Navidad en cada latido

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Diciembre despierta con el aroma a esperanza, iluminando cada día con la promesa de abrazos cálidos y noches estrelladas, o eso solía decir mi abuela, cómo ya sabrán, diciembre no es mi mes favorito, ni siquiera por qué es mi cumpleaños... Wait, what?, mi Cumpleaños?, 15 años, fiesta, compromiso, flores, corona, 15 primaveras, quinceañera, DIOS NO.

Era lo último que quería, pero sabía que era lo que me esperaba, ahora estaba cumpliendo una edad que se escuchaba más sería, además todo esto quería decir que tenía exactamente 8 meses y 22 días desde mi primer encuentro con la morena, era... Wow, como pasa el tiempo cierto?.

Volviendo al tema, navidad, mi madre ya había comenzando a sacar los adornos de las cajas y las gaitas empezaban a cobrar especial importancia.

Habían pasado 2 días desde que había hablado con la morena, 2 días desde que, como diría mi hermano, me habían bateado lejos, yo lo estaba tomando con una calma preocupante, tenía lo que se conoce popularmente como un Un bloqueo emocional, un estado mental o psicológico en el que una persona experimenta una incapacidad para procesar, expresar o conectar con sus propias emociones o con las de los demás. Este bloqueo puede ser el resultado de experiencias traumáticas.

Según mi buscador de confianza, ya se me pasará.

Ahora es Lunes en la mañana estoy sentada en la cama, rezando por qué el día no se arruine trágicamente, me coloco mis audífonos y salgo de la cama a paso lento, entro al baño y me miró al espejo, en ese momento se comienza a reproducir, "every breath you take" de the police.

-maldita sea- Suelto una pequeña risa seca mientras tomo mi cepillo de dientes.

Cuando por fin estoy lista tomo mi bolso, verifico que todo esté en su lugar y salgo a la cocina, me encuentro a mi abuela de espaldas en la estufa, preparando café, tipico, al sentir mi presencia se dió la vuelta y me tendió una de las dos tazas humeantes de cafe que tenía en la mano.

-Aquí tienes, mi niña- dijo con una sonrisa llena de ternura  Luego se sentó a mi lado, ajustándo el cuello de mi camisa y comenzó a hablar de cosas sencillas: la última vez que había visto colibríes en su jardín o cómo las flores de las buganvillas estaban más vivas que nunca.

Yo escuchaba en silencio, mi abuela, absorta en sus historias,  de pronto le pasó un brazo alrededor de mis hombros y dijo suavemente, -¿Sabes? Cuando me siento un poco apagada, recuerdo que la vida siempre nos sorprende con cosas hermosas. Como cuando tú llegaste a mi vida, mi mayor alegría.-

no pude contener una débil sonrisa. A pesar de que mi abuela no sabía lo que estaba pasando, sus palabras eran como un bálsamo. En ese momento, aunque la tristeza no desapareció del todo, el mundo parecía un poco menos pesado. Y, envueltas en ese instante de cercanía, las dos encontramos consuelo en la simple magia de estar juntas.

Pasado unos minutos, ya me encontraba entrando al colegio, respirando lo mas profundo posible y pidiendole al cielo fuerza y voluntad para seguir adelante con todo esto.

-estas bien?- dijo dayana con la preocupacion reflejada en su rostro, casualmente esa mañana no habia prestado especial atencion a mi apariencia y parecia que me habian dado un par de botellazos.

dayana me agarro del brazo y entramos al salon, yo me sente en mi pupitre y mire hacia la nada, deseando mas que nunca que todo esto fuera mentira, queria darle mi corazon e irme, por que sabia que si intentara irme con mi corazon el no me lo permitiria, cerre los ojos un momento y para cuando me di cuenta, todos estaban recogiendo sus cosas para irse, hice lo mismo en piloto automatico y me recoste a la pared junto a la puerta mientras escuchaba a mariana que se encontraba en el marco de la puerta.

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⏰ Última actualización: 11 hours ago ⏰

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