ʚɞ DR3 ʚɞ
A la mañana siguiente, me desperté con un ligero dolor de cabeza debido a que no había dormido del todo bien, pero al menos había descansado lo suficiente como para sentirme menos cansado.
Cuando salí de mi habitación lo primero que vi fue a Hannah y a Max cocinando el desayuno juntos, nunca había pensado que los iba a ver de esta manera y por primera vez me replantee si realmente estaba despierto o seguía en un sueño hasta que Hannah empezó a gritarle a Max por no cocinar algo bien.
—¿Cómo puedes quemar algo tan simple como unas tostadas?—exclamó Hannah moviendo su espátula amenazantemente hacia Max.
—Perdona si no tengo tu nivel de exigencia culinaria—dijo con ironía—Venga ya Hannah, esto no es un concurso de cocina, es solo un desayuno y si no te gusta como lo hago, espabílate—replicó cruzándose de brazos mientras miraba a todos lados evitando la mirada desafiante de Hannah. Me acerqué y me apoyé en el marco de la puerta observando como iban discutiendo.
—Eso es exactamente lo que voy a hacer—respondió Hannah decididamente y apartando a Max de su lugar en la cocina y poniéndose en su sitio. En ese momento caminé hacia ellos y tomé una taza de café para terminar de despertarme por completo mientras notaba como me seguían con la mirada.
—¿Sabéis que hay algo llamado "trabajo en equipo" verdad?—dije tomando u sorbo de café y mirándolos por encima de la taza.
—Danny, ¿podrías decirle a este inútil que cocinar unas tostadas es lo más básico que existe?
—Dile a esta que al menos agradezca que me levanté temprano para intentar ayudar.
—Definitivamente, ambos necesitáis un poco de café—dije tendiéndoles las tazas que acababa de servir.
Ambos las tomaron y bebieron en silencio mientras trataban de alistar todo para el desayuno, entonces noté que Hannah me estaba mirando un tanto preocupada, con ganas de decir algo que parecía que no sabía como decir.
—¿Pasa algo?—pregunté mirándola con una sonrisa.
—No nada, solo quería preguntarte si habías dormido bien, pero ya veo que más o menos sí.
—Sí, la verdad es que he dormido bastante bien, gracias por preocuparte Hannah—sonreí y me abrazó.
Se me hacía raro tener tanta atención al momento, sobre todo de ellos dos y me sentí un poco incómodo, pero también agradecido. Nunca había sido muy bueno para lidiar con momentos de cercanía, siempre pensaba que algo podía salir mal.
Cuando pensaba que la conversación volvería a ser ligera, Hannah se apartó un poco y se dirigió a mi habitación. No le presté mucha atención en ese momento, hasta que unos minutos después la vi salir con algo en la mano: un collar, pero no solo un collar, su collar, Maya.
—¿De quién es este collar?—preguntó, observando el pequeño colgante de mariposa con una expresión intrigada.
—Es de una chica que Daniel conoció en una fiesta, pensé que le habías devuelto—contestó mirándome y puse una mano sobre mi cara para intentar ocultar mi frustración. Sabía que ese collar iba a traer problemas tarde o temprano y encima se me olvidó guardarlo bien.
—No es lo que piensas—dije rápidamente, aunque incluso yo noté que mi tono sonaba a una defensa torpe y poco convincente.
—Entonces, ¿qué es?—preguntó ella, sosteniendo el collar con cuidado, como si tratara de descifrar un misterio.
—Es de una amiga—dije finalmente, evitando mirar a Hannah directamente, deseando por dentro que no preguntara más.
—¿Una amiga? ¿Te hiciste amiga de Maya? Qué rápido vas Romeo—repitió Max, con un tono que sugería escepticismo absoluto. Incluso dejó escapar una pequeña risa burlona, como si disfrutara de mi incomodidad.
—¿Si es una amiga, porque no se lo devuelves?, debe ser muy importante para ella—intervino Hannah, mirándome como si insinuara alguna cosa más fuera de lo normal-
—Se le cayó en la fiesta, aún no entiendo por qué Daniel no se lo ha devuelto—dijo Max sonriendo mientras me miraba, parecía estando haciéndolo a propósito, si abría la boca un poco más me las iba a pagar.
—Lo haré, dejad de meter prisa—respondí, esperando que eso fuera suficiente para zanjar el tema. Max, por su parte, seguía mirándome con una expresión divertida, como si estuviera disfrutando de mi incomodidad.
—Si quieres te acompaño a verla—dijo Max con una sonrisa irónica antes de volver a centrarse en las tostadas.
Hannah rodó los ojos y me dio una palmadita en el hombro antes de regresar a la cocina. Aunque la situación parecía haber terminado, sabía por las miradas que no todo había terminado ahí, así que decidí terminar mi tostada, beberme mi café e irme de ahí dejándolos a los dos solos hasta que vi que Max me seguía.
—Eh tío, espérame, ¡no me dejes a solas con Hannah!—exclamó corriendo detrás de mí y me detuve por no hacerlo correr más y ambos empezamos a caminar por Faenza.
Mientras caminábamos por las tranquilas calles de Faenza, Max guardaba las manos en los bolsillos, mirando de vez en cuando hacia las ventanas de las casas. Estuvimos todo el camino en silencio hasta que quise hablar, pero Max habló antes.
—Oye Daniel... Sé que no te digo mucho esto, pero que sepas que aquí me tienes para cualquier cosa, si necesitas estar solo, lo entiendo, pero si me necesitas ahí estaré.
—Gracias Max, la verdad es que estoy mejor desde que estáis ambos conmigo, es entretenido ver como los dos no os entendéis de ninguna manera—confesé entre risas y Max me miro y se rio también.
—Es culpa de Hannah, ¿qué problema tiene con las tostadas?
—Creo que el problema es más con tu persona—dije entre risas y Max me miró haciéndose el ofendido.
—Pues yo creo que está celosa, claro, no soporta que tú y yo seamos más amigos que tú y ella—soltó sonriente y orgulloso hasta que me vio reírme de lo que acababa de decir y de nuevo abrió la boca sorprendida—¿La prefieres a ella verdad?
—Qué va, os quiero a ambos por igual, ¿no ves que le quité la vuelta a Lando por ti?—contesté y me miró sin querer creer lo que decía.
Así siguió la conversación durante mucho rato hasta que llamaron a Max para unas pruebas en el simulador y tuvo que despedirse para ir hasta Milton Keynes, pero antes de irse me abrazó.
—¿Estás seguro de que no quieres venir? Seguro Christian te recibirá muy bien y te podría ayudar en algo—propuso mientras se separaba de mí y no pude evitar recordar todas las falsas promesas que me hizo Christian durante mucho tiempo, como me usó simplemente como un peón o como un simple ayudante para Max durante tantos años para luego echarme antes de cumplir su promesa.
—No gracias, estoy bien aquí en Faenza—respondí, rechazando su propuesta y Max sonrió entendiendo mi decisión y se marchó en su coche hasta el aeropuerto más cercano.
Mientras caminaba de vuelta a mi casa, muchas cosas vinieron a mi cabeza, si tan solo me hubieran dejado la oportunidad de llegar a Red Bull, ahora estaría viajando con Max a Milton Keynes a probar el simulador para el siguiente Gran Premio. Pero no, decidieron deshacerse de mí por un rookie de F2 que aparentemente va a hacerlo mejor que yo y puede que consiga mi lugar en Red Bull y puede que hasta llegue a ganar un campeonato con ello, porque a él se le dio la oportunidad, no a mí.
HOLAAA, fin de capítulo, tarde un poquito en subirlo, pero igual, aquí está, espero que os haya gustado y si os va gustando la historia me encantaría leer vuestros comentarios. Por cierto, ¿verdad que no soy la única q no está preparada para Abu Dhabi? Voy a llorar demasiado T T En fin, byeee<3
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the last lap. || Daniel Ricciardo
RomanceDaniel Ricciardo es el piloto de RB en su camino para volver donde empezó, Red Bull, pero el equipo tiene otros planes. Tras una temporada sin llegar a los puntos deciden reemplazarlo por un rookie de la F2 que parece que promete, esto lo lleva a en...