20 | Ya madura, Keene

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Narra Tory

El avión se había estabilizado en el aire hacía ya un rato, pero yo aún sentía la presión en mi pecho. No era miedo a volar. Eso no me afectaba en lo absoluto. Lo que me pesaba era la situación en la que me encontraba, atrapada entre mi hija emocionada por el viaje y mi exnovio, con quien compartir este vuelo se sentía como una cruel broma del destino.

Clark estaba pegada a la ventanilla, con la nariz prácticamente contra el cristal, observando fascinada las nubes esponjosas que parecían extenderse sin fin bajo nosotros. De vez en cuando, soltaba un pequeño jadeo de asombro o señalaba algo que le llamaba la atención, aunque no esperaba una respuesta. Su mundo en este momento era el cielo, y yo no tenía intención de romper esa burbuja de felicidad.

En cambio, yo estaba en el medio, atrapada en un asiento que se sentía más pequeño de lo que realmente era, con Robby a mi lado. Podía sentir su presencia incluso sin mirarlo. Su brazo estaba relajado sobre el descansabrazos, y su perfume me envolvía de forma molesta, trayéndome recuerdos que prefería dejar en el pasado.

Y entonces, con ese tono suyo tan característico, soltó:

— Buen viaje, ¿verdad?

Pura ironía.

Giré lentamente la cabeza hacia él y arqueé una ceja.

— Ah, sí, todo un sueño. Justo lo que cualquier mujer querría, viajar con su ex con el que no puede estar ni cinco minutos sin discutir.

Él sonrió apenas, esa maldita media sonrisa que siempre me sacaba de quicio.

— Bueno, técnicamente hemos estado más de cinco minutos sin discutir. Vamos mejorando.

Bufé y crucé los brazos.

— No te emociones demasiado.

Robby soltó una risa baja y negó con la cabeza.

— Vamos, Tor, podríamos al menos fingir que esto no es una completa tortura. Por Clark.

Miré de reojo a nuestra hija, aún maravillada con el paisaje. Sus pequeñas manos presionaban la ventanilla con entusiasmo, y en su rostro había pura felicidad.

— ¿De verdad crees que ella se da cuenta de algo? — susurré, sin apartar la vista de Clark.

— No ahora, pero eventualmente lo hará.

No respondí. Me odiaba por admitirlo, pero tenía razón. Clark era lista, más de lo que nos gustaría. Y aunque intentara ocultarlo, en algún momento se daría cuenta de que su mamá y su papá no podían estar juntos sin que el aire entre ellos se volviera pesado.

Suspiré, recargando la cabeza contra el respaldo.

— No empieces, Tory.

Él no dijo nada, pero tampoco tenía que hacerlo. El simple hecho de estar aquí, compartiendo este espacio reducido, sintiendo su mirada sobre mí, era suficiente para hacerme desear que el vuelo terminara lo antes posible.

— Fascinante. No hay nada como estar atrapada a diez mil metros de altura con mi ex.

Él soltó una risa nasal, apoyando la cabeza contra el respaldo.

— Bueno, técnicamente no estás atrapada. Podrías saltar.

Rodé los ojos, pero no pude evitar que una pequeña sonrisa amenazara con aparecer. Maldito Robby y su manera de hacerme bajar la guardia cuando menos lo quería.

Clark giró la cabeza hacia nosotros, frunciendo el ceño.

— ¿Por qué pelean?

— No estamos peleando, cielo. — Me apresuré a decir, acariciándole el cabello.

So Long Cobra Kai | KeenryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora