Cap 27

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Dylan se esperaba lo peor. Miles de escenas pasaron por su mente sobre las diferentes formas y maneras en las que su loco padre pudiera torturar a Selena. Tenía muchas esperanzas en esa última dirección que le había dado Patrick, tenía que ser la correcta, sino, caería ante desesperación. Llegaron a su destino, la casa ocupaba más de la mitad de un bloque y estaba toda bardeada por altos muros. No era la única casa, habían otras mansiones alrededor pero esa se destacaba porque se veía reciente y mucho más como una cárcel que una casa normal.

Cuando todos estuvieron reunidos frente a la gran casa de Stephen, empujaron las rejas. Dylan quería ser más cauteloso y silencioso pero su desesperación pudo más.

Unas rejas blancas se alzaban frente a él. Demasiado altas para brincarlas. Miró hacia el interior pero no había señales de vida. Sin embargo, pudo ver el coche de su padre en lo más alejado de su lado derecho. Eso fue lo que le subió los ánimos. Él estaba ahí y eso quería decir que ella también. Empujó las rejas pero una gruesa cadena la mantenía cerrada.

-Mierda.-dijo Dylan.-Él está dentro. Lo sé.

-¿Cómo abrimos ésto?-preguntó Max inspeccionando el candado.-Es una llave muy grande la que se necesita.

-Yo puedo ir a comprar algun herramienta para cortarlo o algo así.-sugirió Alejandra. Su tono de voz revelaba su ansiedad.

-Eso tomará mucho tiempo.-dijo Max.-¿No tenía Patrick unas grandes tijeras de podar? Debimos prestarselo.

-Mientras ustedes discuten, yo me voy en el coche a comprar algunas herramientas.-Alejandra los regañó y ellos pararon de discutir en el acto.

-¿Entonces, Qué?-Dylan pasó su mano por su cabello revolviendolo.

-¡¿Es en serio?! ¿Nadie sabe como abrir un candado?-Maria dijo con burla. Se giró a Alejandra.-¿Tiene unos pasadores?

-¡Exacto!-Alejandra corrió a su auto y segundos después regreso con muchos pasadores para el cabello entre sus manos.-¡Aquí están!

María los tomó y luego sacó de su cabello otro pasador más grueso y largo. Se inclinó hacia el candado unos segundos y la cadena sonó. Las rejas se abrieron y María dejó el paso libre. Max tenía la boca abierta y un brillo en los ojos. Dylan le hizo una seña con la cabeza en agradecimiento y siguió hasta las puertas. Esta vez giró la manija y se abrió sin esfuerzo. Una gran sala se extendía con grandes pasillos y más puertas.

-¡Selena!-gritó. Era una estupidez gritar su nombre ahí de ese modo pero no pudo soportarlo. Buscó por todo el lugar pero no había nada. No había nadie.

-¡Selena!-le siguió Alejandra.

-¡Sel!-María corrió a la cocina. Alejandra abría todas las puertas que veía. Max se limitó a seguir a María. No es que no tuviera ganas de encontrar a Selena. Quería que apareciera por la salud de su amigo pero también le preocupaba María; si Stephen estaba en algún lugar de ahí, podría atacar a cualquiera que se interpusiera en su camino.

-¿Donde está?-preguntó Alejandra conteniendo el llanto. Dylan sabía cómo se sentía, él estaba a punto de hacer lo mismo.

-Tiene que estar aquí....

María y Max siguieron avanzado. Entraron a unas puertas que dio lugar a una enorme segunda sala. En medio, había una gran escalera en espiral que llevaba a los dos pisos de arriba. A sus lados no había nada mas que mesas con floreros encima. También habían dos puertas más a cada lado de la base de la escalera.

-Tal vez estén arriba.-dijo Max.

-Es lo más lógico. Subamos.-María lo hizo. Max le gritó a Dylan y él entendió su plan. Todos subieron las escaleras. Cuando llegaron al segundo piso, María y Max se detuvieron.

La Pro$tituta II: See You AgainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora