Capítulo 10.

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Eran las nueve y media de la noche y estábamos entrando "donde Tom", que resultó ser un club de mala muerte en una carretera abandonada, mujeres con poca ropa, gente bebiendo para olvidar sus penas, otros drogándose, algunos bailando o teniendo sexo por las esquinas y al fondo, en una zona privilegiada con asientos de cuero se encontraba JD, con unos diez hombres, pobre iluso, diez son los que vigilan el local quince están camuflados y veinte entran conmigo, que puedo decir, Brave tiene sus contactos. Se le veía molesto, supongo que debido a mi tardanza, pero ya saben, lo bueno se hace esperar. Caminé decidida hacia ellos con mis hombres siguiéndome a mis lados Adam y Jack, Zack y Brave iban detrás con el resto.

-Llegas tarde, las princesitas no son impuntuales dijo entre dientes.

-Ya sabes lo que dicen querido, lo bueno se hace esperar- le contesté guiñándole un ojo y haciéndole alusión a mis pensamientos anteriores. El negó con la cabeza intentando controlarse.
Me senté bajo su atenta mirada y Jack y Adam lo hicieron junto a mí, los demás rodearon el complejo de sillones en los que estábamos sentados.

-Veo que has traído a gente, no sabía que pudieras reunir a tantas personas en tan poco tiempo, más aún siendo nueva por aquí- dijo para entablar conversación.

-No me subestimes, ahora ve al grano y déjate de desviarte del tema, ¿qué quieres de mi?- le pregunté alzando la cabeza.

-Ahora mismo de ti quisiera muchas cosas cariño- dijo mirándome las piernas y los pechos que estaban cubiertos por el mono enterizo de cuero que me había puesto, hace tiempo que no lo usaba, era mi ropa de "trabajo", si saben a lo que me refiero.

-Veo que te gusta bastante mi cuerpo, pero te recuerdo que estamos intentando negociar algo, lo cual aún no sé que es, también te recuerdo que mi tiempo vale oro y que no voy a desperdiciarlo contigo- dije seria, no me molestaban las miradas estaba acostumbrada.

-Eres ruda pequeña, ¿quién lo diría?- dijo riendo- Bueno, no me gusta tener competencia sabes, y tú eres una, en el negocio, en las carreras, en la calle, en todos los ámbitos por los que se forma mi vida, y eso no estaba en mis planes, ¿sabes que hago cuando alguien se interpone en mis planes?- dijo mirándome duramente.

-Esta conversación no lleva a ninguna parte- dije aburrida

-La cuestión es: te alías conmigo, un 70% para mí, 30% para ti, o atente a las consecuencias- dijo serio y fue mi momento de reír.

-La única forme de unirme a ti, es que tú trabajes para mí, y como sé que eso no va a suceder, vete borrando esa idea de tu cabeza- respondí y el me miró furioso.

-Nunca, nadie me había desafiado y tú niña, no lo vas a hacer- dijo levantándose, yo también me levanté y caminé lentamente hacia él clavándole una mirada gélida directamente a sus ojos.

-Siento si no te has encontrado hombres con un par de cojones para desafiarte, pero yo soy mujer y tengo dos ovarios y te desafío, como lo llamas tú, simplemente pienso que tienes miedo que sea mejor que tú y que te robe lo que es tuyo- le dije casi rozándole los labios de lo cerca que estábamos, vi su nuez subir y bajar mientras tragaba saliva y un par de gotas de sudor se hicieron presentes en su frente- ¿te pongo nervioso JD?- le susurré rozándole los labios suavemente mientras hablaba, él se había quedado mudo, intentaba hablar, pero las palabras quedaban atrapadas en su garganta negándose a salir, lo cogí del cuello y lo acerqué a mí, pasé mis labios por toda su mandíbula rozándola por el camino hasta llegar a su oreja donde le mordí el lóbulo para luego susurrarle seductoramente:

-Me gusta que te pongas nervioso ante el tacto o las palabras de una mujer, eso me demuestra de lo que estás hecho, y si piensas que puedes tener alguna oportunidad conmigo déjame decirte que eres más imbécil de lo que creía- me separé lentamente y le di dos golpes suaves con la mano en un lateral de la cara.

Princesa...¿a la fuga?.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora