Taehyung sostuvo con suavidad la toalla que reposaba entre el baño y la ducha, sintiendo la textura cálida y esponjosa en sus manos. Con movimientos lentos y cuidados, comenzó a deslizarla sobre su piel, secándose con delicadeza, como si cada fibra de la tela pudiera absorber no solo la humedad, sino también el cansancio que sentía en su cuerpo, el agua caliente aún parecía latir en su piel, pero el frío del aire comenzó a envolverlo poco a poco.
Había sido un baño breve, pero suficiente para calmar en parte la tensión acumulada, a medida que pasaban los segundos, el cansancio se hacía más presente, sus piernas ahora parecían flaquear ligeramente, como si los músculos ya no pudieran sostener, un leve malestar lo invadió entre los omóplatos, un dolor que se había instalado de forma persistente en su espalda, como una sombra que no se desvanecía.
Respiró hondo, sintiendo cómo el aire fresco del cuarto de baño se mezclaba con la suavidad de la toalla, tratando de aliviar la tensión que había quedado grabada en su cuerpo, aun así no pudo evitar que su mente siguiera dando vueltas, mientras sus manos seguían acariciando la tela, secando con paciencia los últimos rastros de humedad que quedaban en su piel, Taehyung caminó con pasos lentos hacia el espejo, dejando tras de sí un ligero rastro de agua sobre el suelo de cerámica, la toalla que aún colgaba de su cuerpo, se deslizaba suavemente sobre su piel, mientras el ambiente del baño comenzaba a envolverlo en una calma tensa, al llegar frente al espejo, la mirada del castaño se fijó en su reflejo, por primera vez enfrentándose a sí mismo con una mezcla de curiosidad.
Sus ojos se centraron en la marca rojiza que cruzaba su mejilla, una línea fina que parecía haberse instalado allí con la misma persistencia que el dolor, era una cicatriz reciente, y al tocarla ligeramente, sintió que aún le molestaba, como si el tiempo no hubiera conseguido borrar del todo el impacto de lo que la había causado, Jungkook había tratado de cubrirla, en hacer todo lo posible por ocultarla, cuidando que no quedara expuesta al aire, convencido de que eso ayudaría a que sanara más rápido. Pero Taehyung, en ese momento, decidió dejarla al descubierto, permitir que su piel respirara, que sanara a su propio ritmo, había retirado la gasa mojada hacía unos minutos.
Sin apartar la vista de su reflejo, su mirada descendió por su cuello y sus ojos se encontraron con una serie de marcas más antiguas, una cicatriz más profunda en su clavícula que ya no dolía, pero que estaba ahí que nunca supo cómo es que se la hizo, pero teniéndolo como recuerdo imborrable, había otras sobre su cuello quizás eran menos profundas más superficiales, pero todas compartían el mismo origen: Jungkook.
No podía evitar pensar en cómo, a lo largo del tiempo, esos gestos, esas huellas, se habían convertido en parte de su cuerpo, había marcas que perdurarían, como un testamento silencioso de lo vivido y otras que desaparecían con el tiempo, como si nunca hubieran estado allí.
Observó detenidamente su cuello, donde varias marcas rojizas adornaban su piel, casi como pequeños hematomas recién formados, eran restos de mordidas recientes, leves, que comenzaban a desvanecerse lentamente, dejando una leve huella que aún podía distinguirse en la piel. Su labio inferior, ligeramente hinchado, también llevaba la memoria de los mordiscos que había recibido, cada uno dejando una sensación persistente, al desplazar su mirada hacia abajo y descubrir sus piernas notó con incomodidad las marcas alrededor de sus muslos, su cintura, aunque más disimulada, aún le provocaba una leve molestia al rozarla.
Al rememorar lo sucedido unos minutos antes, una oleada de emociones invadió a Taehyung, la sensación del frío que le calaba los huesos, combinado con la cercanía de su cuerpo, parecía revivir con intensidad la sensación retorcida de placer que había experimentado en el bosque, cada detalle, cada imagen, cada palabra aún resonaba en su mente, pero de pronto el malestar en su interior se intensificó al recordar el momento en que sus ojos se habían encontrado con los de la chica, y el nudo en su estómago se apretaba más con solo pensar en ella. Aquella imagen no se le despegaba de la mente, la chispa de curiosidad y de algo más que había sentido al mirarla se transformaba ahora en un dolor agudo en su cabeza, como si su cuerpo estuviera reaccionando a algo que aún no comprendía del todo.
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AHOPSAN FOREST • KOOKV
Fiksi Penggemar[ EN EMISIÓN ACTUALIZÁNDOSE] Kim Taehyung, un joven con una mente inquieta y ambiciosa, se adentra en el Bosque Ahopsan de Busan con su cámara de video, buscando crear el contenido más innovador para las plataformas digitales. En solo dos días, su m...