Capitulo 4

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-Si es que eres una tolai, tú. –Dijo Enzo riéndose de mi cara.

Cinco minutos después no aguantaba más. Así que decidí levantarme e ir al baño delantero. Intenté hacer pis como podía, tiré de la minúscula cadena y me lavé las manos en aquel lavamanos para enanos. Al intentar abrir la puerta, no se abría.

No, no podía tener tan mala suerte, me pierdo en el aeropuerto y me quedo encerrada en el baño claustrofóbico de un avión. No por favor, decirme que es una broma.

Decidí hacer fuerza y empujar la puerta hasta que se abriera, estuve un buen rato, hasta que se abrió de golpe, y sentí que le dio a algo, o a alguien.

-¡AUCH! –Gritó una voz, que me era muy familiar.

Salí del baño a ver a quien había dado.

NO

PUEDE

SER.

Aaron.

Mierda.

Me quedé paralizada al verlo, el corazón se me volvió a acelerar, parecía que se me fuera a salir por la garganta, el estómago se me estremeció. Y la preocupación que tenía, era evitar no quedarme roja como un tomate, y no el daño que le habría podido causar.

Cuando le miré y le ví con una mano en la cabeza por el dolor, tuve que hacer algo, obviamente.

-Lo siento. Lo siento Aaron, fue sin querer. –Le dije, disculpándome por segunda vez a la misma persona en menos de 5 horas, olé mi torpeza.

Al oir mi voz, levantó la cabeza dispuesto a mirarme.

-Vaya, la chica torpe que se pierde en el aeropuerto, se choca conmigo y me pega portazos. –Me dijo intentando aguantarse el dolor. –Buena manera de empezar el verano. –Dijo riéndose.

-Buf. No me lo recuerdes. Anda espérate que voy a pedir que te pongan algo.

-Sí, pero si me permites, antes me gustaría ir al baño, a lo que he venido.

-Si, entra, y haz... tus necesidades... Digo, voy a buscar algo... -Dije sonrojándome y muriéndome por la vergüenza.

¿Qué estoy diciendo? ¿QUÉ COÑO ME PASA? SOY ESTUPIDA.

Al salir una azafata le dio un poco de hielo y una pomada para que no se le hinchara. Mientras yo fui a sentarme a mi asiento, pasaba de quedarme allí y hacer más el ridículo.

-Si que has tardado yendo a mear. ¿Te has quedado a gusto? –Me dijo Enzo riendo.

-Ui si, mucho. –Dije irónicamente.

Decidí ponerme los cascos y oír música tranquila, mientras seguía leyendo.

"Have I found you

Flightless bird;

Jelous; weeping or lost you

American mouth

Big pill; looming"

Los ojos se me fueron cerrando poco a poco, a medida que la dulce melodía de la canción iba sonando, estaba dejando de oír la música, poco a poco, como si el volumen fuera bajando, y al cerrar los ojos por completo, cuando mi cerebro estaba dejando de percibir la realidad...

-¡NOA COÑO! Escucha al chico que te esta hablando! –Me dijo Enzo, tan sútil como siempre para despertarme.

-Gilipollas, estaba empezando a dormirme, tio. ¿Qué pasa? –Dije frotándome los ojos.

-El chico que esta a tu lado, tonta.

Me giré hacia la derecha, y ahí estaba Aaron.

-Aa... Aaron... ¿Qué... Qué pasa? –Le dije con dificultad al hablar, la verdad, estaba muy nerviosa.

-Así que Gayle Forman, ¿Eh? –Me dijo refiriéndose a la autora de mi libro, "Si decido quedarme".-Es precioso... –Continuó, señalando el libro, con una pequeña sonrisa en el rostro.

Vaya, le gusta la literatura.

-Sí, lo es...-Dije.

-"No puedo gritar hasta que me duela la garganta, ni dar puñetazos hasta que me sangre la mano..." –Continué recitando ese fragmento del libro.

-"Ni arrancarme el pelo a mechones, hasta que el dolor de mi cuero cabelludo, me haga olvidar el de mi corazón..." –Seguí. Solté una pequeña risa, no sabía que decir.

Hubo un silencio entre los dos.

-Y bueno... ¿Qué... Qué querías? –Le pregunté un poco para romper esa tensión.

-Ah sí. Se te ha caído esto, al salir del baño.-Me dijo dándome la pulsera que me regaló Ari por mi cumpleaños. Nuestras manos se tocaron, eso hizo que mi piel se erizara, y sintiera un escalofrío por todo el cuerpo.

-Gracias Aaron. –Le dije. –Es muy importante para mi.

-De nada....-Dijo esperando a que le dijese mi nombre.

-Noa.

-Noa. –Repitió.

Nos quedamos los dos en silencio, ninguno sabía que decir, mi mirada se clavó en la suya, no podía evitarlo, no sé que me pasaba.

-Se tiene que sentar, el avión va a aterrizar dentro de un rato. –Le dijo una azafata a Aaron.

No pude decirle nada más, él se fue hacia los asientos de atrás, tal y como le guiaba la azafata. En fin, cerré el libro y lo guardé.

Recuérdame. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora