Tammy un joven acostumbrado a la vida urbana y a las relaciones superficiales, despertó súbitamente; después de ser asesinado por su mejor amigo y primer amor, en un mundo salvaje y desconocido siendo cargado por una serpiente gigante.
«¿Por qué es...
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Serpiente capitulo 11
Siseos frenéticos, casi sin sentido, hacían eco dentro de la cueva bajo el acantilado, acompañados de golpeteos rítmicos y gemidos ilarantes.
Canek, envuelto en un éxtasis inexorable, daba certeras embestidas en lo que él llamo "el lugar dulce de su femin".
Habían llegado al clímax varias veces, y aún así no estaban ni cerca de separarse
Caneck siempre admiró la relación de sus padres. Deseaba tener una unión similar, basada en el amor y respeto que ellos le demostraron. Aunque no entendía del todo el significado de los distintos vínculos que tanto se mencionaban en Grundig, su instinto lo guiaba.
La mirada voraz de la serpiente permanecía fija en su amante, grabando cada expresión en su memoria. La calidez del cuerpo de su fémin lo incitaba a permanecer unido a él, como si se tratase de una adicción insaciable..
-Sss...Sss...sSsssSssss -un gemido siseante escapó de la boca de Caneck al sentir cómo las paredes internas de Tam lo estrujaban sin piedad.
Con mucha más fuerza, y precisión renovadas, embistió frenéticamente el punto más sensible de Tam, arrancándole un grito que lo dejó casi afónico.
Por un instante, Tam dejó de respirar, perdido en una extraña neblina blanca. Sentía el clímax cercano, inminente y arrollador. Su interior estaba lleno, invadido por el monumental órgano sólido y ardiente de Caneck, que se negaba a abandonar su cuerpo. Una y otra vez presionaba el punto más sensible dentro de él, arrancándole gemidos exasperados mientras rogaba por más. Por primera vez, Tam experimentó un placer auténtico en aquel acto carnal.
Caneck, conteniéndose por un momento, dejó de embestir con tanta vehemencia. Su mirada llena de fuego recorrió la fina cadera de su fémin y, embelesado, admiró el cuerpo sensual y jadeante de su pareja. El calor lo golpeó de nuevo, como un vendaval imparable.
Tomando a Tam por las caderas, Caneck invirtió las posiciones, dejando a su amante sentado sobre él. Luego, recorrió su abdomen hasta detenerse en el ombligo, donde comenzó a acariciarlo con precisión, mientras su otra mano se apoderaba del glúteo izquierdo de Tam, dándole el impulso necesario para subir y bajar.
El toque frío y escamoso de Caneck provocaba sensaciones extrañas en Tam, una mezcla de placer y desconcierto.
Las manos de la serpiente se amasaban con fervor las redondeadas posaderas de su amante. Con cada movimiento, Tam gemía entre dolor y placer, incapaz de resistir la intensidad de ser invadido y poseído de forma tan brutal.
Caneck apretaba cada vez más esas suaves montañas, su impulso fogoso se acresentaba con cada gemido de su fémin. Su boca atacó la de Tam, buscando complementar aquel vaivén de placer desbordante.
Sus labios se mantuvieron unidos de manera casi hermética, mientras sonidos acuosos llenaban la cueva. Los besos húmedos se mezclaban con el eco de sus movimientos, y las lenguas -la bífida de Caneck y la más pequeña de Tam- se entrelazaban frenéticamente. De sus bocas escurría una mezcla de saliva que manchaba sus barbillas y cuellos
Tras un rato, ambos alcanzaron el clímax al mismo tiempo, vendiéndolo con un beso ardiente.
Caneck continuó besando a Tam, esta vez con más calma y ternura. Luego limpió a su pareja con delicadeza y lo envolvió en una frazada cálida y oscura. Tomando su forma animal, se enroscó protectoramente alrededor del cuerpo envuelto de su amante.
Esa noche, Caneck no durmió. Permaneció vigilando el sueño de Tam, escuchando con devoción el suave latido de su corazón, el órgano que mantenía viva su felicidad. La respiración pausada y casi imperceptible lo mantenía hipnotizado. Nunca había imaginado ser tan bendecido por el destino: ser el macho del fémin más espléndido y excepcional de todo el reino.
Su mirada lumínica no se despegó ni por un segundo de su pareja, imaginado un futuro lleno de dicha junto a su femin, teniendo una familia a la que protegería con su corazón. Sabía que su vínculo era fuerte, como si hubiera viniera desde vidas anteriores.
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¿Que les parece?
Me gusta mucho escribir sobre esta pareja, aunque no actualizo seguido.
En los capítulos siguiente me gustaría ahondar en la infancia de Caneck.
Por si no lo habían notado Caneck es una serpiente bastante adulta, pero apesar de su edad él es muy inexperto cundo se trata de sentimientos, y lo poco que sabe de los vínculos afectivos son los recuerdos heredados de sus antepasados lejanos.
¿Les gustaría que creará una cuenta de instagram o Facebook para compartir cosas en relación con esta historia?
