Prefacio

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El cazador mira su presa, planea el movimiento para atacar y cazar a su presa con solo un movimiento, sin dolor, sin sufrimiento, pero su presa se escapa y el siente alivio al saber que no mato otra vez, a él no le gusta matar le da miedo a si mismo saber lo que le hace a sus presas saber que sufren cada segundo, cada minuto mientras él se alimenta de su sangre fresca a intentado de todo desde matarse hasta beber sangre de animales o robar sangre de hospitales, pero eso no sirve de nada, su cuerpo, su instinto le pide cazar de alimentarse de lo único que lo puede satisfacer totalmente, de sangre humana... 

Un chico vampiro y yo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora