Antes de nada, créditos a la chica que me dio la idea: im_oana
Ahora si, comencemos.
POV RAFE:
Llevaba unos días de perro.
Había discutido durante horas con mi padre y lo único que conseguía era frustrarme más.
Sentía que todo se me echaba a perder.
Encima Max está demasiado encima de mi y no para de agobiarme.
Había vuelto de rellenar un par de documentos del trabajo que había heredado de mi padre y nada más llegar me encontré a Max con Sarah en el salón.
Intenté evitarlas pero, lamentablemente me vieron y no pude escaparme.
—Hola amor, ¿Qué tal el día? —se acercó la chica a mi, con intención de darme un beso en la mejilla. Pero antes de que hiciera nada, me aparté un poco de ella, no me apetecía su aprecio ahora.
Sin embargo, algo en ella cambio, el brillo que habia en sus ojos hacia tan solo un segundo, se desvaneció.
¿Que le ocurría ahora? Seguramente le vendría la menstruación o algo de mujeres.
Pero no estaba para esas tonterías ahora.
—Bien, gracias. Me voy a mi cuarto a descansar— le dije lo más calmado posible, para luego largarme del lugar y dejar a las dos ahí en medio del salón plantadas.
Y así fue pasando el tiempo, yo ocupado por mi trabajo, teniendo que lidiar con mi familia y Max, que había veces que no la soportaba.
Pero ya no era por ella, sino porque hay veces que no me soporto ni a mi mismo.
Solo quiero estar tranquilo, en paz y, cuando no lo consigo, me vuelvo un ser endemoniado.
No obstante, todo cambió de un día para el otro, Max ya no venía a verme cada tarde, ni siquiera me escribía o respondía mis llamadas.
Lo dejé pasar, no iba a estar persiguiéndola como su perrito faldero.
Pero, no aguanté como tanto yo quise y, terminé yendo a su casa, para intentar hablar con ella pero... No me encontré a quien yo esperaba ver.
—¿Qué haces tú aquí? —me recibió Jhon B, a su manera, como siempre.
—Vengo a ver a Max, no a ti, no te ilusiones —no pude evitar poner los ojos en blanco por su actitud, me sacaba de quicio él y sus amigos.
—Vaya, que sorpresa, ¿Y crees que ella querrá verte a ti, Rafe? —En su rostro podía notar cierto enfado, aunque no entendía el por qué.
—Oye, escuchame, que salga Max, no quiero hablar contigo, ni tampoco vengo a discutir —no me apetecía ponerme a pelear ahora con un tio, y menos con el hermano de Max.
—No saldrá, ¿Y sabes por qué? —El moreno se apoyó en el marco de la puerta, intendose contener de pegarme, podía notar en sus ojos la rabia—Porque no quiere verte ni en pintura después de lo que le has hecho.
—A ver, a ver —casi suelto una carcajada por su comentario—. Lo primero, tú no eres quien para decidir sus decisiones —me acerqué un poco a él, plantándole cara—. Lo segundo, yo no le he hecho absolutamente nada. Es ella la que me ha dejado de hablar de repente.
—No, yo no he elegido por ella. ELLA misma me ha dicho que no te quiere volver a ver —con su dedo índice, me señaló, acusándome—. Y además, ¿Que no has hecho nada? ¿En serio voy a tener que decirte todo lo que le has hecho? Te esperaba más listo.
—De acuerdo, maestro, dígame —le vacilé, con una sonrisa de lado—¿Que le he hecho a Max?
Jhon B quitó su mirada de mi, mientras soltaba una pequeña carcajada que parecía más de burla.
Tenía muchas ganas de pegarle un puñetazo, pero por mí bien y la de todos, era mejor que me contuviera.
—De acuerdo, para empezar, la has tratado como una mierda, cuando ella vale más que el oro puro. La ignorabas, le hablabas como si fuera tú sirvienta, la utilizabas... ¿Sigo? —por cada palabra que salía de su boca, una parte de mi corazón se iba partiendo aun más. No podía ser cierto aquello, no, se lo estaba inventando. Yo nunca la trataría así... ¿O si?— La dejaste sola cuando más te necesitaba... Ella estuvo cada tarde en tu casa, esperándote de tu estúpido trabajo y tú solo la rechazabas. ¿Para que coño la querías entonces? Ella no merece que la traten así, ella merece a un buen hombre que la quiera de verdad y tú justamente no eres ni un hombre ni buena persona. Eres un niño de papá.
—Como me sigas hablando así te dejaré hecho una mierda, Jhon B—sentia la furia por mis venas por sus ridículas palabras. Yo era un hombre. Él solo era un niñato que no valía nada. ¿Quién se creia para hablarme así?
—Le has roto el corazón, y no solo eso, lo has pisoteado repetidas veces y ella aún así se quedó contigo —en sus ojos, de repente, su rabia se convirtió en tristeza—. No sabes las tardes que se pasaba llorando a mi lado por tu culpa... No tienes ni idea. Y ella podría estar con un hombre mejor, y aún así estuvo a tu lado todo el tiempo, aunque tú no la valoraras ni le hicieras caso.
No tengo ni idea de en qué momento sucedió pero, algo en mi terminó completamente roto por sus palabras.
En sus ojos podía notar que era totalmente sincero conmigo, que de verdad había hecho todo eso a la chica que amaba y fui tan idiota de no darme cuenta hasta ahora.
Ahora que la he perdido, me he dado cuenta del gran error.
¿Como he podido tener a alguien tan valioso a mi lado todo este tiempo y haberlo tratado como una mierda?
Soy un imbécil completamente.
Me largué del lugar antes de que Jhon B me viera llorar, no quería que viera mi parte débil.
Me fui sin más, sin despedirme.
Estaba decidido, iba a recuperarla, porque la amaba de verdad, y porque ella merecía lo mejor del mundo.
Y si no logro recuperarla, por lo menos obtener un perdón de su parte.
Juro que lo haré.
Porque la amo, y estaba tan ciego que no me había dado cuenta hasta ahora que de verdad la quiero.
