Capítulo XXIII: Andromeda

21 1 0
                                    

-No se preguntan porque todos de un momento a otro decidimos buscar la verdad sobre nuestros padres, o porque todos pensamos en Hera como portadora de aquella respuesta-

Nadie me interrumpe, todos están tan absortos en sus propios pensamientos que me dejan continuar, pero parece que mis palabras han movido algo en su interior, sus expresiones cambian, parece que están considerando lo que dije.

Pronto su expresión regresa a ser la misma, supongo que si me pudiera ver tendría la misma expresión. La idea de ser hijos de algún dios nos tiene... ni siquiera se como nos tiene.

No puedo dejar de pensar en Némesis, intentando recordar cualquier cosa que mi padre me hubiera contado sobre ella. Intento recordar esas historias que me contaba antes de dormir, desearía haber puesto más atención desearía haberle creído que todo aquello que me contaba no era ficción, pero eso ya no importaba ahora.

La vida me había hecho ver cuan equivocada estaba, los dioses eran reales. No solo eran reales sino que una de ellas, Némesis, era mi madre.

                           * * *

Han pasado un par de días desde la revelación, ahora nos encontramos a la orilla del mar. No puedo dejar de notar como Necrus mira absorto al mar, supongo que está pensando en nuestro pequeño incidente en el mar. Pienso en los sucesos de aquel barco y se me hacen muy lejanos, tantas cosas han pasado desde entonces, nuestras vidas han dado un giro impresionante desde entonces.

Pienso en mi vida en Atenas y no puedo dejar de pensar en mi padre: ¿Como habrá reaccionado a mi desaparición?, Ese pensamiento me lleva a otro, recuerdo al padre de Néstor, recuerdo como estaba su padre el día que fui a buscarlo y ya se había ido, el día que me pidió que lo buscara. ¿Habra reaccionado mi padre de la misma manera? Después de todo yo era la único que tenía.

En todo este tiempo no me había permitido pensar en el, extrañarlo. Ahora que por fin teníamos un periodo de calma no podía dejar de hacerlo, no podía dejar de pensar porque no me había revelado la identidad de mi madre, porque no lo había hecho en todo este tiempo.

                             * * *

- Además no es como que todo seamos hijos del mismo dios ¿o si?- hago una pausa antes de continuar -Para empezar nosotros dos tenemos a nuestros padres- Digo señalando a Néstor -Y ustedes tienen a sus madres- Hago una pausa y puedo notar el dolor en sus rostros -O las tenían- espeto rápidamente y sin pensar, pero eso solo hace que me sienta peor, no tenía derecho a hacerlos sentir así

-No te preocupes Andromeda- dice Necrus al notar el cambio en mi expresión, hay una pausa y veo en sus expresiones que esperan que continúe. Lo hago intentando hacer que el dolor que cause no haya sido en vano -Me refiero a que somos hijos de dioses distintos, al menos es lo que pienso.

Después de una pausa continúo -Creo que no hemos hablado de esto desde la revelación- Me miran atentamente esperando que continúe -Ese día la luz se pinto de un color distinto... Lo se porque fui la ultima-

-Cuando yo lo toque se pinto azul, un poco pálido, como el cielo- dice Dafne rompiendo el silencio en el que estaban sumidos.

-El mío se pinto negro, un negro muy brillante- Recuerda Necrus

-El mío...- duda Néstor con una mueca como si el recuerdo no fuera placentero... El de ninguno lo fue pero por su expresión el suyo no fue para nada placentero - El mío fue dorado, brillaba como las espadas que tiene mi papa-

-El mío fue rojo, del color de la sangre recién derramada- No se como lo sabia pero estaba segura de eso. Todos me voltearon a ver como si intentarán interpretar lo que había dicho, después de todo fui la única en verlo.

-El negro representa a Hades- susurra Necrus -Creo que el color puede tener algo que ver con el padre olímpico de cada uno- dice Necrus esta vez lo suficientemente fuerte para que lo escuchemos todos.

-Puede que tengas razón, porque el azul pálido podría fácilmente representar a Hypnos-

-Y a quien representa el rojo- pregunta Necrus

-Representa a Némesis- Respondo

Todos nos quedamos viendo a Néstor que había estado muy callado -Anda dinos, a quien representa ese dorado?

-A nadie-

-Un color como ese no puede representar a nadie- Dice Dafne en tono de reproche- Si no representará a algún dios el color de la luz no hubiera cambiado-

-Si les digo tendría que matarlos-

-Deja de hacerte el tonto- Digo dándole un ligero golpe en el hombro -Si sigues así no volverá a pasar nada entre nosotros-

-¿Volverá? ¿Cuando paso algo entre ustedes? No me digan que...- dice Necrus en tono burlón-

-No- Decimos al unísono -No ha pasado nada- Puedo ver como Néstor se sonroja y me imagino que estoy igual.

-Estábamos hablando de tu madre ¿no?- Dice Dafne para romper la tensión -No debe ser tan difícil adivinar- Se queda pensando como intentando recordar a todas las diosas que conoce -Hera nunca engañaría a Zeus por mas que el lo haga todo el tiempo... Artemisa es virgen y lo será por siempre... Afrodita es muy bella para ser tu madre-

-Oye- Dice Néstor pero su tono no suena ofendido.

Dafne sigue hablando como si no hubiera escuchado a Néstor -Y luego está Atenea la patrona de nuestra gran ciudad pero sus votos de virginidad son casi tan grandes como los de Artemisa...- Apenas dice eso veo la cara de Néstor contorsionarse nunca había visto una expresión como esa y menos en el, éste era de los pocos momentos en los que no podía descifrarlo.

-¿Que paso?- Le digo preocupada.

-Nada- dice él, dando a entender que era todo menos nada...

-Ella es tu madre verdad- Digo,ni siquiera lo había pensado antes de que esas palabras salieran de mi boca pero por su expresión supongo que había adivinado.

Batalla por Grecia; DESTINO:OLIMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora