Capítulo 12: ¿Por qué?

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Chace aparcó el auto en el frente de mi casa.

-Entonces, ¿tu única familia real, así como de sangre, es tu tía, la mamá de Leo? -asentí.

-Y tu eres hijo unico -el asintió.

-Es mejor así, aunque me hubiera gustado tener un hermano.

-¿Una hermana no? -pregunté y el negó con la cabeza frenéticamente.

-No gracias. Estaría detrás de ella todo el tiempo asi como tus primos están siempre detrás de ti.

-Cierto. Pobre niña.

-¡Pobre de mi! -hizo una pausa y puso cara pensativa -¿Sabes qué? Me compadezco de tus primos.

-¿Estás loco? -solté una carcajada -no... ellos están locos. Si por ellos fuera estoy segura que yo ni saldría.

-Entiendelos... tu y Susan son como las hermanitas de todos ellos, tienen que cuidar de ustedes, yo si fuera ellos no dejaba que tanto baboso se les acercara. Soy muy celoso.

-Te estás llamando baboso a ti mismo, Chace.

-Soy hombre, incluso aunque no quisiera me daría cuenta de lo bonita que er... que son. -Supe lo que estuvo a punto de decir. ¡Cómo no ponerme nerviosa! Seguramente en este momento estoy roja como tomate.

-Nos tendrían sin ver la luz del sol.

-Tendrían ventanas -se encogió de hombros.

-Tienes razón. Es mejor que seas hijo único, no quisiera estar en los zapatos de tu pobre hermana.

-A mi no me gustaría estar en los de tus pobres primos -hizo una mueca de desagrado -ni han de poder dormir la angustia. -No aguanté más la risa.

-¡Eres un exagerado, Chace!

-Soy celoso -dijo orgulloso como si fuera algo bueno.

-Eso veo -sonreí y el sonrió también -creo que ya debo irme antes de que algún estúpido salga y nos vea -hablé demasiado rápido. Jonathan estaba observándonos desde la ventana. Chace rió.

-Lo invocaste. -Sonreí

-Al parecer. Gracias por traerme -le sonreí sincera.

-No es nada -hizo una pausa -lo malo es que James se enojo...

-James... um, creo que tendré que hablar con el.

-¿De verdad no te gusta? -pregunto por enécima vez.

-Creo que no -dije esta vez no tan segura. La verdad no me esperaba lo que Chace me contó.

-¿Crees? -preguntó con el ceño fruncido.

-¡JAMIE! -Dios que pena... el menso de Simon salió por la puerta.

-¡Ugh! Todos los días me pregunto como es que no he muerto de coraje... o vergüenza -abrí la puerta del auto -gracias. Nos vemos el lunes -el asintió y yo no tan segura de lo que iba a hacer me incliné un poco y le besé la mejilla en forma de despedida. ¡Mal había hecho contacto con su piel y sentí que temblaba!

-Hasta el lunes -dijo con cara de confundido. Genial. Seguramente lo asusté. -Ojalá que no te regañen, Felton -sonrió de lado y yo cerré la puerta de su auto. Pensándolo bien, ya no me molesta tanto que me llame por mi apellido. Es la única persona que lo hace (los profesores no cuentan).

-Adiós -hablé ya desde la puerta de mi casa ignorando al torpe de Simon. Chace me saludó con la mano y luego se marchó -puras vergüenzas con ustedes -le dije a Simon y después miré a Jonathan que seguía en la ventana -así ningún chico querrá acercarse a mi -dije entrando a la casa.

Pequeños cambios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora