La Pro$tituta II: See You Again

Cap 9

Dylan contuvo la respiración. Ella estaba frente a él y todavía no podía creer que Max hubiese hecho eso. Sin dejar de mirarla a los ojos caminó hacia ella, se detuvo a un metro de ella  y soltó el aire que contenía. Posó una mano en el barandal del balcón porque sentía que se desmayaria si no se sostenía de algo.

Selena le siguió con la vista,  tenía la boca ligeramente abierta. Dylan estaba con un suéter azul y un pantalón negro. Se veía hermoso a la luz de la luna y con su cabello despeinado y rebelde, solo llevaba días sin verlo pero sentía que lo extrañaba desde toda la vida. Selena notó el color purpureo debajo del ojo pero no mencionó nada y se imaginó la causa de esa herida. Los ojos de él se veían más brillosos a como siempre estaban y Selena sintió ganas de llorar con él aunque no sabía si era de felicidad, tristeza, dolor o molestia.

Dylan abrió la boca para decir algo pero no supo qué y la cerró de nuevo.
"¡Mierda, se ve hermosa!" era lo único que pasaba por la mente de Dylan en ese momento. Se debatía internamente si estaba bien lo que estaba haciendo, él podría saltar desde el balcón y fingir que nunca la había visto pero había algo en ella que lo atraía como dos polos opuestos de un imán.

Selena bajó la mirada, sabía que Dylan estaría distante de ella, nada volvería ser igual. Quería decir que lo sentía por todo pero le dolería más si Dylan no aceptaba sus disculpas y la hería verbalmente otra vez.

—¿María?—preguntó Dylan después de un largo silencio. Selena tardó unos segundos en comprender su pregunta y asintió. Él se refería a que si María la había llevado con mentiras a ese lugar.

—¿Maximus?—preguntó Selena. Dylan asintió. La incómodidad era cada vez mayor entre ellos. Dylan tragó nervioso y miró hacia las luces del jardín. Cerró los ojos como si le doliera la cabeza o algo.

—Te ves hermosa.—Dylan la miró directamente a los ojos. Selena sintió que se quedó sin aire. Sintió su cara arder y si no fuera por la poca luz que iluminaba el balcón, Selena hubiera jurado que Dylan se sonrojaba también.

—Gracias.—contestó casi inaudible. Dylan no dijo nada más y tampoco la miró. Apretaba el barandal con ambas manos y con fuerza. Selena, sin saber que hacer, miraba a todos lados y jugaba con sus dedos incómoda. Rodeó a Dylan y fue hacia el cuarto. Ella no quería presionar a Dylan y él evidentemente no estaba listo para perdonarla. Selena sabía que era un plan con buenas intenciones y lo agradecía porque amaba a Dylan y solo verlo era suficiente para que estuviera feliz el resto de la noche pero no podría soportar otro rechazo de su parte.

—No te molestes.—dijo de repente. Selena se detuvo.—Max cerró la puerta con llave; es un clásico de él.

Dylan caminó dentro del cuarto con Selena y encendió las luces iluminando todo el lugar. Selena se dio cuenta de que sus cosas habían desaparecido y se preguntó en qué momento Maria había sacado todo y ella no se había dado cuenta. Miró la cama y Dylan parecía pensar en lo mismo que ella y ambos fijaron la vista en otro lugar incómodos por los recuerdos que habían surgido en sus memorias.

—¿Recuerdas la vez que Max me encerró en un cuarto con su prima?—Selena asintió y Dylan continuó con su historia sin mirarla mientras lo hacía.—Max hizo lo mismo que ahora; me engañó para ir a su casa; me mintió para dejarme solo en su cuarto sin mi teléfono celular; cerró la puerta con seguro y un minutos después tenía una par de grandes bubis en mi cara.—Dylan se mantuvo impasible. Selena al recordar aquella vez alzó un ceja hacia Dylan que se dio cuenta de que Selena se estaba molestando.—Recuerdo que te enfadaste, justo como ahora. Me lanzaste tu celular y se rompió al golpear la pared.—Dylan sonrió y para Selena fue la gloria verlo sonreír.—Estabas muy celosa...—dijo como si recordara aquello con cariño. Sus facciones cambiaron súbitamente y su ceño estaba fruncido.—Luego descubrí tus engaños...