Capítulo 27

321 28 32
                                        

                                     (𝙋𝙖𝙨𝙖𝙙𝙤)

Tras la colisión, un silencio incómodo reinaba en el sistema. Los planetas, usualmente charlatanes y curiosos, se mantenían rígidos en sus órbitas, cumpliendo con el mandato del Sol, que observaba desde su lugar con una mezcla de tristeza y severidad. Nadie hablaba, nadie quería mirar hacia donde Proto flotaba rodeado por los restos de Theia. Era un recordatorio de la tragedia que acababa de ocurrir.

Proto estaba casi inmóvil. Su cuerpo, antaño brillante, estaba ahora lleno de cicatrices, y una de las más profundas se extendía por su cabeza. Dentro de él, apenas consciente, una palabra se repetía una y otra vez: Theia. No entendía del todo por qué resonaba tan fuerte. Solo sabía que esa palabra, ese nombre, le quemaba el alma más que cualquier herida.

Las piedras de Theia flotaban a su alrededor, girando como si buscaran un lugar al que pertenecer. Había algo extraño en ellas, algo que Proto no podía ignorar. Era como si, a pesar de estar fragmentada, Theia todavía estuviera allí, observándolo, tratando de alcanzarlo.

—¿Quién eres? —murmuró Proto, su voz apenas un eco en el vacío.

Por un instante, sintió un leve tirón en su gravedad, como si una de las rocas respondiera. Pero no había palabras, solo ese extraño movimiento, un susurro que parecía decirle que no estaba completamente solo.

A pesar de su confusión y dolor, Proto sintió algo profundo: una conexión con esos fragmentos que ahora orbitaban a su alrededor. Sin comprender del todo, extendió su gravedad hacia ellos, envolviéndolos como si tratara de protegerlos. En lo más profundo de su ser, supo que, aunque no entendía qué había sucedido realmente, no quería perder a Theia, fuera quien fuera.

Con el paso del tiempo, los fragmentos de Theia se fusionaron lentamente, como si respondieran a una fuerza que ni ellos mismos entendían. Finalmente, aquel cuerpo tomó forma: una esfera pálida y misteriosa que comenzó a girar alrededor de Proto, acompañándolo en silencio.

Proto observaba con curiosidad y cautela. Aquel nuevo astro era extraño, y aunque no sabía quién o qué era, sentía una conexión inexplicable con él. Decidió intentar hablar.

—¿Quién eres? —preguntó con voz baja, sin saber si obtendría respuesta.

La esfera simplemente lo miraba, inmóvil. Había algo en su silencio que resultaba desconcertante y, al mismo tiempo, fascinante.

—Te estoy hablando, ¿no puedes responder? —insistió Proto, sintiéndose un poco más irritado.

A pesar de la falta de palabras, la presencia del astro era inconfundible. No se alejaba, no desviaba su atención. Solo estaba allí, constante. Proto suspiró, rindiéndose por el momento.

Aquel misterioso compañero no decía nada, pero su sola existencia transmitía algo que Proto no podía poner en palabras. Aunque aún no lo comprendía del todo, algo dentro de él sabía que este nuevo ser, este hombre al que un día llamaría Luna, iba a convertirse en una parte esencial de su vida.

 Aunque aún no lo comprendía del todo, algo dentro de él sabía que este nuevo ser, este hombre al que un día llamaría Luna, iba a convertirse en una parte esencial de su vida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pretty Planet - SolarballsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora