¿Nuevamente nueve? BangchanxMalereader

23° •

Nota: No se me ocurre un título para este capítulo 😭

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—Me siento como las mujeres de la antigüedad, encerradas, limpiando y siendo ignoradas por sus maridos.— Se quejó rayando en una hoja que le había dado Chan para que dibuje mientras el terminaba su trabajo del día.

—¿Qué dices?— Giró su cabeza despegando la vista de su computadora.

—Que te hice un dibujito.— Estiró la hoja hacia a él.

—¿Otro?— Tomó la hoja mirando el dibujo. —Que lindo canguro.— Sonrió guardando el dibujo en su carpeta.

—Si todo lo que haces desde que llegaste es trabajar. Ojalá June no hubiera cortado la llamada.— Recostó su cabeza en la mesa. —¿Me das otra hoja?

—Lo sé, lo siento.— Acarició los cabellos ajenos. —¿Otra más?

—Es mi culpa por querer salir con un millonario de vida ocupada.— Bromeó estirando su mano para poder tomar otra hoja.

Así habían estado durante toda la tarde desde que el líder llegó de trabajar. Él sentado frente a su laptop y Lewis sentado junto a él y llenándolo de dibujos que hacía para no aburrirse del todo.
Al principio no dejaba de hablarle y el líder intentaba mantener una conversación, pero debía mantener su concentración en aquella aburrida pantalla brillante y su novio no estaba ayudando mucho, así que decidió darle una hoja y un lápiz para que se entretuviera con eso, aunque ahora tenía más dibujos que hojas en blanco.

—Ya estoy terminando, ¿quieres algo en específico para cenar?— Preguntó al menor, que en algún punto se había puesto a hacer pilates a su lado, sin despegar su vista de la pantalla.

—Quiero...— Pensó por unos segundos volviendo a sentarse a su lado. —...pescado relleno a la parrilla, del que hace mi papá.

—¿Te parece si comemos fideos?— Sonrió.

—Okey.— Alzó sus hombros recostandose en el suelo.

—Amor, ¿podrías pasarme el pendrive que guardé en el primer cajón?— Preguntó soltando un suspiro cansado. Lewis se sentó rápidamente al oír aquel sobrenombre, su respiración se alentizó y el calor subía lentamente hasta sus orejas. —Debo guardar esto ahí para llevarlo mañana.— Explicó al no oír movimiento por parte de su pareja.

—Ah, sí.— Se levantó de manera robotica y caminó hasta el cajón para buscar el pendrive bajo la atenta mirada del mayor, quien solo sonrió ante sus torpes movimientos. —Ten.— Extendió el pendrive mientras volvía  sentarse.

—Gracias, amor.— Tomó el pendrive soltando una risa silenciosa al ver como ahora las mejillas del menor también se teñían de rojo.

—Sí, no es nada.— Agarró nuevamente el lápiz y su mano comenzó a hacer círculos sobre la hoja.

—¿Por qué estás tan tranquilo de la nada?— Guardó todos los archivos en el pendrive para luego cerrar su laptop y llevar su mirada hasta su pareja, quien sólo hacia círculos en aquel papel.