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/Narra TN\

Al escuchar el grito de la señora Mari, corrimos hacia donde estaban, siendo Kite quien llego primero.

Kite: ¡No lo toque! Revisaré la herida. -Tomó la cinta adhesiva que tenía con él y la abrió. -Lo asegurare.

Go se quejo y de apoco se sentó en el suelo.

Go: Ay. Me asuste un poco. -Puso su mano en su cabeza.

Mari: ¡Go!

Kite: No te muevas. Quédate quieto

Go: Me golpee la cabeza. Ay.

Ayumu: ¿Te encuentras bien, Go? -Go se desabrocho la cangurera, justo donde la flecha había dado.

Kite: Déjame ver. -Tomó la cangurera y la abrió. 

La flecha se había enterrado en el videojuego que Go llevaba. Solté un suspiro pesado. Ya habíamos perdido a dos personas, y sería aun peor perder a alguien más, en especial si es un niño. Kite tomó la flecha y tiró de ella para sacarla

Go: Wow, asombroso.

La señora Mari lo abrazo al estar aliviada de que nada le haya pasado.

Mari: ¿Enserio no estas herido?

Go: Solo me duele la cabeza.

Escuchamos como una puerta se abría, gire y levante el arma apuntando a la persona. Era un viejo, escuchamos como tosia, posiblemente alguna enfermedad. Baje un poco el arma, era viejo, pero no sabíamos si había alguien más con el. Y el hecho de que casi matara a Go, no le daba tregua alguna.

Mari: ¡Usted! ¡¿Como pudo dispararle a un niño?! -Se levantó y se acercó enojada hacia el viejo, me hice a un lado. Conozco perfectamente cómo somos las madres cuando algo les pasa a sus hijos, y por ahora no me quiero meter en su camino. 

Ayumu: ¡Pudo haber muerto! -Siguió a su madre.

Mari: ¡Desgraciado!

El viejo hacía caso omiso de las palabras de ambas, caminó hasta donde estaba Go y se puso a su altura.

X: Perdoname. No tenía la intención de lanzar esa flecha.

Ayumu: ¡¿Cree que con su disculpa olvidaremos esto?! -Estaba a un lado de Go, abrazándolo por los hombros, protegiéndolo del viejo.

Go: No estoy lastimado, así que esta bien. -Sonrió hacia el viejo.

Ayumu: ¡No está bien!

X: Mmm.

Kite: ¿Vive usted aquí solo? Si está armado, supongo que es una zona peligrosa.

El viejo no respondió, pero aunque lo hubiera hecho, no hubiera alcanzado a decir nada. Pues Go, quien había tomado su videojuego, se quejo al ver que ya no funcionaba debido a la flecha.

Go: ¡Ay, no! ¡Mi consola no enciende!

La señora Mari se acercó a sus dos hijos y tomó a Ayumu de la muñeca al ella estar más cerca. Entendí lo que iba a hacer, mire por sobre mi hombro viendo a los chicos. Koga tenía a Ran detrás de él, aun sosteniendo su mano.

Mari: Salgamos de aqui, rapido ¡Go!

Antes de hacer algo, el viejo tomó el videojuego de Go, se levantó y se dio la vuelta caminando unos pocos pasos antes de detenerse.

X: Parece que habrá tormenta. -Siguió su camino hacia el lugar de donde había salido. -Si quieren pueden refugiarse en la tienda.

Al parecer el viejo no era tan malo como creía... 

(...)

Ya entrada la noche, la lluvia comenzó a caer y el viento y los truenos empezaron a sonar, algunos más fuertes que otros, pero no lo suficiente como para temer. Todos nos encontrábamos dentro de la tienda, Go estaba con el viejo, quien arreglaba su videojuego.

El resto estaba dividido por el lugar. Koga y Ran se encontraban leyendo uno de los libros de Ran, Koga sentado en el suelo recargado contra una de las paredes y Ran en medio de sus piernas, enseñándole los dibujo y preguntando el significado de ciertas palabras que no entendía. Cada vez que los veía a ambos pensaba en la suerte que tenía al tenerlos conmigo.

Con la señora Mari acordamos cocinar algo para cenar, así que busque los necesario y lo que pude encontrar en la tienda. Ambas dejamos las cosas sobre una mesa, incluyendo una cocinilla portátil y los servicios. Mientras yo cortaba las cosas, ellas las iba cocinado.

Mari: ¿Donde aprendiste a cocinar?

Su pregunta me confundió un poco, no es que no quiera contarle mi vida, pero que me pregunte tan de repente si me sorprendió.

TN: La abuela que me cuido me enseño... Ella a veces no podía cocinar por su artritis y no tenía a nadie que la ayudara, así que se tomó el tiempo de enseñarme.

Mari: Ya veo. Es bueno que sepas cocinar. Hoy en día, los jóvenes prefieren pedir comida o ir a restaurantes... Pero nada supera la comida casera.

TN: En eso tiene razón. Antes de esto, solia trabajar en una cafetería y un restaurante. En ambos trabajaba como mesera, pero el personal de cocina a veces se tomaba el tiempo de enseñarme algún postre o platillo nuevo. -Sonreí ante el recuerdo. -Cuando llegaba a casa preparaba el platillo que me enseñaban... No siempre me quedaban buenos, pero Koga y Ran lo comían de igual manera.

Mari: Es es muy lindo... ¿Y cuanto tiempo llevan juntos? -El interés y la curiosidad de ella se hacían notar demasiado.

TN: Pues... Nos conocemos desde hace 5 años, salimos desde hace 4 y vivimos juntos hace 2 años.

Mari: Puedo que no lo parezca, pero es bastante tiempo. ¿Cómo se conocieron?

TN: Él iba a la cafetería en donde trabajaba, siempre pedía lo mismo. Café con leche descremada y galletas con chispas de chocolate. -Solté una leve risa al recordar esos tiempos. -Con el tiempo, yo ya sabía a qué hora iba, así que lo esperaba con su pedido listo. Me parecía alguien lindo y agradable, pero no estaba segura de acercarme y hablarle.

Mari: ¿Por que no?

Para este punto ambas estábamos sentadas hablando, mientras que la comida se calentaba.

TN: Antes había intentado salir con un chico, pero el me dejo cuando se enteró que cuidaba de Ran. Y Ran siempre a sido mi prioridad, así que eso no duró mucho...Pero Koga fue mas valiente y me invitó a salir. Primero eran pequeñas salidas, hasta que lo invite a mi casa y le presente a Ran.







































Japón se hunde (Harou Koga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora