Diecinueve

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Lila.

Los días han ido pasando, Dylan y David han venido a verme, los doctores no me dejaran salir hasta dentro de una semana más, al parecer quiere asegurase de que este bien cerrada la herida para que no se vuelva a abrir, aunque me ha prohibido las actividades deportivas fuertes. Exactamente las que me gustan, no mas boxeo, ni ballet, ni gimnasia, no más deportes. El doctor esta revisando la herida. —¿lo ha visto en la ecografía? — digo sin pensar pero se que ahora es mas real, quiero haber no preguntado nada pero ya lo hice, veo como su cara se vuelve una mueca. — Si. —dice mirándome fijamente y eso me estremece quiero contestar pero ¿que le digo? El sabe mas de esto que yo. — Me sorprendió, pero no tanto. Para haberle hecho todo el daño que le provocaste al chico de ojos color miel tenías que tener algo por el estilo, me sorprende saber que aun no estas presa ni nada ya que a la edad que tienes es cuando empiezan a asesinar, o a volverse mas violentos, pero es muy grande, estudie varias veces tu ecograma, no sabia bien como reaccionar puesto que tu sistema límbico es un poco mas grande, pero la parte que esta encargada de crear las buenas emociones es muy pequeña mientras que la otra es más grande. Les hice preguntas a los dos chicos y me contestaron que sueles actuar normal, si finges no se te nota, eres muy natural según como ellos me contaron lo que me hace pensar que tu eres mas compleja, me gustaría estudiarte si no te molesta, puesto que esto seria un nuevo descubrimiento para la psicopatía. —dice tranquilamente, puede que aceptar sea bueno pero no me convence de el todo. —Necesitó pensarlo. —digo mirando mis manos llenas de tubos que me ayudan a respirar y otras cosas las cuales me hacen estar viva.
El doctor asiente y se va, cuando se va miró la puerta y me quedó bastante tiempo mirándola sin pensar en algo en especial. A parto mi mirada de la puerta y miro mi herida, casi esta completamente sana. Quiero irme de aquí, odio estar aquí todo esto me recuerda a mi papá, no quiero que me estudien como si fuera una maldita rata de laboratorio, quiero asegurarme de que David no se vuelva a meter en mi vida. Quiero alejarme de todos e irme. Y eso es lo que haré, me levantó de la cama y quito la sabana que me cubre y la dobló, busco el pequeño locker donde tienen algunas cosas mías y me visto rápidamente, tomo mi celular y pido un taxi que me lleve, sera con cargo a mi tarjeta, tengo aproximadamente 5 minutos para salir de aquí. Abro la puerta y el pasillo esta desierto, veo el elevador y se que es mas rápido que las escaleras pero no quiero toparme con alguien. Cierro la puerta y camino hacia las escaleras, empiezo a bajarlas rápidamente hasta que llegó a recepción. Atravieso todo el vestíbulo con pasos rápidos y salgo por la puerta, el taxi esta ahí y subo dando la dirección. Miro por la ventana el hospital en el que me encuentro y no quiero imaginarme el dinero que se ha gastado manteniéndome ahí. Recargo mi cabeza en la ventana mientras desbloqueo mi teléfono y me meto a Wattpad a leer alguna historia o algún fanfic. El lugar no esta tan retirado de la casa y llegó pronto. Una vez que llego me doy cuenta que la casa esta sola, entro con tranquilidad y voy hacia la habitación. Empaco la ropa que me ha comprado, miro el cuarto sin ningún sentimiento y cierro la maleta. Tomo una hoja que esta en la mesa de noche junto con un lapicero y empiezo a escribir una corta despedida.

Ismael;
Se que cuando te llamen del hospital diciendo que ya no estoy ahí vendrás a buscarme aquí y yo ya no estaré, probablemente ya este lejos. No me busques, Adiós Es lo mejor.
Lila.

Dejo la hoja en la cama y salgo del cuarto, miro por toda la casa y me doy cuenta que ni siquiera me gusta la casa, que solo fingía sentirme bien para que fuera normal, pero eso jamás podre ser lo, quiera o no. He nacido con esto y moriré con esto. Agarro la maleta y salgo de la casa. Pido nuevamente un taxi con destino a la estación de policía, necesitó encargarme de David. A contrario del hospital la comisaría esta increíblemente lejos, el trayecto dura casi una hora. Ya ha anochecido, saco de mi mochila de mano una jeringa y dejo que el aire siga dentro de ella, salgo del taxi con la maleta y voy a la recepción y le dijo a la señora que se encuentra ahí que vengó para ver a un sospechoso, le dejo mi maleta y me lleva con David, el se sorprende al verme y una sonrisa lo inunda, me acerco hacia el y lo abrazo, la inyección que esta escondida entre mi brazo y la blusa sale de su escondite y se la entierro, se retuerce en lo que dejo salir el aire dentro de él. Se que morirá, susurro un adiós y me voy con la inyección escondida de nuevo entre mis brazo y la blusa. Voy por mi maleta y pido el tercer taxi del día y esta vez voy directo al aeropuerto, adiós Estocolmo.

Esclava. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora