Gianna
Me fui de la habitación del hospital, sintiendo una mezcla de emociones. La forma en la que Ekaterina me había hablado era inaceptable. Me sentía enojada, dolida y confundida, también creo que algo celosa, no se que pasará si están los dos solos en aquella habitación.
Decidí ir a la casa de mis padres. Necesitaba hablar con ellos sobre lo que el padre de Alessandro me había dicho. ¿De verdad era adoptada? ¿Eso significaba que no tenía por qué casarme con Alessandro? ¿Pero, si no me casó, que pasará con Sofía? Todo era tan confuso.
Al llegar, mi madre me recibió con un gran abrazo, confundida correspondí. En nuestra familia no era normal el contacto físico.
—Gracias por salvar a Sofía —dijo, haciéndome entender
Sonreí y acaricie su espalda. Cuando nos separamos decidimos ir a la sala para hablar más tranquilas. Alli se encontraba mi padre. Sentía rencor por mi compromiso con Alessandro.
—Necesitamos hablar —dije, con seriedad.
Mi madre se sentó junto a Don Bianchi, trague saliva y me senté junto a ellos. Ambos me miraban expectantes.
—¿Soy adoptada?
Mi padre y mi madre intercambiaron una mirada incómoda. Mi madre tomo aire antes de responder.
—Gianna, hija... —comenzó con suavidad—. Hay algo que debimos haberte contado hace mucho tiempo. Si, eres adoptada.
Sentí como si hubiera recibido un golpe. Adoptada. La palabra resonaba en mi mente. De repente, muchas cosas comenzaron a tener sentido. Mis padres siempre habían sido un poco distante conmigo, y ahora entendía el por qué. Ellos no eran mi familia biológica.
—¿Por qué no me lo dijeron? —pregunté, sintiendo una mezcla de emociones.
—Es algo difícil de explicar —dijo mi madre.
¿Y ahora qué? ¿Qué pasaría ahora? No podía ser tan difícil de explicar.
—¿Y ahora? —pregunté—. ¿Qué significa esto para mí? ¿Para mí compromiso con Alessandro?
Mi padre se inclinó hacia adelante, su rostro estaba serio y autoritario.
—Gianna, escúchame bien —habló con firmeza—. Aunque eres adoptada, sigues siendo mi hija y tienes responsabilidades hacia esta familia. Y una de esas responsabilidades es casarte con Alessandro.
¿Aún le seguía importando ese estúpido matrimonio? Maldición.
—Pero, papá...—comencé a protestar.
Mi padre levantó la mano, cortándome la palabra.
—No hay peros, Gianna. Este es un acuerdo que se hizo hace mucho tiempo y no podemos echarnos atrás ahora. El matrimonio con Alessandro es crucial para el bienestar de esta familia y no voy a permitir que lo arruines.
Mi madre me tomó la mano, intentando suavizar la situación.
—Gianna, cariño... —dijo con suavidad—. Entiendo que esto es mucho para ti, pero debes pensar en el bien de la familia. Alessandro es un buen hombre y te hará feliz.
Me sentí atrapada y desesperada. ¿Cómo podían pedirme que sacrificara mi felicidad por el bien de la familia? ¿Y qué pasaba con mis sentimientos hacia Alessandro? ¿Y con Ekaterina y su hijo?
—Pero, papá... —insistí—. ¿Y si no quiero casarme con él? ¿Y si amo a alguien más?
Mi padre se puso en pie, su rostro enrojecido por la ira.
—¡No hay opción, Gianna! —gritó—. Vas a casarte con Alessandro y punto. No vamos a discutir esto más.
Me sentí como si hubiera sido sentenciada a una vida de desdicha. ¿Qué podía hacer ahora?
Me levanté del sofa, sintiendo una mezcla de rabia y desesperación. No podía creer que mi padre estuviera dispuesto a sacrificarme de esa manera.
—No puedo creer que estés dispuesto a hacerme esto —dije, mi voz temblando de ira—. No puedes obligarme a casarme con alguien que no amo.
Mi padre se acercó a mí, su rostro enrojecido.
—¡Tú harás lo que te digo! —gritó—. Eres mi hija y harás lo que es mejor para esta familia.
Me sentí como si hubiera sido golpeada. ¿Cómo podía mi padre hablar conmigo de esa manera?
—No soy tu propiedad —dije, mi voz firme—. Tengo derecho a decidir sobre mi propia vida.
Mi madre se puso en pie, intentando intervenir.
—Por favor, cariño... —dijo—. No hables así con tu padre.
Pero yo no me detuve.
—No voy a casarme con Alessandro —dije, mi voz clara—. No voy a sacrificar mi felicidad por el bien de esta familia.
Mi padre me miró con odio
—¡Entonces sal de esta casa! —gritó—. Si no vas a hacer lo que te digo, entonces no eres bienvenida aquí.
Me sentí como si hubiera sido golpeada. ¿Cómo podía mi padre decirme algo así? Pero sabía que no podía retroceder. Tenía que luchar por mi felicidad, no importaba el costo. Así que me di la vuelta y salí de la habitación, dejando atrás a mis padres y su odio.
Me dirigí a la puerta principal, mi corazón latía con fuerza y mis ojos estaban llenos de lágrimas. No podía creer que mi padre me hubiera hablado de esa manera.
Sentí que mi mundo se estaba derrumbando a mi alrededor. Al llegar a la puerta, me detuve un momento y me di la vuelta para mirar a mis padres, que se quedaron en la sala, mirándome con una mezcla de ira y desaprobación.
Mi madre parecía querer decir algo, pero mi padre la detuvo con un gesto de su mano. Sentí un vacío en el pecho al darme cuenta de que mi familia no me apoyaba. Salí de la casa, cerrando la puerta detrás de mí y respiré hondo. El aire fresco me ayudó a calmar un poco mi ansiedad.
No sabía qué hacer ni a dónde ir, pero sabía que no podía regresar a esa casa. No mientras mi padre insistiera en que me casara con Alessandro.
Caminé sin rumbo, tratando de aclarar mis pensamientos. ¿Qué iba a hacer ahora? ¿Dónde iba a vivir? ¿Cómo iba a mantenerme? Pero también había una pregunta más importante: ¿qué pasaba con mi corazón? ¿Qué sentimientos tenía hacia Alessandro y hacia Ekaterina? Y, sobre todo, ¿qué era lo que realmente quería para mi vida? Seguí caminando, sabiendo que tenía que encontrar respuestas a todas esas preguntas. Y pronto.
Mientras caminaba, perdida en mis pensamientos, no me di cuenta de que alguien me seguía. De repente, un brazo fuerte me rodeó la cintura y me arrastró hacia un coche que estaba estacionado en la acera. Me resistí y traté de gritar, pero una mano me tapó la boca. Me sentí aterrorizada, sin saber qué estaba pasando ni quién me estaba secuestrando.
El coche arrancó y comenzó a moverse a gran velocidad. Yo seguía tratando de forcejear, pero mi secuestrador era demasiado fuerte. Me sentí desesperada, sin saber qué iba a pasar conmigo.
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Amor a la fuerza | 01 | Finalizada✔️
ActionSinopsis Gianna Bianchi, hija del poderoso Don Bianchi, se enfrenta a un destino impuesto cuando su padre decide que se casará con Alessandro Petrov, el jefe de la mafia rusa. La joven se siente atrapada y sin opciones, ya que su padre amenaza con c...