Uno

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Hoy es un día mas, llevo mucho tiempo en la misma habitación, con los mismos muebles, la misma ropa, los mismos colores pintados en la pared. Con aquella pequeña cama que se ajusta a la perfección con la habitación, con mi personalidad y con mis gustos. En la misma casa desde hace dos años, por que a si lo he querido yo, lejos de Ismael y cerca de David. En el mismo lugar, la casa no se ha movido, yo no me ido y ni siquiera se porque no he intentado irme, aunque de hecho si lo finjo qué no por un acto de cobardía, por que soy cobarde y lo aceptó, no es algo que me enorgullezca, pero lo soy y tengo la madurez, si es que así se le puede llamar, de aceptarlo.

Y aquí estaré mucho tiempo, se que debo de salir, de ser libre. Pero un miedo falso, un miedo que yo sola me creé y que me impide irme, ya no quiero que sigan pasando los años y yo siga aquí sin ser feliz, estando lejos de Ismael aunque si estuviera cerca de él tampoco podría ser feliz. Ese es uno de mis constantes dilemas, ¿qué puedo hacer conmigo? Soy un maldito desastre con miles de ideas pero ninguna lo suficiente buena.

No puedo estar toda mi vida aquí, tengo que salir, qué hacer mi vida o al menos intentar, no puedo perder mas de lo que ya he hecho. Quiero mi doctorado en médico cirujano; quiero una carrera, un futuro, una familia, quiero felicidad o al menos poder hacer como que si, no me importaría fingir siempre que me sienta cómoda.

Quiero a Ismael de vuelta en mi vida o tal vez sólo quiera ser libre, eso es lo que más me confunde, hay tantas veces que me quedó pensando en que es lo que quiero y siempre término contradiciéndome, pero de lo único que si estoy segura es que quiero ser libre, tarde en darme cuenta; demasiado de hecho. Pero aún estoy a tiempo para huir, aún tengo juventud y salud, aún tengo las ganas de intentar triunfar pese a mi enfermedad.

Estoy sumida en mis pensamientos como la mayoría de las veces, en lo que puedo hacer para salir, en lo que tengo que hacer para volver a ver a Ismael, para ser feliz a su lado o al menos intentar, no quiero fingir pero tampoco quiero estar sin él, es como una sensación enfermiza de querer estar con alguien a pesar de que no le haces ningún bien o la otra persona no te hace ningún bien, pero necesitas su compañía para sentirte normal. No me inmutó de que David acaba de entrar a mi habitación a su habitación me corrige una voz en mi cabeza.

Pero por su forma de caminar puedo deducir que esta borracho o al menos que ha tomado lo suficiente para no estar cien por ciento seguro de sus acciones.

—Lila, ven acá. —dice cruel y duramente, sin ningún sentimiento en su mirada provocando que un escalofrío recorra mi espina dorsal. Nunca lo había escuchado así, es raro, suele ser muy calmado. Quiero pensar que ha tomado tequila pues su voz es mas gruesa de lo normal y se escucha ronca lo que es raro en el, el tequila es una bebida fuerte y que en muchas personas logra que su voz se vuelva ronca, esto lo aprendí gracias a mi padre, recuerdo que cuando me lo enseñe pensé ¿en qué podría ayudarme esto? Y en si sigue sin ayudarme pero se reconocer cuando una persona esta alcoholizada.

—S-i Da-vid —digo tratando de impedir él tartamudeo en mi voz él cual salé solo, se que eso es lo peor que puedo hacer ya que le demuestro que el tiene el poder, un poder que yo sola le di y eso me aterra, nunca lo había visto en este estado y eso no debe ser nada bueno. Lo miro a los ojos y hay algo en su mirada que me hace sentir insegura, y a pesar de estar aquí de cierta manera por mi culpa, bueno de hecho por mi propia culpa me siento segura, o más segura que estando yo sola y eso es raro. Pero no hoy. No en este momento.

— Sigueme — dice para dar la vuelta y seguir caminando, me aterra la idea de que haga algo pero al mismo tiempo me aterra lo que pueda hacer yo.

El sale del cuarto mientras yo lo sigo, me pongo a pensar en como fue que acepte venir con el. Es entonces cuando recuerdo cómo. Porque yo pensé quererlo, o intente crear esa ilusión en mi, por que pensé que estando con él me sentiría segura y si lo hago; pero no de la misma manera que con Ismael, y aquí entró otra vez en un dilema. No se, pero al estar con otra persona cerca mío me hace sentir normal, como si no tuviera esta enfermedad que me tortura, con los ataques que son insoportables, con todo eso. Y cuando él llego a mi casa después de la partida de Ismael a Estocolmo, de la muerte de mi familia estaba sola. Su propuesta me pareció estúpida, pero después lo volví a considerar y acepte ¿que tan malo podía ser? ¿Por que un poco de compañía no es mala para nadie?Ahora me doy cuenta porque vino por mi, fue por lastima, por que él necesitaba a alguien con quien entretenerse un rato y que mejor que yo, una chica de pequeña estatura, que se ve indefensa, aunque eso me confunde, todo acerca de él me confunde. Para su gran pesar no soy tan indefensa como él creé o cómo yo quiero que crea, lo único que me alegra de estar aquí es que mis ataques desaparecieron, como si estos nunca hubieran existido, aunque solo están ahí, conteniéndose, y se que cuando los deje salir no será nada bueno. El dijo quererme, y ese fue mi error creer que el podía quererme; sin embargo en efecto me quería, pero para ser su esclava o posiblemente otra cosa que no puedo ser. Y yo como una tonta sigo aquí, pensando en que Ismael vendrá a rescatarme, él sabe que estoy aquí; pero no arriesgaría todo lo que ha logrado por mi. Puedo escapar si yo lo quiero, pero no lo he hecho y jamas entenderé por qué, pero lo haré, me iré. En estos días.

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