¿No crees que ese libro fue muy cruel? ¿No crees que nos merecemos algun tipo de terapia? Yo creo que si, la canción de Aquiles será algo que dolerá para siempre. Así que voy a fingir que Aquiles nunca fue a esa guerra y que esos dos son felices ¿va...
Creo que estoy enamorado... Déjame darte bien los detalles. La primera vez que lo vi me llamo la atención, lo admito, pero no creí que lo volvería a ver. Apareció de la nada en el estudio de padre y verlo tan pequeño con una mirada tan diferente a la que recordaba llena de consternación y de miedo supuse que algo malo le había ocurrido.
Cuando vi por primera vez a Patroclo, fue en una carrera que yo gane, el puso sobre mi cabeza una corona de laureles, mis ojos encontraron los suyos y todo lo demás desapareció para mí.
Patroclo no era como los otros niños con los que frecuentaba, a ellos solo les importaban los golpes y ganar en cualquier cosa, eran bruscos, altaneros y egoístas. Pero los pocos días que me quedé en su palacio, se la pasaba haciendo coronas de laureles, pintaba o leía cualquier libro, se escondía mucho en su biblioteca. La verdad me preguntaba si no lo regañaban por no estar presente, pero parecía que a sus padres no les importaba en lo más mínimo.
Mis ojos iban a buscarlo por si solos no podía dejar de verlo el era bastante alto para su edad y su piel era muy morena tenía unos ojos cafés que brillaban tanto que parecía que era hijo del sol, me fascinaba verlo. Patroclo me fascinaba. Pasaba los días observándolo, pero me parecía que le gustaba estar solo asi que no lo moleste.
Al final nos marchamos de nuevo a casa y Patroclo se convirtió en un recuerdo lejano. Los días en casa.. hum ¿cómo lo explico? Pues en resumen, son aburridos, apagados y asfixiantes, siempre es lo mismo. El único momento en el que siento paz es cuando al fin puedo tocar la lira y dejar de entrenar, aunque como ya entenderán, a mi padre no le gusta que yo tenga más interés por un instrumento que por entrenar para llegar a ser el mejor griego.
Les contaré un secreto, yo soy hijo de Tetis, una diosa, una ninfa del mar hija del dios del mar, Nereo. Y al parecer tengo un papel importante y sobresaliente en la historia, aunque no me importa en absoluto. No quiero gloria, solo quiero irme lejos a tocar mi lira en algún lugar con vista al mar. Pero sin que mi madre salga de ahí a regañarme.
Mi vida no está mal, solo me siento muy perdido y aunque esté rodeado de personas, me siento solo. Pero todo cambió el día en que ese niño con ojos que ya no brillaban llegó a mi hogar.
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