Cap 4

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Una luz la deslumbró, haciéndola despertar.
Procesa todo lo ocurrido hasta que le viene el recuerdo de la noche en que él se vio obligado a tomarla.
Sonrió.

Nota algo cálido que pesa a su lado. Se gira encontrándose al hombre que le robó el corazón desde la primera vez que se vieron:
Tumbado de lado en su dirección, con los ojos cerrados, los labios entreabiertos, el pelo revoltoso cayéndole por la cara, la agarraba por la cintura y su cabeza apoyada en su pecho.

Ken.- ¿Podrías dejar de mirarme tanto, gatita?. No es que valla a ser un trofeo... _ La aprieta y la acerca a él temiendo que se alejara.

Emma alza una ceja interrogante.- ¿Gatita?.

Ken.- Sip. Tú eres mi gatita desde que tuviste una transformación en tu segundo orgasmo. Pequeña.

Hunde la cabeza en su pecho para lamer uno de los pezones.

Ella gime elevando el pecho.

Emma.- Para, por favor... _ Suspira con los ojos cerrados.

Ken en vez de detenerse, lo succiona divertido. -¿Si?, no sé yo. Tu cuerpo no dice lo mismo.

Baja la mano hasta el clítoris. Ella abre de golpe los ojos. Lo aparta de un empujón, volviendo a lastimarse, ya que en ese momento él la estaba mordiendo suavemente.

Mientras intenta zafarse de la cama, nota un terrible dolor en la entrepierna. Mira hacia abajo, asustada por el gran charco de sangre, se va corriendo a encerrarse al baño de la habitación.

Él suspira divertido meneando ligeramente la cabeza de un lado a otro. Se levanta para ir tras su "presa".

Toca la puerta.- Emma, no seas tonta y abre.

Emma.- No quiero. Voy a ducharme. _ Responde roja como un tomate.

Ken.- ¿A qué le tienes miedo?. Pero si ya te vi desnuda, querida.

Emma.- No.

Ken ya molestándose.- ¡Abres o la tiro abajo. Avisada estás.!

Emma.- No. _ Se mete a la tina.

Ken.- Tú te lo has buscado. _ susurró.
Traspasó la puerta como si de un fantasma se tratase.

Emma esperaba a que sonara la puerta romperse, en cambio no oyó nada. Asomó la cabeza fuera de la cortina para ver, pero se encontró con la nada.

No le dio importancia pensando que sólo quería bromear y que se había cansado.
Pero qué pobre, porque se encontraba tras su espalda, esperando a que ésta se descuidara.

Ella se dio la vuelta y se agachó para encender el grifo. Pero cuando fue a coger la alcachofa que estaba encima de éste, notó que alguien la embistió tan fuerte que soltó lo que tenía en las manos para agarrarse fuertemente a los grifos, porque si no, se caería.

Emma.- M-me las-stim-maasss.- Jadeó agachando la cabeza.

Ken.- Tú te lo has buscado. _ Gruñó y la penetró con brutalidad por detrás aplastándola contra los azulejos de la pared.
Emma comenzó a sangrar, lo que le provocó un gran apetito carnal y sexual.
- Estás tan prieta, gatita. _ Jadeó en su oreja.

Emma ya no aguantó más y como pudo, se giró para abofetearle, salió con lágrimas en los ojos, se fue a la habitación a vestirse y se largó.

Ken todavía estaba en shock, pensando en lo ocurrido. Se llevó una mano a la mejilla adolorida y gruñendo de ira se fue en su busca después de vestirse.

Él (2º Ella)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora