Capítulo 28

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Con el tiempo, las tensiones del pasado quedaron atrás, y los planetas encontraron cierta paz en su nueva realidad. En un día particularmente tranquilo, Venus, Marte, Mercurio y la Tierra conversaban animadamente.

—¡Y entonces Mercurio intentó desafiar al Sol! —rió Marte, recordando una anécdota del pasado.

—¡Eso no fue un desafío! Solo quería acercarme más para impresionarlo —se defendió Mercurio, con un tono que mezclaba orgullo y vergüenza.

Venus, que ahora brillaba con una calma renovada, se unió a las risas.

—Bueno, al menos no terminaste como Vulcan.

—¡Oye! —dijo Mercurio, fingiendo indignación, aunque terminó riendo junto con los demás.

Luna, sentado en silencio al lado de Tierra, observaba con atención. A pesar de no participar activamente, su expresión tranquila mostraba cuánto disfrutaba de la compañía. De vez en cuando, alguna ocurrencia de los planetas lo hacía reír, su carcajada resonando suave y melodiosa.

—Luna, deberías hablar más —comentó Venus, notando su risa.

—¿Para qué? Si ustedes ya dicen suficientes tonterías —respondió Luna con una sonrisa, provocando más risas en el grupo.

Aquel momento era prueba de que, aunque el sistema solar había cambiado, aún quedaba espacio para la amistad y la alegría.

Mientras la conversación avanzaba entre risas y anécdotas, la Tierra no podía evitar que su mente divagara hacia Theia. Saber que ella había sido su hermana hacía que la pérdida se sintiera aún más profunda. Aunque había aprendido a convivir con esa tristeza, en momentos como ese, el recuerdo volvía con fuerza.

Marte notó el cambio en su expresión.

—Tierra, ¿estás bien? —preguntó con suavidad, dejando a un lado el tono juguetón de antes.

La Tierra sonrió ligeramente, ocultando su melancolía.

—Sí, no es nada —respondió, fingiendo despreocupación.

Marte lo observó por un momento, pero no insistió. Respetaba el espacio de su amigo.

Poco después, la Tierra volvió a reír con los demás, sumergiéndose en la conversación. Pero en el fondo, una parte de él seguía pensando en Theia, guardando ese dolor en silencio, mientras apreciaba la compañía de quienes ahora estaban a su lado.

 Pero en el fondo, una parte de él seguía pensando en Theia, guardando ese dolor en silencio, mientras apreciaba la compañía de quienes ahora estaban a su lado

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En la lejanía, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno mantenían una conversación animada. Sus voces profundas resonaban como ecos entre ellos, compartiendo historias y recuerdos de tiempos antiguos.

—¿Recuerdas cuando Júpiter intentó protegernos de los asteroides y terminó atrayendo más? —bromeó Saturno, su tono lleno de diversión.

—¡Eso fue estrategia! —se defendió Júpiter, riendo al mismo tiempo—. Si no los atraía, ¿quién lo habría hecho? ¿Tú, con tus anillos inexistentes de entonces?

Pretty Planet - SolarballsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora