Un nuevo año, Will murió dejando un vacío en la familia Swift. Sky perdió un papá pero ganó otro. Harry y ella ya están en una relación, pero...
¿Podrán atravesar juntos esta época oscura donde Voldemort está preparando su regreso?
¿Qué más van a t...
Durante el resto de las clases de Pociones de esa semana, Harry continuó siguiendo las instrucciones del Príncipe Mestizo, con el resultado de que en la cuarta clase Slughorn no paraba de hablar sobre las habilidades de Harry, diciendo que rara vez le había enseñado a alguien con tanto talento.
Ni Ron ni Hermione estaban muy contentos con esto, Sky en cambio, estaba algo distraída.
Harry les había ofrecido compartir el libro con ellos, Ron tenía más dificultades descifrando la letra que él; Hermione, mientras tanto, estaba completamente decidida a adherirse a lo que ella llamaba las instrucciones “oficiales”; y Sky, igual lo había rechazado, diciendo que debería investigar más sobre el origen del libro.
Claro que Harry se preguntaba vagamente quién había sido el Príncipe Mestizo. Aunque la cantidad de tarea que les habían dado no le dejaba tiempo para leer la copia entera de Preparación Avanzada de Pociones, la había examinado lo suficiente como para ver que no había casi ninguna página en la que el Príncipe no hubiera hecho notas adicionales, no todas relacionadas con la preparación de pociones.
–O ella misma –Dijo Hermione irritada, escuchando que Harry le mostraba algunos de estos hechizos a Ron en la Sala Común el Sábado a la noche– Podría haber sido una chica. Creo que la letra parece más de una chica que de un chico. ¿No lo crees Sky?
Los tres la observaron pero ella estaba absorta en un libro sobre hechizos, pero en realidad estaba pensando en cómo ayudar a Draco, sabía que estaba metido en algo muy grande y peligroso.
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-No sé -murmuró distraída, Harry se preocupó un poco más, cada vez estaba más rara pero Ron lo distrajo.
–Se llamaba el Príncipe Mestizo –dijo Ron– ¿Cuántas chicas han sido príncipes?
Parecía que Hermione no tenía ninguna respuesta para esto. Simplemente frunció el ceño.
Harry miró su reloj y rápidamente metió su vieja copia de Preparación Avanzada de Pociones de nuevo en la mochila.
–Son las ocho menos cinco, mejor me voy, voy a llegar tarde con Dumbledore.
–¡Oh! –jadeó Hermione, levantando la vista en seguida –¡Buena suerte! ¡Te esperaremos despiertos, queremos escuchar qué te enseña!
–Espero que te vaya bien –dijo Ron, luego todos voltearon a ver a Sky, quien seguía viendo el libro, así que Harry se acercó a ella y le tocó el hombro, sobresaltandola.
–Sky… -susurró Harry preocupado.
-¡Oh sí! Suerte amor -dijo Sky mientras se paraba y le daba un beso lento a Harry.
-¡Qué dije de los besos! -escucharon decir a Ron.
Ambos se separaron lentamente, sonrieron pero Harry pudo distinguir preocupación en su mirada, antes de que pudiera decir algo sintió un jalón, era Ron, que lo llevaba a la salida, solo le dio tiempo de decir:
-Te quiero, mi Sky –saliendo por el agujero del retrato.
Harry prosiguió a través de los corredores desiertos, se apuró a llegar al punto en el corredor del séptimo piso donde había sólo una gárgola parada contra la pared.
–Gaseosas ácidas –dijo Harry y la gárgola se corrió de un salto; la pared detrás de ella se deslizó y se reveló una escalera de piedra en espiral en movimiento, y fue llevado en suave círculos hasta la puerta con la aldaba de bronce que daba a la oficina de Dumbledore. Harry golpeó.
–Entre –dijo la voz de Dumbledore.
–Buenas noches, profesor –dijo Harry, caminado hacia el interior de la oficina del director.
–Ah, buenas noches Harry, siéntate –dijo Dumbledore, sonriendo– Espero que hayas tenido una buena primera semana de vuelta en la escuela.
–Sí, gracias, profesor –dijo Harry.
–Debes haber estado ocupado, ¡Ya tienes una detención!
Mientras tanto Sky se encontraba en el dormitorio pensando en cómo podría ayudar a Draco, presentía que algo iba a salir muy mal, tenía estos sueños raros que no eran claros pero escuchaba gritos, llantos y risas malvadas.
-Sky -dijo Hermione entrando al dormitorio, está se volteo asustada.
-¡Por Merlin, Hermione! No puedes asustarme así -contestó Sky con una mano en su pecho por el susto.
-Te he notado rara. ¿Qué te pasa? ¿Es por el libro de Pociones?
–¡No! Para nada -contestó Sky en seguida, pero Hermione no se daría por vencida.
-Somos mejores amigas, Sky. Sé perfectamente que te pasa algo, sabes que puedes confiar en mi.
Sky suspiro fuertemente, camino hacia la puerta se fijó que no había nadie, la cerró y puso la habitación en silencio. Se acercó a Hermione, le tomó la mano y la sentó en su cama.
-Mira Her, he estado observando a Draco, Harry tiene razón algo malo pasa con él, ahora que Quien-tú-sabes haya regresado, se ha vuelto más fuerte, es alguien que planea y planea, algo debe tener en mente, ahora que no tiene al papá de Draco… ¿Quién más podría ayudarlo?
-Qui… quieres decir… ¿Draco Malfoy? ¿Qué le podría dar un niño de 16 años?
Sky solo se quedó en silencio, observando el dormitorio, la compresión de Hermione se fue volviendo clara:
-¡Hogwarts! ¡Pero es imposible entrar al castillo! Acuérdate que…
-Lo sé, pero para Quien-tú-sabes nada es imposible, ni siquiera la muerte…
Ambas se quedaron en silencio por unos largos minutos.
-He estado soñando con visiones, no son claras pero… Escucho gritos, llantos y risas… risas malvadas, y Hogwarts es el escenario principal.