Capítulo 12: Entrenando

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-Despierta Mérida- dijo Elsa sacudiendo ligeramente a la pelirroja, ambas estaban solas en el cuarto, pero aun asi ella se negaba a despertar.

-¿Que quieres?.-Gruñó.

-Es hora de entrenar-

-¿Que?- se tomó una pausa y examinó su ropa, estaba usando un enterizo negro pegado con mangas largas, unas botas negras de cuero con agujetas y suela plana,una armadura de plata alrededor de su tronco, su cabello estaba recogido en un peinado que hacia parecer que este era corto, y su rostro estaba algo manchado.-¿Porque te vistes así?-     

-Estamos entrenando, faltas tu,Norte sugirió que esta ropa me dejaría moverme rapidamente-

-Dime que no voy a ponerme ese trapo- interrumpió señalándola.

-Si lo harás.-

Al decir esto, Elsa la jaló de la cama y sin su permiso, removió la bata de Mérida dejándola sin ropa mas que unos vendajes que según ella eran ropa interior, pero obviamente la princesa reaccionaría, asi que le gritó varias veces pero no le hizo caso, en menos de lo que pensó, ya estaba vestida como la reina, sus nervios estaban destrozados, su cuerpo temblaba por el hecho de cambiarse de temperatura así de rápido, sus ojos no veían bien debido a algunas lagañas y su cabello se sentía como una esponja.
Por un momento le recordó a cuando Elinor la cambiaba de ropa, y le apretaba la cintura con corsets que no la dejaban respirar.

"Me las pagarás Elsa" pensó apretando los puños, pero Elsa solamente le dedicó  un gesto con la cabeza en señal de *Vamonos*.

Merida la siguio hasta una puerta negra de metal, sintió un frio abundante, tal vez le estaba jugando una broma y la sacaría del taller para que esta se muriera congelada, tal vez iban a entrenar como ella dijo, pero estaba dudosa, se estaban volviendo buenas amigas pero aun asi no confiaba mucho en ella, "No digas que algo es rico si solo le diste una mordida" pensó.

-Lista?-le preguntó sacándola de sus pensamientos.

-Ajá,como digas- respondió, dicho aquello, Elsa abrió la puerta, era un lugar extraño, era tan grande como un estacionamiento, habian armas en algunas paredes, una especie de caja de vidrio gigante arriba de una tarima negra,  habian tiro al blancos, una pista para correr y un cuadrilatero (Ring).

Parecia un loco lugar futurista para Merida, a la distancia alcanzó a ver a Jack y a Hipo peleando, llegó a considerar que estaban "Entrenando", asi que no quiso hacer un escandalo, pues ya tenia un grito por sacar.
Pero les quedaban muy bien aquellos trajes enterizos negros con armadura....
"Tranquila Mérida, no te alborotes las hormonas"

-¿Y todo esto?- 

-Es el centro de entrenamiento,ven, vamos a practicar arquería- entonces la agarró del codo y la llevó corriendo hacia la enorme caja como si nada, como si ella tuviese años de experiencia, la princesa sabía que no, pero no le serviría de nada decirle que dejase de actuar como una amargada profesional.

¿Que demonios se creía?.

-¡Vamos Frost! ¡Mi padre me ha dado palizas mas fuertes que tus puñetazos de niña!- gritó burlón el castaño refiriéndose al hecho de que Jack no le podía dar un golpe en la cara.

-¡Hipo!- 

-¡Tu puedes hacerlo Jack!- le alentó Rapunzel intentando desatorar su cabello de un muñeco, Jack sonrió admirando el gesto,ella era hermosa, gentil,sumisa, tal vez no era Elsa, pero era una diosa, iba a agradecerle,pero su amigo se encargó de impedir sus propósitos y le dió una patada en la cara.
Jack cayó al piso sin sentir media cara.
-Gané- finalizó Hipo a carcajadas.
El espíritu invernal rió pícaramente y fijó su vista en la pierna del vikingo, forzó los ojos lo más fuerte que pudo y poco a poco fue integrando hielo en ella haciéndolo caer de trasero.

JA!

-¡No es justo!- protestó  cruzándose de brazos.

-Si lo es!-
-Debería tener una regla por invalidez!-
-Pues ni modo, jugamos 6 de 20-
Jack se levantó y corrió hacia Rapunzel para ayudarla con su enredo, aquella larga cabellera rubia como el maíz y brillante como el oro estaba repartida entre unos muñecos que simulaban ser Damon, la princesa le dedicó una mirada con nerviosismo, dejandolo sudando con la simple expresión facial.

-Todavía no te he ayudado-

-¿Pero lo harás?, ¿No es así príncipe congelado?- el peliblanco arrugó la frente desconcertado, sus ojos emitieron una especie de brillo extraño, la rubia se estremeció y bajó la cabeza rápido, supo que no debió hacer eso pero era demasiado tarde, las palabras volaron y se fueron con el aire para no volver jamás.

Suspiró y caminó hacia los muñecos tranquilamente para desamarrarlos, puso la mano en un mechón y lo desenvolvió, pero no sirvió de nada así que este se aferró a la cabeza de "Damon".

Su verguenza le ganó y no vió cuando Jack se largó a ver como Mérida la llevaba con Elsa.

-"Oh por Dios, esta basura no se desenreda".-pensó.

Intentó otra vez, y otra vez este se aferró.

-Déjame hacer eso por ti, te vas a lastimar- dijo una voz mas grave que la de Jack.

 
-¿Hipo?- preguntó al ver a un castaño llegar con una navaja, al fin un caballero había venido para salvar su día.

-¿Que me harás?-

-Tranquila, voy a cortarlo-

Esta inmediatamente puso una mano en su pecho y negó con la cabeza rápidamente.

-Perderé mi poder si lo haces-

-No pasará nada, lo prometo- ¿Debía confíar en el?, era un vikingo, no era de fíar, pero el se veía muy noble,aunque hubieran peleado la noche anterior, el trató de ayudarla, decidió dejarlo hacerlo, cerró sus ojos y sintió como el filo separaba un mechón de otro.

A diferencia de Eugene, el no la dejó trasquilada....

Mérida lanzó una flecha hacia un muñeco, si no supiera el verdadero propósito de aquellos muñecos, pensaría que le guardaban rencor, Elsa le siguió, pero la suya no dió en el blanco y rozó la cabeza del muñeco.

-Lo estás haciendo mal...-

-No me digas....-

La princesa, no dudó nada y con una mano le acomodó la espalda, inclinó un poco la cabeza y le separó una pierna de la otra.

-Dispara-La reina, por primera vez, obedeció y la flecha casi da en el centro del muñeco, pero le dió en lo que probablemente era su ojo.

-¡Buena esa!- gritó Jack aplaudiendo detrás de Elsa, esta se sonrojó, estaba muy cerca, pudo sentir su respiración en su cuello, algo excitante y gracioso a la vez, decidió sonreír y no responder nada al tiempo que Mérida hacía caras de asco.

-"¡SANTAS ESTRELLAS! ESTOY TOCANDOLA!"-Pensó Jack emocionado, aquella chica lo traía como quería, no se alejó de ella, pero si se dignó a escuchar sus risitas, se sintió como una estatua, estático y duro.

Norte entró al centro gritando:-VENGAN!, HAY ALGO QUE HABLAR!-

Todos dejaron de hacer lo que hacían menos Rapunzel e Hipo, el anciano se burlo de eso, pues la rubia estaba casi llorando y el vikingo solo rodaba los ojos, era solo cabello, ¿Que iba a perder?.

The Big Five: La ultima esperanza**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora