Urano observaba con paciencia y dedicación cómo la herida de Tierra empezaba a cerrarse. Su energía parecía fluir en armonía con la naturaleza misma, calmando los ecos del dolor que aún vibraban en el ambiente. Mientras tanto, Mercurio y Neptuno hablaban en voz baja a unos metros de distancia, analizando lo sucedido con rostros serios pero sin interferir.
Tierra, en silencio, mantenía sus ojos fijos en Urano. La forma en que se inclinaba hacia él, la suavidad en su expresión y la serenidad de sus movimientos despertaban en el una calidez que no podía ignorar. Cada gesto de Urano parecía envolverlo en una sensación de seguridad y admiración.
Sin pensar demasiado, dejándose llevar por ese impulso que brotaba de lo más profundo de su ser, Tierra acortó la distancia entre ellos y posó sus labios sobre los de Urano. Fue un beso breve, cargado de ternura y emoción, un gesto tan puro como inesperado.
Urano se quedó inmóvil, sus ojos abiertos por la sorpresa mientras procesaba lo que acababa de suceder. Por un momento, el tiempo pareció detenerse. Tierra, al darse cuenta de su atrevimiento, sintió cómo el rubor se apoderaba de sus mejillas. Dio un paso atrás, su corazón latiendo con fuerza y su mente llena de recriminaciones.
"¿Qué he hecho?" pensó, maldiciéndose internamente. El beso no había sido planeado ni meditado; había surgido de un rincón profundo e incontrolable de su ser. Incondicional, sí, pero también temerario.
Urano finalmente reaccionó, llevando una mano con suavidad a sus propios labios, como si quisiera asegurarse de que lo ocurrido había sido real. Miró a Tierra, todavía con una mezcla de asombro y algo que parecía... ¿curiosidad?
Neptuno y Mercurio, quienes habían notado el momento desde la distancia, intercambiaron miradas significativas pero no dijeron nada. Ambos entendían que aquello no era asunto suyo.
El silencio entre Tierra y Urano era denso, pero no incómodo. Había algo nuevo, algo que ninguno de los dos sabía cómo nombrar, pero que sin duda había cambiado la dinámica entre ellos para siempre.
Neptuno fue el primero en romper el silencio, aunque su voz intentaba sonar despreocupada.
—¿Qué está pasando aquí? —preguntó, alzando una ceja mientras dirigía una mirada inquisitiva hacia Tierra y Urano.
En el fondo, no quería admitirlo, pero sentía una leve punzada de celos que no lograba ocultar del todo. Mientras tanto, Mercurio, más distante pero atento, observaba a Urano con una expresión seria, como si tratara de descifrar sus pensamientos.
Tierra, todavía sonrojado, bajó la mirada y negó rápidamente con la cabeza.
—No es nada —respondió con voz temblorosa, tratando de restarle importancia al momento—. De verdad, no es algo de lo que deban preocuparse.
Neptuno lo miró en silencio por unos instantes, como si estuviera evaluando la sinceridad de sus palabras. Finalmente, soltó un suspiro, fingiendo estar de acuerdo.
—Está bien, si tú lo dices —dijo, aunque su tono no ocultaba del todo cierta inquietud.
Sin embargo, en un gesto inesperado, Neptuno se acercó a Tierra y lo rodeó con sus brazos, envolviéndolo en un abrazo firme pero reconfortante. Tierra parpadeó, sorprendido por la acción, mientras Neptuno cerraba los ojos por un momento, como si quisiera protegerlo de algo invisible.
Urano, aún procesando lo ocurrido, desvió la mirada. Mercurio, por su parte, cruzó los brazos y permaneció en silencio, dejando que el momento se desenvolviera por sí solo.
Tierra no supo qué decir. El abrazo de Neptuno era cálido, casi posesivo, pero también transmitía una sensación de seguridad que le recordó por qué siempre había confiado en él. Por un instante, se permitió relajarse, dejando que las emociones encontradas se calmaran un poco.
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Pretty Planet - Solarballs
Fiksi PenggemarTierra es el planeta más callado del sistema solar, no le gusta hablar mucho con los demás solamente habla con su luna porque el dice que es innecesario hablar con los demás, aunque su luna siempre intenta de convencerlo para que conozca a los demás...
