Capitulo 6: Primeras Impresiones.

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-¡Quiero jugar joder!- gritó Olaf dando saltos alrededor de Elsa, quien ya había bajado un poco el calor con su hielo.
-No creo que sea buena idea...- sugirió la joven.
-¡Todo es una buena idea si quien la ejerce se siente a gusto!-
Elsa tampoco estaba de humor para lidiar con nadie, solo sabía que tenia hambre, necesitaba ropa mas abrigada y un baño.
No era mucho pedir para alguien que había pasado 2 noches y 3 dias en una cueva mohosa, oscura, fría y contando solamente con la compañía de Olaf.
Suspiró.
-Olaf-
El muñeco de nieve volteó a verla con una enorme sonrisa, esta suavizó su expresión, ¿Porque regañarlo si el era un amor?, aunque por el otro lado, Olaf era teóricamente su hijo, aunque no tuviese padre y no haya estado en su útero,el encontraba el lado bueno en todo, incluso en lo malo, no, no podía hacerlo,regañarlo no, Olaf no tenia la culpa de nada.
-Acercate- este obedeció, y rápidamente corrió hacia Elsa para sentarse junto a ella.
-Perdon, pero yo creo que deberíamos enfrentar a los diablos-
"Enfrentar a los diablos" había dicho, buena idea, ya era hora de salir del caparazón de ermitaño al que se había vuelto a meter, pensó Elsa.
Esta se levantó con cuidado de que no se abriera de mas su toga.
-He aquí, podemos ver una de las mas antiguas cuevas de Arendelle, se dice que la Reina Elsa de este reino solía visitar a su esposo- dijo una voz masculina, si era un guía, Elsa estaba dispuesta a desmentirlo si no era un demonio, pues ella murió soltera.
-¿Disculpa?- gritó sin importar quien fuera el mentiroso que dijo que su reino era manejado por un rey.
Entonces una luz amarilla suficientemente potente la iluminó desde el lado izquierdo de la cueva, Elsa alcanzó a ver a los supuestos demonios de los que hablaba, traían puestas bermudas, en la mayoría beige o con dibujos, sandalias, blusas de mangas cortas, anteojos negros y unas cajas de plástico demoniacas que emitían rayos blancos en las cosas, según describía la joven.
-¡Alejense de mi!-gritó exponiendo sus poderes, pero nadie retrocedia o corría asustado.
-En esta parte de la cueva suele hacer mucho calor pero el calentamiento global la ha vuelto fría- mintió otra vez el guía, cuya cara estaba mas grasosa que una anguila frita y llena de barros que causó que Elsa tragara su vomito.
-¡No me ignores desgraciado!-
-Sigamos- a continuación, la multitud avanzó, la fría reina ya estaba lista para atacar, hasta que llegó a estar a pocos centímetros del chico.
-Llegó tu fin...- Elsa se abalanzo sobre el, mas sintió una superficie fría y pegajosa, y no era una persona, sino el suelo.
-¡Atravesaste al muchacho!- gritó Olaf viéndola asustado.
-No...-susurró elsa.
-Si-
-Esto no puede ser, debe haber un error-
-¿Cual?-espetó bruscamente.
-Yo, Olaf, ¿Antes de llegar a la cueva que hacíamos?-
-Bueno- Olaf comenzó a contarle todo.
*Era una noche bonita, Anna, tú y yo jugábamos cartas, de repente tu te sentiste mal, Anna te preguntó si estabas bien, tu dijiste que si, entonces seguimos jugando y comenzaste a toser sangre*
-¡Claro!- grito.
-¿Que?-
-Si, me sentí tan mal, pero eso no aclara mis dudas-
-¿Que tal si estamos muertos?-
-No digas tonterías-
Pero ella comenzaba a considerar aquella posibilidad con todas sus fuerzas.

The Big Five: La ultima esperanza**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora