Raisa Winslow
¿Cómo es que algo que me pareció sumamente innecesario ahora me parece emocionante? No lo sé. Probablemente sea el hecho de la ceremonia, o tal vez el nerviosismo de saber si escribí un buen discurso.
Cuando estaba a punto de abordar el avión, llegó a mi buzón un mensaje por parte de la universidad. Al parecer, olvidaron decirme que debía dar un estúpido discurso, algo que me causó demasiados conflictos durante todo el vuelo.
Creo que terminé explorando situaciones y sentimientos de los que no era consciente hasta ese momento. De cualquier forma, escribí algo que espero sea del agrado de mi acompañante.
Mientras escribía y borraba, intenté rememorar todos los aprendizajes de la persona que más admiro, de quien me siento orgullosa y que ha sido mi inspiración. Ryan Winslow fue la persona más importante en mi vida durante mucho tiempo, pero mi subconsciente y mis palabras tomaron otro rumbo.
-Quédese con el cambio -le digo al conductor del taxi que tomé al salir del aeropuerto.
El hombre me sonríe a través del retrovisor. Lo miro con desagrado y bajo rápidamente del auto.
Me muevo con prisa, esquivando a las personas que salen del centro comercial, y al llegar a la entrada principal, una ráfaga de aire acondicionado me envuelve.
Avanzo directamente hacia Dior.
Una mujer impecablemente vestida, con una sonrisa casi ensayada, me recibe en la entrada de la boutique.
-Señora Morgan, qué gusto verla nuevamente -saluda con mucha efusividad.
-Gracias. ¿Está todo listo? -pregunto sin rodeos.
-Por supuesto -vuelve a sonreír-. Acompáñeme, por favor -se hace a un lado, dejándome pasar primero.
El interior de la tienda grita elegancia y lujo desde cualquier ángulo. El suelo de mármol blanco refleja la luz suave y cálida de los finos candelabros que cuelgan del techo. Las paredes en tonos neutros y metálicos resaltan las prendas y accesorios dispuestos meticulosamente en vitrinas y estantes. El aire está impregnado de una fragancia delicada, mientras que mesas de cristal exhiben relojes y joyas.
La empleada me indica el camino que he recorrido en innumerables ocasiones. Atravesamos las áreas comunes, donde algunos clientes observan prendas o esperan ser atendidos. Al llegar a la sala, me recibe un sofá de terciopelo negro, perfectamente alineado, una mesa de cristal con una botella de champaña enfriándose en un cubo de hielo y un carrito con pequeños bocadillos.
-¿Champaña, señora Morgan? -pregunta una asistente, extendiéndome una copa.
-Claro, gracias. -Acepto la bebida y tomo un pequeño sorbo, dejando que el líquido burbujeante me relaje.
-Hemos seleccionado varios vestidos que creemos que serán de su agrado -dice la mujer que me acompañó, mientras entra un grupo de asistentes con percheros llenos de opciones.
Empiezo el desfile. Me pruebo un vestido negro con detalles de encaje y una falda amplia. Es elegante, pero no impactante.
-Le queda de maravilla -alaba la asistente-. Llamará la atención de todos.
-No -respondo. El vestido es lindo, pero no es lo que busco.
El siguiente es un diseño dorado, lleno de brillo y con la espalda completamente descubierta. Es hermoso, pero el color está sobrevalorado. Me miro al espejo y sacudo la cabeza-. Siguiente.
Finalmente, aparece el vestido rojo. En cuanto lo veo en el perchero noto el tono intenso, la abertura que revela la pierna y el entalle en el busto.
Cuando salgo del probador con el vestido rojo, todas las miradas se posan en mí. En la sala común, otras clientas y sus acompañantes detienen lo que están haciendo para observarme. Sus miradas recorren cada detalle del vestido, evaluando cómo se ajusta a mi cuerpo. Algunas murmuran entre ellas, como si me analizaran.
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En las garras de la Bestia [Christopher Morgan]
FanficLa familia Winslow ha sido una de las familias más importantes de la FEMF y Raisa Winslow es la joya de la corona. Después de que Cristopher Morgan haya vuelto de Italia, el consejo decide eliminar su paso en la FEMF y para evitarlo, Alex Morgan de...