Él (2º Ella)

Cap 12

[Autora]

Emma corría como podía con su forma humana ya que no sabía cómo transformarse de nuevo en gato o mujer gato, ni sabía el cómo lo hizo aquella ves... Sólo sabía que en aquel entonces la albergaba una inmensa ira y/o placer.

Corrió con más fuerza al escuchar a Zero gritarle aquello y se integró aún más en el bosque.

Tuvo que pararse agotada y miró a su alrededor para identificar el lugar, pero no le sonaba nada de nada.

Mientras recuperaba el aliento cómo podía, escuchó crujidos de ramas al ser pisadas con violencia, el trotar de un caballo, jadeos y gruñidos de cerca.

Le entró pánico al sospechar de quién podría ser y buscó desesperada un lugar en el cual esconderse.
Decidió ir al río y camuflar su olor con el agua y barro.

Al llegar se zambulló sin pensárselo y se rebozó como los cerdos sobre el barro, luego se fue a un arbusto cuyas flores olían muy fuerte, las arrancó y se las colocó como pudo por el pelo y se las "pegó" por el barro por todo el cuerpo; y volvió a correr río abajo con esperanzas de encontrar una aldea como mínimo.

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Mientras tanto en otro lugar, Zero corría y resoplaba como un loco esperando encontrar a esa traidora y cobarde rata para castigarla, pero a la vez, deseaba encontrarla para cuidarla, mimarla y consolarla de todo y de todos...

No entendía a aquella pequeña parte suya que le desgarraba por dentro cada vez que la veía sufrir o llorando, no lo entendía para nada, pero no le gustaba el rumbo al que iban sus sentimientos y emociones (eso sí los tuvo alguna vez después de la muerte de su hermana pequeña) por esa chica y que ahora mismo, está persiguiendo.

Algo dentro de él le decía que no la pierda, que la mantenga siempre cerca y que la marque exclusivamente como suya y sólo suya.

Pero Zero no quería eso, no quería hacer lo que estaba haciendo ahora ni podía controlar en ese momento su cuerpo ni sus pensamientos, era como si otro ser hubiera adquirido el completo control de todo su ser.
Así era, pues el que realmente actuaba en ese momento era su lobo, su animal interno, y no él mismo como humano u hombre lobo.

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Ken estaba casi en las mismas circunstancias que Zero...
La única diferencia, es que estaba en sus cabales, la buscaba por los sentimientos que albergaba por su ser y todo eso, lo aceptaba, porque en verdad la amaba.

La amaba tanto, que su distancia le dolía tanto que mataría y haría de todo por ella para que vuelva al caliente y reconfortable refugio de sus brazos, quería olerla, sentirla y quererla como nadie en el mundo entero.

Sus ánimos y esperanzas vuelven a inundarlo por completo al sentirla y olerla cada vez más cerca.

Sigue sus olor o lo que cree que es, ya que está mezclado con otros distintos, raros y muy fuertes aromas...
Pero sabe que bajo todo ese manojo de olores, percibe el suyo mismo, un dulce y afrutado aroma a frambuesas y humedad, ese aroma es de Emma, su pequeña, revoltosa y querida gatita peleona.