Cap 25

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—¿María?—preguntó Dylan por teléfono.

—Si. ¿Qué pasó? ¿Algo nuevo?—María habló rápido. Tenía apretado el celular muy fuerte en su mano.

—¿Esta Alejandra por ahí? Tengo que decirle algo. Que no llamé a la policía. Dile que espere. ¡Por favor!

—No está. Fue a revisar una casa.  Solo faltan diez minutos para que se cumplan tus dos horas, Dylan. —María miró hacia la calle. Se encontraba fuera de casa de Alejandra esperando que alguien llegase.

—¡Lo sé! Pero esto es lo bueno. Fui a la SD Labs y me dijeron que mi padre se presentó a trabajar hoy. Se fue treinta minutos antes de que yo llegué.

—Eso quiere decir que siguen aquí. ¡La tiene escondida en algún lugar de aquí!—El auto de Madre aparcó en ese momento. María se lo dijo a Dylan por el celular.

—¡Dile! yo sé quién me dirá donde. Por favor dile a Alejandra esto y que nos veamos en la dirección que te voy a mandar por msj.

—¡Si, Si!—María colgó. Caminó hacia Alejandra y le dijo lo que Dylan le había dicho.

—¡Ellos todavía están aquí! No se han ido de la ciudad ni nada. Él se presentó a trabajar hoy...—Madre asintió con un brillo de esperanza en los ojos.

—¡Claro! ¡Su trabajo! No puede irse sin decirle a su mesa directiva—Madre se sintió optimista.—Vamos a la dirección que mandó Dylan. Avisa a Max y dile que nos vea ahí. Iremos en mi coche ven.

Ambas partieron a dicha dirección. María avisó a Max que estaba más cerca del lugar que ellas. Su viaje tardó cuarenta minutos y cuando llegaron Max ya estaba fuera de la casa con Dylan.

María y Alejandra bajaron del auto y corrieron hacia Dylan y Max que se encontraban fuera del gran portón de auto. María miró la casa y se dio cuenta de que esa era la misma casa donde rescató a Selena de Stephen tiempo atrás. María ya había estado ahí.

—¿Por qué no han entrado?—preguntó Alejandra.

—Porque no Patrick no está. Dylan habló con la sirvienta y le dijeron que él llegaría en cualquier momento.—contestó Max con tranquilidad.

—¿Quien es Patrick?—María miró a Max.

—Es el mayordomo de Dylan.—Max le devolvió la mirada. Se quedó mirándola más de lo necesario hasta que María volteó ruborizada.

—¡Allá viene!—un adulto de avanzada edad se acercaba caminando por la acera tranquilamente. Tenía una bolsa de compras en las manos y estaba vestido con el típico traje de mayordomo. Patrick divisó a Dylan y le dedicó una sonrisa cariñosa aunque su expresión cambió después de ver más de cerca a Dylan.

—Buenas tardes, Señor O'Brien.—le dedicó un movimiento de cabeza educadamente y luego a los demás.—¿En qué puedo servirle, Señor?

—Patrick necesito la información que tengas de mi padre, porfavor.—Dylan se veía incómodo. No había llamado a Stephen "mi padre"  desde hacía mucho tiempo.

—Oh...—Patrick vaciló un momento pero luego se recompuso.—Lo ayudaré con lo que pueda, Señor.

Él sacó una llave de su bolsa y abrió la puerta. Dejó entrar a todos, los dirigió hasta la sala y les ofreció algo de tomar. Se sentaron en un elegante sofá de piel negro y solo Dylan se mantuvo de pie esperando a Patrick. Declinaron las bebidas a excepción de Alejandra que pidió un poco del alcohol más fuerte que tuviera en el almacén. Patrick volvió más tarde con un vaso de Whisky.

—Debo decirle, señor, que mi ayuda será limitada por ordenes de mi amo el Señor Stephen.—María, Max y Alejandra se miraron unos a otros pero Dylan se mantuvo firme y asintió.

—Patrick, necesito saber la residencia actual de mi padre.—Dylan sabía que Patrick era la persona que más sabía sobre su padre. Patrick conocía todas las propiedades de su familia como la palma de su mano. Él era el que se encargaba de manejo de todo así como de todo el personal de todas las propiedades, lo único con lo que no se metía era con la empresa de su padre ya que eso lo manejaba otra persona y él mismo; pero Patrick era lo más cercano a la segunda mano de Stephen. Incluso él se encargaba de la escuela de Dylan y el pago de las colegiaturas.

—Con eso si puedo ayudarlo. Usted está parado ahora mismo en su residencia actual.—Dylan frunció el ceño. Alejandra comenzó a mirar por todos lados como si Selena estuviera detrás de alguna pared.

—¿Tienen algún invitado especial por el momento?

—No, señor.—contestó sin vacilar. Dylan supo que decía la verdad.

—¿Dónde esta él ahora?

—Desconozco su ubicación actual,  Señor. De hecho, no ha venido por casi cuatro días a dormir.

Alejandra miró a Dylan.—Es casi el tiempo cuando su estado empeoró.

—Stephen no puede estar en ningún hotel de la ciudad. Lo busqué en la base de datos y su nombre no aparecía registrado en ninguno.—dijo María a sus espaldas.

—¿Tiene otra casa? ¿O... Lugar dónde pasar la noche?

—Si,  señor. Las propiedades que quedaron a su nombre después del divorcio con la señora Rhodes.—Dylan le tendió la lista de propiedades a Patrick. Y le preguntó con seriedad:

—¿Tiene alguna otra propiedad, que no esté en esta lista, Patrick?—él hecho un vistazo a la lista y las contó en voz alta.

—Son todas las que conozco, señor. Todas estan en esta lista.—Dylan sintió su alma caer a sus pies.

—Patrick...¿Dónde está?  Por favor.—suplicó.

—No puedo hacer nada, señor, enserio no lo sé.—Patrick se disculpó y bajó la cabeza. Dylan se frustró y se jaló del cabello. Era imposible que eso le estuviera pasando a él. De todas las mujeres que su padre pudo escoger para enamorarse tuvo que escoger justamente a su novia.

—Escuchame Patrick. Stephen tiene secuestrado a mi novia, ¿La recuerdas? Te la presenté el otro día. Él se la llevó ayer por la noche y no se dónde la tiene o lo que le pueda hacer, pero por favor, Patrick...él no está en ningún lugar de la lista... ¿Enserio no puedes ayudarme?—Sin haberse dado cuenta, Dylan había comenzado a llorar.

—Lo siento mucho, señor. No sabía eso... —Patrick se veía consternado.—No sé su ubicación actual pero... Él ha estado actuando raro desde hace semanas....

—¿Qué? ¿Qué estaba haciendo? ¡Dime!—Patrick caminó hacia un mueble de madera y sacó un papel doblado de un cajón.

—Estaba trabajando en algo nuevo... Según sus palabras, la más grande felicidad de su vida. Él no me quiso decir que era y tampoco me dejó ayudarlo. Pero tiempo después ésto llegó aquí—Patrick le tendió la nota a Dylan. La tomó entre sus manos—es un recibo de una empresa de materiales. Él señor que lo trajo dijo que el material había sido entregado como era debido a la dirección que dice ahí. Desconozco lo que haya ahí, pero si le sirve... Puede empezar a buscar por ahí.

Dylan abrió el papel y miró la extraña dirección.—¿Alguien sabe dónde es esto?

—María debe saberlo. Ella es la inteligente.—María se levantó y fue hacia Dylan.

—Ésto esta a dos horas de aquí.—dijo María.—Está en los límites de la ciudad. Si queremos llegar antes de que caiga la noche debemos irnos ya.

Max y Alejandra estuvieron de acuerdo. Dylan miró a Patrick.

—Muchas gracias, Patrick... No sabes cuánto te lo agradezco.

Salieron de la casa. Alejandra se dirigió a su auto y Dylan a su jeep. María y Max caminaron juntos.

—Deberíamos ir en el mismo coche.—sugirió Max.

Alejandra se detuvo miró hacia la calle. El sol se estaba ocultando ya pero lo que más le alarmó fue lo que creyó ver. Alejandra creyó ver el auto de Lisa a unas cuantas calles.

—Es mejor ir con Madre. Su auto es más grande.—dijo María. Dylan no quería comenzar un debate ya que eso significaba perder tiempo así que corrió hasta el auto de Alejandra y entró. Cuando todos estuvieron a bordo, Alejandra aceleró como si se le fuera la vida en ello.


La Pro$tituta II: See You AgainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora