[1] When The Darkness Comes | Teen Wolf

2. Derek Hale

-¿Es broma, no? -Me dije a mi misma, mientras llegaba a donde me habían dicho era la casa de los Hale.

No entendía el por qué me daban miradas divertidas o me miraba como si estuviese bromeando.

Hasta que llegué.

Es decir, ¡la maldita casa estaba en medio del bosque, en medio de la nada! Y aparte de ese pequeño detalle ya no era más una casa. Solo eran escombros.

Resoplé mientras bajaba del auto y me quitaba mis tacones.

Me sería imposible andar por aquí y con esos monstruos que amenazaban romperme el pie.

-¿Derek? - Comencé a decir en
voz alta, ya que debido a la falta de timbre (o puerta servible) no podía tocar adecuadamente.

-¿Derek? Soy... -entonces me quede callada.

No me había presentado, simplemente coquetee con el hasta que llegamos a la cama.

El me había dicho su nombre, pero cuando pregunto por el mío le conteste besándolo.

Mis mejillas de nuevo se enrojecen.

Si bien de la noche no soy nada tímida, en el día soy un desastre andante.

-¡Derek! - grite esta vez, irritada.

Un par de crujidos me hicieron voltear hacia atrás, pero no había nada.

Comencé a ponerme nerviosa y me temblaban las manos.

-¿De-Derek? - Susurré.

"uh, bien. Vamos a volver al auto lentamente... "

Antes de poder si quiera seguir aquel paso, una voz masculina me distrajo.

-No deberías gritar de esa manera.

Ahogue un grito mientras volteaba hacia la casa, donde Derek estaba parado.

Puse mi mano en mi corazón, tratando de calmar mi respiración.

-¿Estas demente? ¡Me pudo haber dado algo! ¿Por que simplemente no me hablaste desde un principio como una persona con algo de conciencia?

-¿Por que simplemente no esperaste a que despertara? - Atacó el.

Apreté mi mandíbula, mientras que le veía fijamente.

Bien, el chico sería el difícil .

Pero había tenido un día de mierda y no tenia ganas de alargar más las cosas. Solo quería tirarme en mi cama y dormir. O mejor dicho, tirarme en mi cama, escuchar toda mi música favorita y anhelar porque mi hermana me hablara. Sí, eso es lo que hacía.

Alcé las manos al aire, haciendo como si estuviese irritada. Lo cual, en mi defensa, lo estaba.

-Tienes preguntas, bien. Yo también. Pero no las haré y tu tampoco. Solo vengo por...

-¿Esto? - Pregunto mientras me tendía mi llave. Allí estaba, reluciente y con la cadena de plata que la hacia colgar de mi cuello.

Alargue la mano para tomarla, cuando el la alejo con rapidez, dejando mi mano en el aire.

-Desde hace dos semanas, hay varios chicos que dicen haber tenido un encuentro romántico con una belleza. Una Diosa, como algunos dicen. Y se sienten desesperados por volver a verla, pero solo tienen recuerdo vago de ella y dicen que nunca les da información, solo deja una nota con la firma de "Miss Jackson". Cuando te vi en el bar, tan dispuesta a entregarte a un desconocido, supe que eras tu. Tome esto, sabiendo que vendrías de nuevo -Finalizó el, mientras quede cruzaba de brazos, haciendo que su maldita chaqueta negra se apretase en contra de sus fuertes brazos.