¿No crees que ese libro fue muy cruel? ¿No crees que nos merecemos algun tipo de terapia? Yo creo que si, la canción de Aquiles será algo que dolerá para siempre. Así que voy a fingir que Aquiles nunca fue a esa guerra y que esos dos son felices ¿va...
—¿Cuánto tiempo se supone que tengo que quedarme aquí, Quirón?- quiero terminar el entrenamiento lo más rápido posible para volver con Patroclo. Ya había pasado aquí un día entero.
— ¿Tiene a alguien que le espera en casa, joven príncipe?
— S-Sí- mi cara seguro estaba roja- pero no voy a hablar más sobre él.
Ay por los dioses yo y mi bocota, no quería ver la cara de Quirón ¿Me sacaría de aquí a patadas? ¿Llamaría a mi mamá? Cuando vi su rostro estaba sereno no había cambiado en absoluto. Me miró y solo asintió para que siguiera hablando. Creo que tenía un poco de curiosidad. No lo sabía con exactitud.
— Su nombre es Patroclo, es mi compañero y seguro está preocupado porque no regresé. Estoy seguro de que mi madre no se digno a explicarle que me secuestro.
— No te preocupes más, aprenderás todo lo que necesitas aquí, y volverás a casa con él- su voz era tranquila, Quirón volvió su rostro hacia el bosque- Vamos príncipe, daremos un pequeño paseo.
Estuvimos caminando y hablando sobre muchas cosas mientras bajabamos la montaña. Quirón me contaba sobre todos los héroes que había entrenado con él. Todos ellos querían ser famosos. No voy a negar que en algún momento me sentí igual, pero ser famoso era lo único que todos querían que fuera. Siempre entrenando hasta desfallecer, no dormía por los entrenamientos me saltaba las comidas. Los gritos de mamá porque no podía ser lo suficientemente fuerte. Todo ese peso que mi padre ponía sobre mis hombros. Esa fantasía de ser el mejor de los griegos se volvió un infierno. Decidí que esa no sería mi vida cuando llegó Patroclo, pero si por mi culpa Patroclo llega a estar en peligro y yo no pudiera hacer nada para salvarlo no me lo perdonaría nunca. Por eso voy a entrenar y me volveré fuerte.
— Quirón.. ¿A ti no te parece raro?
— ¿Que cosa, príncipe?
— Que ese chico..me guste, porque es un.. chico. Mi mamá... creo que se enojo, creí que no le importaba al principio, pero me dió mucho miedo cuando sus hermanas casi me ahogan. A ti no te importa ¿verdad?
— Eh vivido muchos siglos, joven príncipe, y déjame decirte que no eres el primero y no serás el último. Enamorarse es parte de ser un humano. Diría que hasta los dioses se enamoran, aunque por Zeus, lo dudo- bajo el volúmen de su voz y se acercó a mí- Ese dios no tiene corazón- me reí- No muchos dioses pueden encontrar un compañero de una vida tan larga, pero los humanos son diferentes, no tienen vidas largas y necesitan ese contacto con alguien. Necesitan amar a alguien. Eso les da un propósito.
— Un propósito... Gracias Quirón, tomaré tu consejo y aprenderé de ti. No te prometo ser algún héroe famoso, pero te haré sentir orgulloso algún día, te lo prometo. Además solo dime Aquiles, Mi nombre es Aquiles.
—Muy bien, Aquiles, bienvenido a tu entrenamiento.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.