26 [Contra todos]

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En la lejanía...

En lo alto de una gran roca, cuatro siluetas se recostaban contra el atardecer.

Hinata estaba recostada con las manos detrás de la cabeza, sus ojos rojos fijos en el cielo. Estaba en su modo sabio como de costumbre, esto para mantenerse relajada. El viento jugueteaba con su cabello oscuro mientras su respiración se mantenía tranquila, casi como si estuviera a kilómetros de distancia, sumergida en sus pensamientos.

Incluso en su interior, Kurama se mantenía dormido en completa calma, y Kuri andaba inusualmente callada...

A su lado, Neji observaba en silencio mientras descansaba sobre un pequeño tronco seco. Kiba estaba sentado acariciando a Akamaru, quien descansaba con la lengua afuera. Shino permanecía de pie, con los brazos detrás de su espalda, mirando en dirección a las montañas.

El silencio duró más de lo esperado. Finalmente, Neji rompió la quietud.

—¿Te sientes bien, Hinata?

Hinata parpadeó lentamente, como si su mente regresara de algún lugar lejano.

—Sí... —respondió, pero su tono no convenció a nadie.

Neji no dijo nada por un momento. Aunque ella sabía mentir y era una asesina experta en el arte de engañar... Su aura estaba llena de vulnerabilidad, él podía ver a través de ella, cosa que no habría sido posible hace cuatro años... aunque no siempre entendiera lo que pasaba por su cabeza. Sabía que no estaba bien.

Después de todo, Hinata había perdido a la persona que más quería. Su vida anterior como asesina, su huida junto a él como fugitiva... nada de eso fue fácil. Y ahora, además de todo, cargaba con el Kyūbi dentro de ella. Aunque había encontrado a su abuela como consuelo, en la última pelea, por poco fue derrotada por culpa de Hinata... Probablemente aún se culpaba de lo que podría haber pasado...

Neji la observó de reojo.

El peso del mundo parecía haber caído sobre ella... El destino del mundo, literalmente, estaba en ella. Tenía la llave para que Naomi ganara... Pero también la que podría darle la victoria a los rebeldes... Tanto la esperanza como la pérdida pesaban sobre ella.

Kiba la miró un momento y finalmente suspiró, rompiendo el ambiente.

—¿Sabes, Hinata? Yo aún no te perdono por lo de hace siete años... Aun así... debo decir que... eh... yo sé que no has tenido una vida fácil, pero... —Kiba se detuvo, buscando las palabras correctas—. Lo que intento decir es... que hiciste lo mejor que pudiste.

Hinata no respondió, pero giró un poco la cabeza en dirección a él.

—No tiene sentido atormentarse por lo que pasó... Si incluso nosotros podemos ver más allá de eso y darte una oportunidad, creo que deberías hacer lo mismo contigo misma... —continuó Kiba mientras rascaba detrás de la oreja de Akamaru—. Llorar sobre el pasado no lo arregla... Los muertos no volverán a la vida, los errores no se arreglarán solos... Solo queda caminar hacia adelante.

Shino asintió ligeramente.

—Kiba tiene razón. Lo importante es lo que decides hacer ahora. Aunque fuimos enemigos, el mundo ahora no es el mismo. Ahora debemos salvarlo.

—Je... ustedes están hablando como ancianos... —burló Neji—. Pero sí, pienso igual...

Neji volteó en dirección a Hinata en silencio. Sabía que las palabras de Kiba y Shino tenían peso, aunque ella no lo mostrara de inmediato o abiertamente.

Finalmente, Hinata cerró los ojos.

—Gracias... —susurró, tan bajo que casi nadie lo escuchó—. Haré mi mejor esfuerzo por ser lo que ustedes necesitan... Naruto los quería mucho a todos, y habría dado la vida para que ninguno de ustedes cayera... Tal y como lo hizo conmigo... Así que, por eso es mi deber ser más fuerte que nunca ahora.

The lostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora