10- Adolescencia

166 22 1
                                    

Mi reunión con Kurokawa resultó ser más que fructífera. Indagamos referente al asunto de Katayose Yura y determinamos que Akane trataría de conseguir algún patrón para localizar donde estaba la actriz, estuviese viva o muerta, para comprobar la posible relación de Kamiki Hikaru con su desaparición.
Además, claro, terminé disculpándome con Akane por todo lo que he hecho. Se siente liberador.

Al llegar a casa, estaban mamá y Ruby esperándome para cenar. Pude ver la incertidumbre y la curiosidad plasmada en sus rostros, pero podían ser muchas razones como para determinar alguna.

   —¿A dónde fuiste, Aqua? —me preguntó Ruby al momento en el que me senté para comer.

Vagamente, le respondí:

   —Me reuní con Akane por un asunto.

Mamá, que estaba comiendo, se detuvo con algo de sorpresa al escuchar mis palabras. Lo pude notar al escuchar el sonido de los fideos cayéndose de su cubierto y su rostro pensativo.
Por unos segundos, me observaron pesadamente, en silencio, hasta que mamá habló:

   —Aqua, no estás de mujeriego, ¿Verdad?

   —¡Por supuesto que no! —le respondí con algo de molestia —¿Por qué pensarías eso?

Al soltar mi cuestionamiento me di cuenta de que en realidad era una conclusión lógica: Kana (que no sabe ocultar muy bien sus sentimientos hacia mi) vino a hacerme una proposición singular, y mi respuesta fue reunirme sospechosamente con Akane (mi ex, y con la que según lo que ellas deberían saber solo me reúno por cuestiones actorales) en la misma tarde.

Parece que Ruby notó mi razonamiento.

   —¿En verdad es necesario decirlo, hermanito? —soltó, con un rostro infantil que no supe determinar si mostraba molestia o picardía.

   —No, no lo es— Respondí, a regañadientes.

Mamá prosiguió con la ronda de preguntas:

   —Entonces, ¿Por qué se reunieron?

   —Era algo sobre la película. No saquen conclusiones deliberadas.

Sentí un nudo en la garganta por mentir. A pesar de que quiera soltar mi venganza, no puedo simplemente contarles que planeamos capturar a Kamiki Hikaru, o que en algún momento pretendí asesinarlo y sacrificar mi vida en el proceso. Sería arriesgarme a perderlas, y no quiero perderlas.

Se tomaron una pausa, viéndose las caras. Ahora que di un pequeño paso para acercarme más a mi familia, pareciera que determinaron hacer equipo cada que alguna quisiera sacarme información. Si, creo que eso hacen las madres y las hijas con los varones adolescentes.

   —¿Qué tal quedó la comida? — preguntó mamá, cambiando el tema.

Ruby y yo acordamos que la comida estaba buena, y lo dijimos cada quien a su manera. Me gusta mucho la comida hogareña, y, no tener que cocinarla yo le da algunos puntos.

   —Aqua, actuaste bien en la película. Supongo que fue muy duro para ti — mencionó mamá, supongo que buscando algún tema de conversación.

Nunca me habia puesto a pensar en como actué durante las grabaciones de 15 Años de Mentiras. El proyecto fue netamente como una venganza contra Kamiki Hikaru, así que no puedo decir que lo disfruté. Entonces recordé mi anterior participación actoral: Tokyo Blade. Antes de forzarme a mi mismo a sufrir, recuerdo haberme divertido.

   —Gracias, mamá —respondí a la felicitación que me ofreció. Creo que me gustaría seguir actuando.

Al terminar con mi plato, me levanté de la mesa y me dirigí a la cocina para lavar lo usado durante la comida. Mamá agradeció mi gesto abrazándome una vez más y se quedó conversando con Ruby. No pude escuchar muy bien de que hablaban, pero, juraría que es sobre mi encuentro con Akane.

Salí de la cocina en cuanto terminé con mi labor hogareña y miré la hora en mi teléfono: marcaban las 22:31; era lo suficientemente tarde como para ir a dormir. Me despedí de las chismosas que estaban en el comedor, tomé una ducha, me puse lo más cómodo que conseguí y me recosté en mi cama.

Al día siguiente, desperté y sin mucho más que hacer fui al baño. Al salir y vestirme, me dirigí al salón principal y me acerqué a Ruby, que estaba sentada en el sofá.

   —¿Y mamá? —le pregunté —¿Trabajando?

   —Sip —respondió —. Está en el estudio. Buenos días, Aqua —dijo, con calidez, levantándose con claras intenciones de abrazarme. La esquivé.

   —Voy a casa del director. Volveré antes de la hora de cenar.

   —¡Pero!

Me retiré antes de que pudiera terminar su frase y cerré la puerta. No fue con intención de ser cruel, lo juro.

El director no vive particularmente lejos de aquí, así que no veo mucho problema en ir sin mucha protección anti reconocimiento.
Logré pasar entre las personas sin llamar mucho la atención, y después de unos minutos llegué a casa del director, toqué la puerta. Me abrió la señora Gotanda.

   —Ah, eres tú —dijo —. Taishi está abajo.

¿Se supone que soy el amigo de un niño pequeño visitándolo?
La señora se apartó de la puerta, incitándome a pasar. Agradecí por educación, entré y me quité los zapatos. Sin perder mucho mas tiempo, me dirigí al estudio.

   —Toc, toc — solté al momento en el que accedí a la habitación. Lo siguiente que vi fue a Gotanda, sentado frente a su escritorio, con una expresión cansada. Parecía un mapache enfermo.

   —¿Eh? ¿Qué? —se preguntó el “adulto”, volteándose bruscamente a mi dirección —Ah, eres tú, precoz. ¿Qué necesitas? —me preguntó, volviendo a dirigir su mirada a su computador.

   —Nada. No tengo nada que hacer. ¿Qué estás haciendo?

Caminé hacia el borde de la cama y me senté, cruzando mis extremidades. El hombre definitivamente está cansado, no le vendría mal un poco de ayuda.

   —Reviso una y otra vez las tomas que grabamos para la película. No es por criticar, pero —giró la silla y dirigió su mirada hacia mí, enseñando la pantalla de su ordenador. Distingo una escena donde la protagonista es Ruby actuando de Ai — tu hermana no sabe actuar.

No son noticias nuevas para mí. Es curioso, cuando éramos bebés parecía tener talento… supongo que solo fue por ser un alma reencarnada.

   —Corta lo que sea necesario —sugerí con algo de vergüenza. Gracias a Dios decidió ser Idol y no actriz...

Una vez más, la habitación quedó en silencio. No es como que lo pudiese ayudar en primer lugar, así que me quedé sentado donde estaba, pensando. No puedo revelarle como si nada mi catarsis.

   —Oye, Aqua —el director cortó el silencio —. Perdón por no ser el mejor tutor que pude.

¿Huh? ¿Por qué diría algo así tan repentinamente?

   —No te aconsejé de la mejor manera, y no te acompañé lo suficiente. Sé que lo que estás pasando no es fácil, y sé que no te lo he facilitado.

Se levantó de su silla, apoyando su mano en su escritorio, penetrando mi alma con su mirada.

   —Pero aún así estoy orgulloso del hombre que eres. Quiero seguir viéndote crecer.

…Este hombre es inoportuno. Esas cosas no se dicen de repente.

   —Sería un honor para mí que lo hicieras —le contesté, sin poder evitar la sonrisa que se dibujó en mi rostro —. Pero no voy a abrazarte o algo así —agregué.

   —No esperaba que lo hicieras.

Me dio una gran sonrisa y volvió a sentarse. Él no lo sabe, pero, realmente le agradezco.

   —Ah, sí. Director, hay algo que quiero que haga.

   —¿Y eso qué es? —preguntó, con curiosidad.

   —Venga a comer con nosotros un día. Lo agradecería bastante.

El director se quedó en silencio unos momentos, todavía dándome la espalda con la silla. Después de unos segundos, se giró.

   —Hecho.

Me Tienes A Mi (Oshi No Ko)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora