Lee Mingyun es una joven atlética, gracias a que sus padres trabajaban en el ejército, la entrenaron desde muy joven
Justo cuando acaba de entrar al ejército como sus padres siempre habían deseado, murió a causa de intoxicación.
Fue una sorpresa cua...
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Los cinco estaban de mucho mejor humor mientras avanzaban por la carretera en dirección a la Universidad de Qíngmù.
Mo Xun, siempre el bromista, no dejaba pasar la oportunidad para hacer comentarios ocurrentes, especialmente cuando mencionaba a Yuan Jue, el hermano de Yuan Lian, a quien estaban a punto de "rescatar". Con una sonrisa traviesa, giró la cabeza hacia Yuan Lian y lanzó su habitual provocación.
— ¿No crees que si vamos a salvarlo, debería al menos darme el título de futuro cuñado oficial? — dijo el rubio, con una expresión que mezclaba picardía y burla.
Yuan Lian, acostumbrada a sus bromas, puso los ojos en blanco, aunque no pudo evitar sonreír ligeramente.
— ¡Deja de llamar cuñado a mi hermano! — replicó con una mezcla de diversión y fingida exasperación — Y ya deja de molestarme — añadió, aunque su tono, lejos de ser irritado, denotaba que, en el fondo, estaba disfrutando del buen humor del rubio. La dinámica entre ellos siempre parecía caminar por esa fina línea entre la broma y la complicidad.
Mo Xun, notando que tenía la atención del grupo, decidió redoblar su esfuerzo para aligerar el ambiente aún más. Después de unos minutos de silencio, comenzó a soltar chistes, esta vez enfocados en el tema de los zombies. Sus bromas eran tan ridículas que poco a poco comenzaron a arrancar risas de todos en el auto.
Incluso Lee Mingyun, la más seria del grupo, no pudo evitar esbozar una sonrisa cuando Mo Xun lanzó uno de sus comentarios más absurdos.
— ¿Sabían que los zombies no pueden contar buenos chistes? — preguntó, con una pausa dramática — Porque siempre se quedan sin cerebro en medio del chiste —
El silencio que siguió a su comentario fue breve, rápidamente roto por una risa colectiva que resonó en el vehículo. La tensión que habían sentido antes parecía desvanecerse, reemplazada por una atmósfera más ligera y relajada. Incluso los rostros más serios se veían ahora más distendidos, como si la broma, por tonta que fuera, hubiera cumplido su cometido.
A medida que continuaban su trayecto, el rubio seguía sacando un chiste tras otro, la mayoría igual de malos, pero de alguna manera, eso solo los hacía más divertidos.
Yuan Lian, aunque intentaba mantenerse seria, de vez en cuando soltaba una risa reprimida, mientras los demás se reían abiertamente. Hasta Tang Zhenyu, que solía ser bastante reservado, participaba de las carcajadas.
Mo Xun, satisfecho con su éxito, se reclinó en su asiento, disfrutando del ambiente relajado que él mismo había ayudado a crear.
— Bueno, si de verdad vamos a salvar a mi "cuñado" — añadió finalmente con una sonrisa traviesa — espero que me reciban como el héroe de la familia —