「Capítulo XXII」

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Hiccup alzó una ceja al ver como su novia entraba en su departamento en medio de una acalorada llamada. Elsa va dejando su chaqueta en el perchero al lado de la puerta y manteniéndose como podía en la conversación.

—Lleva al menos dos semanas enteras sin mostrar su estúpida cara por la oficina, no ha dado ninguna explicación, no responde a ninguna llamada ¡Ni siquiera Lefou sabe dónde diantres está! —sabe de inmediato de quien habla, pero se limita a concentrarse en las caricias a Chimuelo y a disimular un poco su sonrisa cruel—. Ya lo siento si al pobre descerebrado le ha pasado algo realmente grave, eso será algo que tenga que arreglar cuando vuelva a hacer acto de presencia, por el momento necesitamos a alguien que no tenga otros miles de proyectos y obligaciones encima para que se encargue de todo el trabajo que ha dejado olvidado, así que no te lo voy a repetir una vez más. Habla. Con. El. Jefe.

Vaya, todavía nadie se había enterado que algo realmente malo le había pasado a ese imbécil... bueno, qué pena por él.

Chimuelo se escapa de su regazo para ir de salto en salto hasta los brazos de Elsa, que lo recibe gustosamente en cuanto cuelga la llamada.

—Lo engríes demasiado —señala con obviedad, mirándola fijamente con falsa indignación mientras Elsa se encamina para recostarse sobre su pecho en el sofá—. No sueles llegar tan tarde del trabajo, ¿tiene algo que ver con esa llamada? —pregunta con inocencia, como si no fuera él el único culpable de todo lo que estaba ocurriendo.

Elsa reniega mientras oculta el rostro contra el cuello de su novio. —No quiero hablar más del dichoso tema, quiero mimar a Chimuelo y nada más —lloriquea como una niña pequeña, incluso se remueve un poco, provocándole algo de cosquillas a Hiccup, que es incapaz de contenerse las ganas de llenarle el rostro con besos. Está a punto de tomar sus labios cuando su gato se mete para darle unos cuantos golpes leves en la boca para apartarlo.

Incluso le bufa por unos largos segundos, ese melino mimado.

—¡Chimuelo! —lo regaña, y está a punto de sujetarlo del cuello para apartarlo, pero el animal se esconde en el cuello de Elsa, quien, entre risas, lo abraza y le sigue acariciando el lomo—. Por tu culpa ese gato anda faltándome el respeto, lo estás malcriando —la acusa intentando sonar firme, pero siendo incapaz de aguantar las risas.

—No es mi culpa que tú no lo mimes lo suficiente. El niño ha hablado, me quiere más a mí por un motivo más que evidente.

—Porque lo malcrías.

—Porque soy una madre maravillosa —corrige entre risillas, para reafirmar las palabras de Elsa, Chimuelo se acomoda para restregar su cabecita contra su mejilla y así ronronear sin parar—. ¿Ves? Me adora, soy su favorita.

Hiccup niega con la cabeza mientras los mira fijamente, tiene que usar su mano para tapar la enorme sonrisa que tiene dibujada en la cara. —Los dos sois de lo peor. Me siento terriblemente traicionado en mi propia casa —se va levantando del sofá pero Elsa tira rápidamente de su brazo para regresarlo a su lugar.

—Venga, no te vayas así, quiero estar acurrucada contigo un buen rato —deja un lento beso en su mejilla, ante el maullido indignado de Chimuelo, Elsa rueda los ojos con una sonrisa y besa la frente del gato, quien pronto vuelve a su postura de restregar toda su cabeza contra la mejilla y el cuello de Elsa.

—Digo yo que querrás comer algo, cielo —dice señalando con la mirada a la cocina—. No he estado tantas horas cocinando como para que ahora me lo rechaces.

—Oh, pobrecito mi niño, ha cocinado todo el día —le responde con una voz melosa.

—Puedo deshacerme de la comida si no la quieres —intenta volver a levantarse pero ella vuelve a tirar de él para disculparse exageradamente y finalmente darle un beso en los labios. Le agradece por cocinar para ella y él sonríe victorioso ante su tono de voz tan honesto—. ¿Tienes algún plan para hoy día además de quedarte acurrucada entre mantas con el gato? —pregunta con algo de burla mientras se dirigía a prepararle un plato de comida.

Seizing Her [HiccElsa//Mafia Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora