defenderse de alguna otra manera, Hiccup rueda los ojos con molestia al ver el nombre de ese molesto sujeto aparecer en la pantalla y su enojo crece aún más cuando Elsa se baja de su regazo para responder a la videollamada.

Seizing Her [HiccElsa//Mafia Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora