—¡No puedes rendirte solo así!—María saltó de la cama hasta Selena.—Pudieron pasar al loco padre de Dylan y pueden pasar esto. Ustedes dos merecen estar juntos al fin. No puedes dejarlo porque una estúpida loca cree que tu mamá le robó el esposo.—María sacudió a Selena por los hombros.
—Ya no sé qué hacer.—los últimos días en el colegio habían sido tan hermosos con Dylan a su lado. Se había podido olvidar de toda la carga que era la relación con Dylan. Se sentía bien hasta que apareció Nicole y luego Stephen y luego Lisa. Se había complicado tanto en un solo día.—Quiero estar como estaba antes... Ahora solo traigo problemas.
—Ésto es...¡Ahh!—gritó María de frustración.—Ya sé que te falta.
María se puso de pie y caminó hasta la ventana. Corrió las cortinas y gritó a la ventana que tenía enfrente.
—¡Estúpido friki!—María buscó un objeto pequeño y lo lanzó al cristal de Dylan. Selena levantó—¡Friki menor!—la ventana se abrió y Dylan la observó desde el otro lado. Su mandíbula estaba un poco hinchada y tenía la parte de su labio izquierdo rajado y con un poco de rastro de sangre.—Ven aquí. Ahora.
María se hizo a un lado. Dylan cruzó sin poner objeciones y Max lo siguió. Dylan puso un pie en el cuarto de Selena y la buscó. Selena lo miró y notó la herida de su labio y no pudo evitar llorar. Era su culpa que Dylan siempre terminara con algún golpe. Ella corrió a sus brazos y hundió su rostro en el cuello de Dylan y comenzó a sollozar. Dylan la abrazó fuertemente y le besó la cien.
Max entró. María y él vieron la escena y sintieron mucha lastima. Sus amigos la pasaban mal y ellos no podían hacer nada para cambiarlo. Dylan le acariciaba el cabello a Selena con una mano y con la otra le daba suaves masajes circulares en la espalda. Dylan tenía cerrado los ojos.
—Es mi culpa...—sollozó Selena. Siempre que estaba con Dylan se tranquilazaba y pensaba con más claridad. Amaba a Dylan y no quería dejarlo, no lo iba a hacer.
—Shh... No pasa nada, bebé.—Dylan la apretó un poco más. Decir que no pasaba nada era una mentira, claro que si pasaba algo pero no quería aceptarlo. Su madre había ido muy lejos pero también estaba el conflicto con Stephen. Parecía que el mundo se había tornado en su contra para jamás dejarlos ser felices.
Selena se separó de un poco de Dylan y observó la herida. Le dio un pequeño beso encima del labio roto—Él te golpeó... Lo siento tanto.—sus lágrimas se resbalaban por sus mejillas. Dylan se las limpió tiernamente.
—Él quedó peor.—le guiñó y le dedicó una dulce sonrisa. Selena le correspondió. Dylan se sintió tan bien porque incluso en momentos así, él podía hacerla sonreír.
—Ven... Siéntate.—la tomó de la mano y la llevó a su cama. Se sentó con ella y le secó las mejillas. María y Max no sabían que hacer o que decir así que solo se quedaron ahí observando y sientiendo que ellos dos estaban de más en esa habitación.
—No quiero molestar pero... ¿Qué pasó antes de que lleguemos?—María se sentó al otro lado de la cama. Max tenía puesto parte de su trasero en la mesita se noche de Selena, como si estuviera sentado pero sin poner todo su peso.
—Yo estaba en mi cuarto.—dijo Dylan.—Escuché a mi madre gritar y bajé corriendo las escaleras pero ella ya estaba saliendo por la puerta. La seguí sin saber que pasaba y luego lo vi. Stephen estaba saliendo de esta casa y mi madre se puso histérica. Estaba completamente seguro de que podía ignorar a Stephen pero el empezó a decir cosas y a pelear con mi mamá.
—¿Qué cosas?—preguntó Selena. Ella había olvidado la última vez que Dylan se había referido a Stephen como su padre. No lo había llamado así desde...
—Ya saben... Dijo que no sabía que mi madre fuera tan... Acosadora. No exactamente con esas palabras. También dio a entender que seguía viéndote.—miró a Sel que estaba abrazada a él como si no quisiera dejarlo ir. Ella negó.—Alejandra le pidió que se marchara y él aceptó. Pero antes se acercó a mi y me dijo lo bien que se la estaba pasando contigo... Me dijo cosas... Íntimas, sobre...—Dylan se estremeció. El nunca se imaginó que Stephen llegara a esos extremos de inventar que todavía se veía con Selena y aun peor decir lo que hacían en la intimidad.
—Ya...—dijo María.—Asi es como empezaron a golpearse.. . ¿Maxi como es que estabas aquí?
—Yo llegué después de eso. Estaba hablando con Dylan y escuché el gritó. Conduje como loco. Ya estaban uno sobre otro. Los separé justo cuando estaba pasando el policía. El señor O'Brien huyó, ese cobarde...—Max entre cerró los ojos.
—Después llegamos nosotras.—dijo María.
Dylan asintió—Max me dijo lo que mi madre te dijo...Te juró que jamás pensé que ella dijera eso. No sabía que ella sabía.—Dylan se disculpó con Selena. La abrazó más fuerte y le dio un beso sobre el cabello.
—¿Cómo está tu mamá?—preguntó Selena de repente
—Sangrando. Sonia le puso hielo pero no para de chillar. ¿Y Alejandra?
—Se está dando un baño. ¿Crees que algun día podrás estar en la misma habitación que tu padre y no sentir las ganas de golpearlo?—Dylan la miró confuso, no sabía de donde había salido esa pregunta. ¿Pasó algo que él no sabía?
—Lo dudo... ¿Por qué la pregunta?
—Solo estoy... Pensando.
—Deja de darle tantas vueltas.—la regañó María.
—¿De qué hablan?—preguntó Max. Se había hecho un lío en la cabeza de tanto pensar en las peleas, principalmente en la de las chicas.
—Nada, nada.—Selena le sonrió a Dylan para tranquilizarlo aunque no ayudó mucho.
—¡Oh! Hay una caja aquí abajo.—Max se inclinó y metió las manos debajo de la cama.
—¡Deja eso ahí Max!—Dylan se había puesto repentinamente rojo.
—¿Por qué?—preguntaron María y Max al unísono.
—No debes revisar las cosas de una señorita.—le recriminó Selena con voz dura, aunque sus ojos tenían un poco de diversión.
—¿Qué hay dentro?—preguntó Max. Tenía la caja levantaba unos centímetros del piso. Quería que le dieran permiso de abrirla.
—Son mis tampones.—Max puso cara de asco y dejó la caja en su lugar de nuevo. María se rió un poco y las mejillas de Max se tiñeron de un lindo color rosa.
SEGUNDO CAPÍTULO DEL MARATÓN
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La Pro$tituta II: See You Again
FanficLa vida de Selena había caído en picada. Un momento se la estaba pasando de lo mejor con Dylan;reían, jugaban, se besaban, de tocaban y hacían el amor: estaban locamente enamorados. Y al siguiente su relación había terminado en menos de cinco minuto...