Venganza

108 14 20
                                    

Advertencia: este capítulo tiene escenas subidas de tono, gracias

Era difícil mantener a Patroclo debajo de mí. Él era fornido y robusto, pero yo era aún más fuerte y tomaría esa ventaja. Jugaba con su lengua, lamia y chupaba su boca. Tenía sus manos sobre su cabeza e impedía que me tocará mientras yo estaba ocupado besando todo su cuerpo. Su piel oscura se veía brillante a la luz de las velas, su piel estaba caliente. Su cuerpo sabía dulce, quería seguir besando y lamiendo su barbilla, su cuello, sus pezones.. había encontrado la parte más sensible de Patroclo, ¿Quién lo diría? Me divertí un buen rato lamiendo y apretando. Escuchar como se mordía la lengua intentando tapar los gemidos roncos que salían de su garganta, era mi nueva cosa favorita en el mundo.

- Sueltame A-Aquiles- susurró sin aire- también quiero tocarte- soltó firme.

- Mmh...- de solo pensarlo hace que me excite más, pero no se lo dejaría tan fácil- inténtalo- lo reté.

Saboree su boca una y otra vez. Podria besarlo en todas partes por horas. Cada vez que el intentaba soltarse de mi agarre, le mordía una parte del cuerpo. Habían marcas de mis dientes y moretones por todo su cuerpo. Tenía miedo de lastimarlo, pero él solo tenía una sonrisa en la cara. Los dos estábamos rojos y sudados, era la primera vez que habíamos llegado tan lejos. No era un experto, la verdad todo lo que estaba haciendo, era improvisado.

Cuando era niño nunca prestaba mucha atención a las pláticas de los demás sobre sus relaciones, y nunca escuché al maestro Quirón hablando sobre ello. Me sentía mal, tal vez a Patroclo no le gustaba como lo estaba tocando. No sabía cómo hacer que se sintiera bien. No sabía cómo continuar, y se suponía que mi venganza no se prolongaría tanto. No sabía cómo detenerme.

- Patroclo- dije mientras me separaba de su boca- ¿A-Aún no lo recuerdas?

- ¿Q-Qué cosa?- dijo intentando calmar su respiración apresurada- ¿Qué no recuerdo?

- Bueno, que sepas que si lo recordabas, te iba a perdonar- me acerqué a su boca y la lamí una última vez. Después me separé y me tiré en la cama a su lado.

Me recosté y enterré mi cara en la almohada, no quería moverme. Necesitaba quedarme dormido, pero mi cuerpo estaba demasiado caliente. Había sido mala idea, ahora yo necesitaba más. Patroclo no se movió por unos segundos, me llamo, pero fingí dormir. Escuché que soltó un largo suspiró, se acercó a mí y me dio un beso en la cabeza antes de meterse a mi lado en la cama. Y así es como arruine mi gran oportunidad. Tonto, tonto Aquiles.

***

Me desperté con un dolor de cabeza horrible, no pegué un ojo en toda la noche, tal vez dormí unas horas antes de que el sol saliera. Recordé lo que pasó anoche, estaba avergonzado. Recuerdo lo enojado que estaba con Patroclo ese día en el pueblo y probablemente él también lo este conmigo hoy. Intenté levantarme lo mejor que pude, mientras pensaba en mi disculpa. Pero él no estaba, dije su nombre, pero no respondió.

A mí lado había un plato, tenía unos huevos estrellados con un pedazo de carne y adornado con una flor al lado. Lo preparó Patroclo, era obvio, pero ¿porqué? Lou estaba dormida aún en la cama, mientras yo comía mi desayuno rápidamente. Me levanté para ir en su búsqueda, no estaba en la cocina, tampoco cerca del lago. Observé la flor detenidamente ¿Dónde la he visto antes? Caminé hacia el bosque, las plantas extrañas siempre estaban en lo más profundo de éste.

Cuando lo encuentre ¿Que se supone que le voy a decir? Ayer pasaron cosas que si mi madre las descubre, no se que podría pasarnos. Mi madre...si se atreve a hacerle daño a Patroclo por ésto, no se lo perdonaré. Fue mi culpa, él siempre intenta guardar todo lo que siente y ahora yo soy el idiota que podría arruinar todo. Caminé un poco más, para mí sorpresa, habían muchas flores como la que había al lado de mi desayuno. Patroclo me ha dicho el nombre... Son claveles, claveles rojos.

- A-Aquiles..- escuché mi nombre no muy lejos, era la voz de Patroclo- Aquiles- Comencé a ir a esa dirección, pero me detuve en seco- ¡Haa! ¡Mgh! ¡Ah!

Estaba a unos centímetros de él, Patroclo estaba detrás de un árbol. Decía mi nombre entre suspiros y exhalaciónes, no podía moverme. Escuchar sus gemidos roncos, de nuevo, me estaban poniendo duro. No estaba seguro de que hacer ¿Correr hacia él? ¿Que le diría? ¿Que haría? ¿Lo ayudo? No, ¡ahg! Que cosas pienso. No debí haber hecho eso ayer, era mi culpa que, Pat, tuviera que satisfacerse por su cuenta. Repetía mi nombre una y otra vez, Y yo solo quería decir el suyo. Él me necesitaba y yo a él, tenía que arreglar esto de algún modo. No podíamos seguir así, él no se lo merecía. Patroclo se merecía el mundo entero, no a mí. Que no puedo decir que me gusta, nunca se lo he dicho, todo por miedo.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Name one hero who was happy..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora