Los dos actores jóvenes estaban caminando por las calles de aquel pueblo, cada uno pensando en lo mismo; pero en diferente perspectiva.
El analítico Hoshino recopiló la información reciente que había obtenido sobre Kana, haciendo énfasis en su pasado como actriz infantil.
La chica, en cambio, estaba buscando fuerzas para afrontar ese pasado; aquel que la distanció de su madre.
De alguna forma reunió la fuerza de voluntad para tomar de la manga a su acompañante, pero ahora, no sabía cómo proseguir. Su mente se nubló de oscuros recuerdos, visiones y experiencias que se había encargado de no recordar.Empezó a sudar y dio un paso hacia atrás. Solo podía preguntarse una cosa: ¿Tocar o no la puerta?
Pero, unas palabras la hicieron volver a la realidad:
—¿Es esa? —preguntó Hoshino al notar que la chica detuvo su paso.
—Si —respondió fríamente Arima.
Claro, ahí estaba la razón del por qué tenía que tocar esa puerta: Aquamarine.
Arima sabía la lucha que tenía el chico; conocía su oscuridad tanto como su bondad. Para salvar a Aqua, ella debía salvarse a sí misma primero.
No iba a seguir siendo una carga para él.
No iba a seguir siendo una damisela en apuros.
Esta iba a ser la última vez que iba a necesitar ayuda.
Ella era Arima Kana, y no estaba dispuesta a perder.
Infló su pecho de aire y levantó la cara:
—Vamos —ordenó la chica, caminando hacia la puerta de la casa.
El chico se sorprendió al ver a Arima sacar determinación de la nada, pero, él sabía que así es que es ella. Esa era la chica que amaba.
Siguió a la joven hasta llegar al frente de la puerta. Volteó a verla.
—¿Quieres que te acompañe? —le ofreció. Su intención con el viaje era apoyarla, pase lo que pase.
—No —le respondió Kana —. Esto es algo que debo hacer sola.
Soltó la manga de Aqua y tomó aire de nuevo. Así fue como tocó la puerta de su casa.
Los primeros 5 segundos no hubo más que silencio.
Las preguntas volvieron a eclipsar la mente de la pobre chica:Sin embargo, se escuchó una voz de fondo:
—¡Un momento!
Aquella voz, femenina, madura y suave; resonó con eco hasta llegar a oídos de los chicos fuera de la casa. Sí, no cabía duda.
Era su madre.
Pero entonces, ¿Por qué se escuchaba quebrada?Arima agradeció que la puerta no tuviese visor. Si lo tuviera, ¿Su madre le abriría? Le aterraba la respuesta. Por ende; era una bendición que no se pudiera ver quien era la persona que tocaba.
En contraparte, Aqua, quien también notó ese detalle, reavivó recuerdos oscuros.
Se escucharon pasos aproximándose, hasta que finalmente una mujer abrió.
—Diga…
Cortó la palabra al reconocer quien era la joven.
—¿Kana? —preguntó, en voz baja.
—Hola, mamá —dijo la muchacha, conteniendo sus emociones lo más que pudo.
La señora volteó a ver quién era el joven que la acompañaba. Lo reconoció casi al instante.
—¿Tú no eres… aquel niño de hace 14 años?
—Soy amigo de Arima —aclaró Hoshino —… vine a acompañarla.
La señora inspeccionó de arriba hacia abajo al jovencito, y después de analizarlo, habló nuevamente:
—Soy Arima Rena —se presentó la mujer —. Gracias por cuidar de mi hija.
Hoshino se sintió indignado al escuchar esas palabras.
¿Su hija? ¿La abandonas y tienes el descaro de llamarla su hija?
Sin embargo, se controló para no decir nada.
—¿Quieren pasar? —ofreció Rena, terminando de abrir la puerta para incitar a su hija y a su amigo a entrar.
—Esperaré aquí afuera —respondió Aquamarine —. Nos veremos en un rato, Arima.
Kana asintió, dándole una última sonrisa a Aqua para voltear y pasar a la que fue su casa.
Demasiados recuerdos.
Su gusto por actuar, sus cumpleaños, sus risas.
»todo fue reemplazado por aquellos momentos donde reprimía sus lágrimas, las llamadas de su madre, sus gritos y su abandono.
Tragó saliva, sentándose en el sofá de la sala principal.
—¿Quieres un poco de té? —preguntó incómodamente su madre, con la misma incomodidad que tendría un visitante en el velorio de un desconocido
—No, estoy bien —respondió la jovencita, pero el sonido seco y rasposo de su garganta la traicionó. ¿Era porque tenía sed, o eran las ganas de llorar? En cualquier caso, Rena se dirigió a la cocina y preparó algo para beber.
Fueron los 5 minutos más agobiantes de su vida, pero era demasiado tarde para huir. Eventualmente apareció la mujer, llevando una bandeja con dos tazas de té verde. Se sentó en el mueble de enfrente.
—Y… ¿Cómo te va? —soltó Rena en un intento por aliviar la tensión en el ambiente.
Arima sonrió por primera vez desde que había entrado.
—Me va genial —testificó, con aires de grandeza —. Soy la idol central del nuevo B-komachi, tengo amigos que se preocupan por mi… actué en varios proyectos.
—Oh… me alegra escuchar eso.
—Sí…
No, no era el momento para mentir. Arima renunció a su sonrisa falsa.
—Pero, la verdad es que —comenzó a exponer su realidad —… No estoy bien, mamá. Todos los días me sigo presionando… me sigo cuestionando si esto es suficiente. No quiero ser idol, pero me temo que no puedo ser más nada.
Volvió a sonreír para sí misma, como si estuviese tratando de convencerse de que todo estaba bien.
—¿Esto es suficiente para todos? ¿Es esto lo que debo hacer? —preguntó, subiendo gradualmente el tono de voz conforme soltaba sus palabras.
—Cariño…
—¿¡Es esto suficiente para ti, mamá!?
¿Qué era esa pregunta? Ella sabía con quien estaba hablando. Esa mujer nunca iba a ser saciada. Era una manipuladora, una madre que usó a su hija para satisfacer sus estúpidos sueños.
—¿De qué estás hablando, Kana? —preguntó Rena, riéndose nerviosamente ante la explosiva reacción de su hija.
—¿De qué estoy hablando? ¿¡En serio lo preguntas!? ¡Me usaste durante toda mi vida para que cumpliera tu sueño de ser una actriz! ¡Me llenaste de mentiras y me tomaste como si fuera una herramienta para escalar en la alta clase! ¿¡Crees que no me daba cuenta!? ¡Podía ver tus expresiones de gusto cuando estábamos en reuniones! ¡Podía ver tu cara de decepción cuando dejaba de recibir papeles!
—¡No te atrevas a levantarme la voz, niña malagradecida! —le gritó Rena — ¡Yo no te usé! ¡Solo quería que liberaras todo tu potencial!
—¿¡Mi potencial!? ¿Cuál potencial? —le cuestionó su hija, poniéndose de pie —¿Es esa tu excusa para cubrir el hecho de que estabas más interesada en la fama que en el bien de tu hija? Si improvisas así, ¡Tiene sentido que no hayas logrado ser buena ac…!
En la habitación resonó el impacto seco y despiadado de la bofetada que le propinó la madre a la hija, con la intensidad de olas del mar chocando.
—¡Cállate la boca! —le ordenó la mujer a la idol —¡No eres nada sin mí! ¡Te di todo! ¡Por eso no eres nada ahora!
El silencio se hizo presente después de esas palabras. Arima cubrió su mejilla con su mano, dándole una mirada vacía a Rena mientras se agachaba para tomar la boina que cayó al suelo tras el impacto.
—Te equivocas —le contestó —. No soy quien soy por ti. Soy quien soy porque luché serlo.
Se dio media vuelta y empezó a caminar hacia la salida del hogar.
—Y por eso —prosiguió —, cuando esté en lo más alto, tampoco será por ti.
—¿¡Acaso te irás así!? ¿¡Cómo puedes hacerle esto a tu madre!? —le gritó eufóricamente Rena desde el lugar donde estaba.
—Tú no eres mi madre —le aclaró la pelirroja —. Nunca lo fuiste.Fueron 15 minutos los que esperó Hoshino Aquamarine, sentado en la acera de la vivienda. No se molestó en tratar de escuchar la conversación o ver lo que ocurría adentro. Arima le había dicho explícitamente que quería resolverlo sola, y así iba a ser.
Sin embargo, volteó al escuchar la puerta abrir y cerrar de regreso. De ella salía Arima, con la cara roja. Tomó uno o dos respiros antes de acercarse al rubio.
—¿Y bien? —le cuestionó Hoshino.
—Dije lo que tenía que decir —respondió —. Hora de irnos.
Tomó de la mano a Aqua y empezó a caminar hacia la entrada del pueblo. El chico no opuso resistencia alguna y caminó con ella sin preguntar más sobre lo ocurrido.
—¿Recuerdas que me preguntaste mas temprano sobre lo que quería hacer? —preguntó Kana.
—Sí, lo recuerdo.
—Quiero brillar. Quiero ser la mejor actriz de Japón.
Esa declaración captó toda la atención de Hoshino, quien miró a Arima con curiosidad.
—¿Por tu madre?
—No —descartó casi automáticamente —. Quiero serlo por mí.
—…ya veo.
Después de unos minutos, tomaron el taxi que los llevó a la estación.Ninguno había hablado durante el viaje de regreso a su prefectura, hasta que Arima rompió con el silencio:
—Aqua, quiero que sepas algo.
El chico miró con atención.
—Hice que vinieras porque quería decirte algo.
—¿Y ese algo es…?
—Ai. La muerte de Ai no fue tu culpa.
ESTÁS LEYENDO
Me Tienes A Mi (Oshi No Ko)
FanfictionAquamarine Hoshino está decidido a acabar con su padre, sin importar qué. La venganza y la oscuridad nubla su juicio y lo lleva a estar dispuesto a ser consumido, pero, ¿Esto podría cambiar si la persona correcta le confiesa el peso que tiene la vid...