Son tres perspectivas en las que todo está ocurriendo a la vez
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Había pasado ya cuatro días y Juvia por fin había llegado a la ciudad de Lamia Scale cuyo maestro era Lyon Vastia. Por supuesto de esta información no sabía nada la peliazul.
Hizo llover en la ciudad para que su atuendo de llevar una larga capa azul oscura rozando el suelo y cubrirse la cabeza con la capucha de la capa no resultase extraño.
Sabía a la perfección el camino al gremio de la ciudad así que no tardó demasiado en llegar a su puerta principal.Lucy había alquilado una especie de barca para llegar a la Isla del Sol. Acababa de desembarcar. Durante el viaje había estado pensando una y otra vez como introducirse en el pueblo sin ser vista y matar a Flare. El problema no sería llegar hasta ella, el verdadero problema lo tendría para escapar de allí.
Había pasado cuatro días y ya era el día de su juicio. Durante esos cuatro días había estado hablando todo el rato con Rogue y le había contado toda su historia. Rogue la había llegado a comprender un poco y también había conseguido desobsesionarla de su venganza a Fairy Tail alegando que ellos se arrepentían mucho y que se creían culpables de que participasen en el plan para derrocar al rey.
Por fin llegaron un par de soldados que la pusieron las esposas anti magia. Levy no se movió ni hizo nada.Juvia llamó varias veces a la puerta hasta que por fin Sherry la abrió.
-¿Quién eres?-preguntó sorprendida la pelirrosa.
-Eso da igual, necesito refugio por esta noche-rogó desperada la maga de agua.
-Mmm está bien-accedió Sherry.
Se había tragado completamente la actuación de Juvia, que sonreía de forma triunfante detrás de Sherry.
-¿Qué ocurre Sherry?-preguntó Lyon algo preocupado acercándose a la pelirrosa y a su acompañante.
-Esta chica necesita refugio esta noche, maestro-le informó Sherry.
Lyon asintió.
¿Lyon maestro? ¿Tan poderoso se había vuelto que ahora era maestro de un gremio?Lucy caminaba por las calles del pueblo de los gigantes introduciendose sigilosamente en cada casa buscando a Flare, para su desgracia todavía no la había encontrado.
Levy llegó a la sala donde se celebraría su juicio. Había una gran expectación. Muchos magos importantes y periodistas de revistas de actualidad así como periodistas de radio. Todos estaban allí para ver la condena que le impondrían a Levy McGarden.
Levy se sentó en su banco de acusada mientras notaba cientos de pares de ojos clavados en ella. La estaban poniendo de los nervios.
-¿Levy McGarden?-preguntó el juez.
-El ratoncito Pérez no te jode-masculló la peliazul.
-Repita no la he oído-dijo con el semblante serio el juez.
-Sí, soy Levy McGarden-dijo escupiendo las palabras.
-El juicio puede comenzar-añadió el juez y dio un par de golpes.Juvia se había quedado durante unas dos horas en una mesa del gremio apartada, completamente sola. Era perfectamente consciente del peligro al que se estaba sometiendo pero tenía que estar allí, era parte de su plan. Si no mataba a Lyon, Acnologia no las ayudaria y sería prácticamente imposible cumplir su venganza y vengar a Levy.
Alguien en el gremio encendió una radio.
-¡Hey chicos que el juicio está a punto de terminar!-exclamó y puso la radio a todo volumen.
-¿Cómo se declara ante las acusaciones?-preguntó una voz masculina.
-Culpable-contestó en tono serio la voz femenina. El cuerpo entero de Juvia se tensó, había reconocido perfectamente esa voz. ¡Era la de Levy! ¿Pero no se suponía que Levy estaba muerta?
-¿Antes de que me digan la condena puedo decir algo?-pidió la voz que se parecía tanto a la de Levy.
-Adelante-dijo el juez en tono neutro.
-Juvia, Lucy, os quiero mucho, no sé si oireis esto, pero si lo haceis, por favor no vengáis a buscarme, es una trampa. Y como he dicho antes os quiero y sois las mejores amigas y la mejor familia que cualquiera puede desear.
Cuando Levy terminó unas cuantas lágrimas cayeron por las mejillas de Juvia. Nadie la obsevaba, todos estaban mirando a la radio expectantes a que dijesen de una vez la condena de Levy.Tras un par de horas de búsqueda Lucy por fin había encontrado a Flare, solo había un pequeño problema, y es que estaba completamente rodeada de gigantes, tendría que seguirla y esperar a que se quedase a solas para matarla.
Tras las palabras de Levy la gente del juicio se había quedado en silencio. Rogue la miraba con orgullo. Había hecho justo lo que habían planeado y había salido a la perfección. Levy le miró y este le guiñó un ojo. Gajeel les observó, luego hablaría seriamente con Rogue.