𝐀 𝐍𝐨𝐯𝐞𝐥'𝐬 𝐁𝐞𝐚𝐬𝐭 𝐖𝐨𝐫𝐥𝐝 | 𝐄𝐒𝐏𝐀Ñ𝐎𝐋

𝟏𝟐𝟏. 𝐈𝐧𝐯𝐞𝐬𝐭𝐢𝐠𝐚𝐫 ✔

En la orilla, dos personas recuperaron el aliento. "Ya terminó, ¿verdad?". El tono nasal de solo podía pertenecer a una hembra.

Rowan cayó del cielo. "No. Ahora nos vamos".

Qin se volvió hacia su compañero, buscando una mejor respuesta, pero él colapsó. "¿Bard? Oye, despierta".

En ese mismo momento, la Qin que Jin llevaba desapareció, dejando una burbuja vacía.

El tritón dorado se congeló y no se movió durante varios momentos. Esta vez, había caído completamente en el truco. Hubo una inquietante quietud mientras el resto del corazón de Jin moría. Su compañera lo había abandonado; había abandonado la tribu... de nuevo.

"¡Jin, dónde está Q—!". El tritón se tapó la boca de repente. Sus instintos de autoconservación le gritaban que Jin era muy peligroso en ese momento.

Ese instinto le salvó la vida.

Nadie se acercó al Jin congelado por un tiempo, y todos parecieron detenerse con él. Necesitaban sus órdenes.

En ausencia de un líder que respondiera, el segundo al mando tomó el control. "Vamos tras Qin".

Para cuando los tritones llegaron a la orilla, no había nadie allí. Un par de halcones podían verse volando a lo lejos. La sombría realización de que su clan había perdido su corazón pesaba fuertemente sobre aquellos que observaban.

"¿Qué hacemos ahora?", preguntó uno más joven.

El anciano que actuaba como segundo al mando no tenía una buena respuesta para esa pregunta. Probablemente perseguirían a su compañera de nuevo, pero es probable que ya haya dado a luz para cuando la encuentren. Aquello que estaban emparejados con Qin, como él, no tenían más opción que aceptar su muerte ahora. Y con su muerte, ellos también morirían...

A diferencia de aquellos que estaban emparejados, los no emparejados tenían todas las razones para perseguir agresivamente a Qin. La niña en su vientre era su esperanza; su futuro. Tendrían que encontrarla de nuevo.

Pero, aparte de Bluepool, solo había dos machos de tres rayas en su tribu, y los otros dos también eran compañeros de Qin. Entre los que no se habían casado, solo había bestias de dos rayas o menos. Ninguno de ellos tenía experiencia tratando de atravesar la tierra. En lugar de perseguir lo que acababan de perder, tendrían más suerte tomando otra tribu y robando a su hembra.

El resultado de esta batalla era sombrío y marcaba el final de esta tribu. Pero era, en cierto modo, un final de su propia creación. Si hubieran sido menos vanidosos, podrían haber tomado hembras terrestres por su cuenta. Las tribus terrestres siempre estaban dispuestas a intercambiar hembras por sal.

Pero los tritones eran criaturas exigentes. Solo querían a las mejores y más hermosas hembras. Y esa era la razón por la que su clan era un fracaso. En lugar de adaptarse, habían duplicado su vanidad y descartado cualquier otra oportunidad. Pero no muchos se habían dado cuenta de eso, e incluso si lo hubieran hecho, no lo habrían admitido.

Bueno, había al menos un bicho raro que lo notó y aceptó esa verdad se llamó Zafiro antes de adoptar un nombre masculino terrestre. Pero este macho, ahora llamado Dylan, no se preocupaba por el destino de su especie y no sentía ninguna responsabilidad hacia la continuación de su línea.

¿Por qué debería participar en una misión tan arriesgada entonces? ¿Solo quería una compañera? La respuesta era no. Lo que Dylan quería era...

Dylan flotaba silenciosamente en la superficie del océano mientras sus enemigos pasaban frenéticamente debajo, regresando a su tribu, todo el tiempo sin ser conscientes de su presencia. La parte inferior de su forma bestial reflejaba la luz, imitando la superficie del océano, haciendo que su camuflaje fuera impecable. Su herida acababa de dejar de sangrar activamente, pero cualquier movimiento seguramente la reabriría.